jueves, 31 de mayo de 2007

Buena literatura, sin más

No sé muy bien si se ha puesto de actualidad el debate sobre los bestsellers y su calidad literaria pero, curiosamente, tras la entrada que publiqué el 24 de mayo, he tenido oportunidad de leer dos interesantes artículos sobre el tema:

-“Muchos lectores, mala prensa” de Julia Navarro; y

-“Sobre los best sellers” de Sergio Fernández.

Os recomiendo que los leáis. El segundo es un comentario crítico sobre el primero. Las opiniones de ambos autores realmente son bastante coincidentes, aunque con algunos matices.

La opinión de Julia Navarro (escritora de libros de gran éxito como “La Biblia de barro” o “La hermandad de la Sábana Santa”) se puede resumir en que, a pesar de la mala prensa que suelen tener los super-ventas, entre ellos también existen obras que tienen realmente buena calidad literaria. Creo que tiene toda razón, es algo innegable. Para ello pone variados ejemplos, como “Sinuhé el egipcio”, “No digas que fue un sueño”, “Chacal”, “Memorias de Adriano”, “Yo, Claudio”, etc.

Pero, como pone de relieve Sergio Fernández, hay dos tipos de best-sellers:


1º. Aquellos libros que fueron concebidos desde un principio para ser super-ventas, en cuyo caso la calidad literaria queda completamente supeditada a unos esquemas de márketing que acuden a temas recurrentes. Pueden ser buenos libros pero digamos “que lo tienen más difícil”.

2º. Aquellos escritos que no nacieron con ambición de ser reeditados mes a mes (lo que no quiere decir que el autor lo escriba con intención de que sea poco leído) y que, por el boca a boca, terminan convirtiéndose en éxitos incontestables.


En mi opinión, no cabe duda de que hay muchas menos posibilidades de encontrar obras literarias de calidad en el primer grupo que en el segundo ya que, obviamente, estos últimos no han visto coartada su creatividad por ningún tipo de corsé temático o estilístico.

Curiosamente, para rizar un poco más el rizo, tenemos el célebre pensamiento de Cervantes, que consideraba que su mejor obra había sido “Los trabajos de Persiles y Segismunda”, a pesar de haber tenido un discreto éxito. En ella, el autor alcalaíno se esmeró sobremanera, intentando que fuese la novela perfecta, rigiéndose por los cánones estrictos de la llamada “novela bizantina”. En este caso, los rígidos esquemas se los impuso D. Miguel por convicciones propias de cómo debía ser una buena novela y no por razones comerciales (que, dicho sea de paso, teniendo en cuenta la desdichada vida del autor, tiene más mérito si cabe que tuviese como prioridad la excelencia literaria que el beneficio económico). Sin embargo, como dice Julia Navarro al hablar de los best-sellers, “los lectores son los que tienen la última palabra, más allá de los críticos y de la publicidad”, y los lectores le “quitaron la razón” al propio Cervantes. “El Quijote” se convirtió en un éxito incontestable, especialmente porque era una obra fresca, libre de ataduras, convenciones y rigores formales.


Por último, comparto plenamente la reflexión de Julia Navarro: “el máximo "rendimiento" de la lectura de los clásicos, de las grandes obras, lo obtiene quien sabe alternarla con la lectura de actualidad”. Aunque obvia que, en la mayoría de los casos, los lectores suelen quedarse en la lectura del best-seller. Y si la lectura produce “simple” entretenimiento “no es poco”. Pero la lectura ha de ser (al menos tenemos que intentarlo) mucho más, reflexión, debate, que ponga en cuestión los esquemas propios, que remueva las conciencias, etc.

Continuando en este sentido y para terminar, os dejo la siguiente cita de Franz Kafka: “Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo?... Un libro tiene que ser el hacha que rompa nuestra mar congelada”. Sin duda, contundente, no deja indiferente a nadie.


Un saludo cordial.

lunes, 28 de mayo de 2007

Las bibliotecas escolares (II): reflexiones, y posibles soluciones (Continuación entrada 27/05/07)

El análisis es muy certero, pero se hace desde una perspectiva únicamente bibliotecaria. Esto conlleva que no se profundice realmente en la posición de aquell@s sobre los que va a recaer la responsabilidad de la puesta en marcha, mantenimiento y gestión de la B.E.: l@s profesor@s.

El colectivo del profesorado, en general, se encuentra bastante desconcertado ante la constantemente cambiante situación social. En buena medida, no ha adaptado su pedagogía a las nuevas necesidades del alumnado. En gran parte, los muchachos no tienen aparentemente demasiada motivación y si siguen yendo a las aulas hasta 4º de E.S.O. es precisamente por la obligatoriedad de la enseñanza. Desde luego, no es el mismo panorama que el de hace diez o quince años. En mi opinión, l@s profesor@s, en su inmensa mayoría, no han sabido comprender que su misión actual consiste más en despertar la curiosidad por el conocimiento de los chicos que en que sepan tantos o cuantos temas; en evaluar, principalmente, la actitud y no la aptitud. No cabe duda de que esto es difícil de aceptar ya que, en cierto modo, supone dar por perdida una batalla. Pero, por otro lado, plantea un reto muy interesante y motivador (si se toma adecuadamente), que entra más en la materia estrictamente pedagógica, y que consiste en diseñar estrategias para atraer a los alumnos al conocimiento y a la cultura.

En definitiva, este contexto hace que muchísimos profesores estén “quemados”, como popularmente se dice, hastiados y aburridos de su trabajo.

Y tras esta breve introducción del estado de los docentes, entro de lleno en la cuestión bibliotecaria. ¿Es la solución más conveniente poner en manos de los profesores la puesta en funcionamiento y mantenimiento de las B.E.? En general (siendo consciente del peligro que entrañan las generalizaciones), los profesores no están dispuestos a ejercer funciones para las que formalmente no están destinados ni para las que están formados. Podría pensarse que encargarse de la B.E. podría ser una bombona de oxígeno para muchos de ellos. Sin embargo, en la realidad, muy pocos están dispuestos a realizarlo: 1º. Consideran la biblioteconomía y las bibliotecas materias completamente ajenas a ellos; 2º. Las contrapartidas en disminución de horario de clases (yendo claramente al grano) son mínimas y no les compensan.

Es cierto que existen excepciones, profesores que se interesan verdaderamente por la B.E., que hacen que éstas funcionen adecuadamente y que, llevados por el entusiasmo del descubrimiento de las infinitas potencialidades de las bibliotecas, cursan la carrera de Biblioteconomía y Documentación, actualizan periódicamente su formación en esta temática y dinamizan las B.E.

Pero esta disposición representa una gota de agua en un océano. Normalmente, en el mejor de los casos, nos podemos “dar con un canto en los dientes” cuando las B.E. están bien organizadas, aunque no se haga ningún tipo de fomento de las mismas, de integración en los proyectos curriculares de las asignaturas. Y en la inmensa mayoría de los centros educativos (sobre todo de Enseñanza Secundaria) la B.E no existe.

No hay que ser ningún adivino ni “pitoniso” para vislumbrar que dejar las B.E. en manos de la voluntad de participación de los profesores es un error garrafal. Ya se sabe la máxima de que en las bibliotecas no se puede confiar en el voluntarismo. En una B.E. en la que estuve trabajando como catalogador, se presentó un proyecto, se comenzó a llevar a cabo la catalogación de un fondo muy rico, extenso y heterogéneo (tanto en la temática como en los soportes), el expurgo, etc. y se tenía pensado hacer unas obras durante el verano para acondicionar el espacio del que disponía la biblioteca. Aunque sólo iba a participar durante unos meses, todo aquello me ilusionó muchísimo. Mas, ¿cuántas personas llevaban a cabo el proyecto? Sólo había un único responsable (con el que trabé una sincera amistad), y dos personas que colaborábamos a tiempo parcial con él. ¿El desenlace de todo esto cuál fue? Desgraciadamente, la persona que estaba desarrollando el proyecto y que se dedicaba a las actividades extraescolares, falleció durante el verano (desde aquí mi más sentido recuerdo para él, descanse en paz), y ya no se ha vuelto a saber más de la B.E., que desde principio de curso de este curso escolar ha permanecido cerrada y sin esperanzas de nada.

No se puede depender del voluntarismo de las personas para que la B.E. exista y cumpla su función. No es necesario acudir a casos tan trágicos como el que he aludido anteriormente y que he vivido en propia persona. Simplemente puede ocurrir que la persona que haya dinamizado la biblioteca de un centro educativo tome un traslado de destino por circunstancias personales. Es muy posible que nadie tome el testigo en ese instituto y la B.E. se quede huérfana.

La clave y la solución de todo el problema para solucionar el problema de las B.E. está en institucionalizar la figura del bibliotecario escolar. Una persona profesional, con una buena formación en biblioteconomía y documentación así como pedagógica que cubra el vacío existente en las escuelas e institutos. Que convenza a la comunidad escolar (directivos, profesores, familias, alumnos) de los excelentes beneficios que puede aportar la B.E. y lo demuestre año a año con informes y estadísticas de evaluación del servicio.

Un caso ejemplificador de ello es la bibliotecaria escolar Glòria Durban, que trabaja en l´Escola Professional del Clot (Barcelona), y a la que tuve la oportunidad de conocer y conversar con ella en las recién celebradas XIV Jornadas Bibliotecarias de Andalucía. Ha creado una página web de la B.E. que actualiza periódicamente y ha desarrollado, para diversos niveles educativos, programas de alfabetización informacional, que han sido tomados como ejemplo a seguir en comunidades educativas de otras CC.AA. Enlace a uno de estos excelentes programas ALFIN: Itinerario formativo de 1º de E.S.O.

Otro elemento nada baladí es la peculiar situación jurídica en que se encuentra la B.E. Por un lado, formalmente, depende de las Administraciones de Cultura (Ministerio de Cultura y Consejerías) y, al mismo tiempo, está integrada en los centros educativos que dependen de las Administraciones de Educación (Ministerio de Educación y Ciencia y Consejerías). Como se suele decir, “uno por el otro y la casa sin barrer”. Por otra parte, el art. 113 de la L.O.E. (Ley Orgánica de Educación) que tantas expectativas y esperanzas había despertado, parece más un brindis al sol que un intento real por impulsar las BB.EE. Es muy sintomático que un texto de 50 páginas a doble columna sólo les dedique 19 líneas (contadas) de una columna. Me detengo aquí porque las dos cuestiones que menciono en este párrafo son de profundo calado y tratar como se merecen cada una de estas materias me llevaría muchas páginas.

Por último, regresando al corazón de este artículo, las causas de no institucionalizar la figura del bibliotecario escolar no son difíciles de adivinar: de índole económica (principalmente) y de reestructuración organizativa. Hasta que no se acometa con valentía y decisión esta reforma, el problema de las bibliotecas escolares amenaza con eternizarse. Lo de convertirlas en C.R.E.A. (Centro de Recursos para la Enseñanza y el Aprendizaje) suena muy bien. Sin embargo, desgraciadamente, estamos lejos, muy lejos de que se convierta en realidad lo que ahora mismo sólo es un proyecto.

Nota: utilizo el género masculino de forma genérica para facilitar la lectura, por lo que los sustantivos en forma masculina hacen referencia a personas de ambos sexos.

Bibliografía utilizada:

-AMEIJEIRAS SÁIZ, Cristina. "La biblioteca escolar, la energía de un motor de cambio" [en línea]. En: Actas de las XIV Jornadas Bibliotecarias de Andalucía (Antequuera, 15 al 17 de marzo de 2007). http://www.aab.es/pdfs/jba14/Ameijeiras.pdf [Consulta: 25 de mayo de 2007]

-IFLA. "Directrices de la IFLA/UNESCO para las bibliotecas escolares" [en línea]. http://www.ifla.org/VII/s11/pubs/sguide02-s.pdf [Consulta: 25 de mayo de 2007]

Recursos web de interés:

-La dinamització de la biblioteca escolar: Web realizada por Glòria Durban, bibliotecaria de la Escuela Técnica Profesional del Clot.

-Recursos para las bibliotecas escolares: Web de la Junta de Andalucía que ofrece apoyo técnico y formación, entre otros recursos, para dinamizar las bibliotecas escolares.

-@bareque: Revista de bibliotecas escolares de la Red de Educación Asturiana.

-Resources for School Librarians: Web muy completa que ofrece una enorme cantidad de recursos de calidad para los bibliotecarios escolares.

-School Libraries: Página que recopila webs de bibliotecarios escolares de todo el mundo.

-:L´Amic de Paper: Asociación catalana dedicada a los servicios de las bibliotecas escolares.

domingo, 27 de mayo de 2007

Las bibliotecas escolares (I): una vista panorámica de la situación actual en España

El fomento y promoción de las bibliotecas escolares viene siendo un tema recurrente de las administraciones en los últimos años. Y hay que decir “en los últimos años”, porque hasta hace menos de una década eran unas completas olvidadas.

En mi caso, descubrí la existencia de las bibliotecas cuando ingresé en la universidad. En el instituto, solamente conocía que había una gran sala de estudio a la que de vez en cuando los alumnos iban a realizar ejercicios de clase, a estudiar o sencillamente porque se encontraban en una hora de tutoría. Además, todos los días los profesores y los chavales le echaban un vistazo a los periódicos y, “sabía” (lo digo así ya que nunca consulté ningún material) que había libros. La única vez que utilicé la biblioteca realmente fue en los días previos a la selectividad, como lugar de estudio.

Es probable que mi experiencia también esté condicionada por la razón de que en mi casa siempre hubo muchos libros y nunca tuve necesidad de ninguno. En todo caso, las lecturas complementarias únicamente eran de Lengua y Literatura, lo que debió influir decisivamente en que no consultase ningún libro de la biblioteca del instituto.

Actualmente, hay un número relevante de recursos dedicados a la dinamización de este tipo de bibliotecas y a la formación en biblioteconomía de aquellos profesores que voluntariamente se quieran responsabilizar a dichas entidades.

A continuación, para hacer una vista panorámica de la situación actual de las Bibliotecas escolares, voy a realizar un breve extracto (fragmento entrecomillado) de la ponencia que presentó Cristina Ameijeiras Sáiz, componente del Servicio de Coordinación de Bibliotecas Municipales de La Coruña, en las últimas jornadas de la AAB. Este documento me parece muy adecuado porque da una visión general, sucinta a la vez que atinada sobre la situación de las B.E. (a partir de ahora utilizaré estas siglas para designar a las bibliotecas escolares):

"Ya nadie duda (al menos, aparentemente) que las bibliotecas escolares son un recurso muy valioso para mejorar la calidad de la Educación, al menos para la superación de la E.S.O. y, específicamente, para que los alumnos “aprendan a aprender”, para seguir formándose durante toda su vida (el mercado laboral se lo va a exigir irremisiblemente).

Otro punto de acuerdo es que es un recurso de igualdad e integrador, de equilibrio de las desigualdades económicas, sociales y culturales.

Y es la institución más adecuada para inculcar la lectura en los niños, como herramienta indispensable para la educación, no sólo como elemento de ocio.


De modo que se puede afirmar que los pilares de las Biblioteca escolar son:


1º. La promoción de la lectura: tradicionalmente la B.E. se dedicaba a actividades de animación a la lectura. Sin embargo, es item esencial para el aprendizaje, no sólo de Lengua y Literatura, sino de todas las materias. Como dice José Antonio Millán “la llave mágica del conocimiento es la lectura”. Y lo importante son los contenidos y no los soportes en los que se transmitan. No hay que dejarse avasallar por tanto desarrollo tecnológico, sino aprovecharlo racionalmente.


2º. ALFIN (ALFabetización INformacional): fomentada internacionalmente a través de textos como el Manifiesto de la UNESCO para la Biblioteca escolar, las Pautas Pulman (2002), las Pautas IFLA para Bibliotecas escolares (2002), el estudio PISA, etc.

Lo más reciente realizado en España es la Declaración de Toledo (febrero de 2006), en la que se destacan los siguientes aspectos:


-La B.E. como protagonista de la ALFIN.

-Las TIC´s como recurso de aprendizaje y no como fin en sí mismas.

-Aprendizaje por proyectos, procurando la globalización de los contenidos.

-Determinar la figura de un responsable de la B.E. Se habla del “profesor bibliotecario”.


La B.E. incide positivamente en el rendimiento escolar cuando se dispone de:


-Colecciones de calidad que sirven de apoyo al currículo.

-Tecnologías actualizadas e integradas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

-Cooperación con otros centros educativos y con otras bibliotecas, especialmente las bibliotecas públicas.

Para que la B.E. cumpla su función, es necesario que haya leyes y normativas de rango estatal y autonómico que lo permitan, como ya está comenzando a suceder (L.O.E., art.113) (en todo caso, me parece claramente insuficiente, luego argumentaré brevemente mi posición).

La situación de las BB.EE. en Galicia hace siete años es perfectamente extrapolable a la actualidad y al resto del territorio español:

-Nula formación del profesorado (para qué sirve, por qué es necesaria en la escuela).

-No sólo debe haber una formación inicial, sino que ha de ser permanente, con múltiples aspectos a abarcar (distribución de los espacios, desarrollo y mantenimiento de las colecciones, ALFIN, dinamización, etc.

-Sensibilización de los inspectores educativos en cuanto al valor de las BB.EE.

-Creación de equipos de trabajo, integrados por diferentes ciclos y departamentos.


En Galicia, se ha creado la figura del asesor de Bibliotecas escolares en los centros de recursos para los profesores, debido a la alta demanda de formación.

Sin embargo, los Planes de Mejora se están implementando muy lentamente, de manera que se pueden necesitar varias décadas para cumplir los objetivos. En definitiva, las Bibliotecas escolares siguen sin funcionar.

Por otro lado, tenemos las Leyes del Libro y los Planes de Lectura, que se caracterizan por su ambigüedad. En ellos se hace mucho hincapié en la protección del libro como industria, pero no impulsándola a que sea un sector más competitivo sino un sector mejor protegido. Asimismo, se satisfacen los intereses de los diversos agentes de la industria del libro; sin embargo, no se atienden las necesidades de la sociedad ni de la comunidad educativa concretamente".

Nota: utilizo el género masculino de forma genérica para facilitar la lectura, por lo que los sustantivos en forma masculina hacen referencia a personas de ambos sexos.

Bibliografía utilizada:

-AMEIJEIRAS SÁIZ, Cristina. "La biblioteca escolar, la energía de un motor de cambio" [en línea]. En: Actas de las XIV Jornadas Bibliotecarias de Andalucía (Antequuera, 15 al 17 de marzo de 2007). http://www.aab.es/pdfs/jba14/Ameijeiras.pdf [Consulta: 25 de mayo de 2007]

-IFLA. "Directrices de la IFLA/UNESCO para las bibliotecas escolares" [en línea]. http://www.ifla.org/VII/s11/pubs/sguide02-s.pdf [Consulta: 25 de mayo de 2007]

jueves, 24 de mayo de 2007

La "bestsellerización" y la literatura con mayúsculas

El 16 de mayo se transcribía en el blog Librosfera una interesante entrevista realizada el 11 de mayo en El País al escritor José Ángel Mañas. En la conversación habla especialmente de cómo, en la actualidad, l@s escritor@s se ven altamente condicionados por la demanda del mercado a la hora de elaborar sus textos si quieren seguir siendo escritor@s. Ello ha llevar casi obligatoriamente a un empeoramiento de la calidad literaria.

Es probable que, como dice José Ángel Mañas, la cultura se haya enriquecido mucho en otros ámbitos, como la informática.
Para l@s amant@s de la literatura y de la lectura, como es mi caso, el fenómeno de la "bestsellerización" (como lo denomina el entrevistado) sólo puede causarnos cierta zozobra. Lo cierto es que dicha tendencia literaria no es algo nuevo, aunque se mostró al mundo de un modo espectacular a través de las obras de Dan Brown. Como dice el propio entrevistado, mayor edición de títulos no significa mayor calidad literaria.

En mi caso, trato de estar al tanto de las novedades literarias porque considero que es mi deber como aspirante a bibliotecario, pero reconozco que muy pocos de los libros actuales son los que me atraen. Si quiero leer un libro nuevo, "voy a lo seguro" y me decanto por los clásicos. Por otro lado, he desarrollado un instinto o criterio lector y cuando elijo un libro suelo eligir bien, y su lectura raramente no cumple mis expectativas (es más, en muchos casos las superan ampliamente, para mi regocijo y para mi enriquecimiento personal).

Una biblioteca pública tiene como obligación estar actualizada en sus fondos para poder satisfacer las necesidades de sus lectores. Pero, desde mi humilde opinión, considero que hay que revindicar a los grandes escritores de la historia. En este sentido, el papel de los clubes de lectura está siendo encomiable. No se me ocurre cómo una persona (sobre todo si es aficionada a la lectura) puede vivir sin leer a Neruda, Tolstoi, Yourcenar, Dostoievskii, Cervantes, Shakespeare, Pardo Bazán, Greene, García Lorca, etc., etc. Esto es lo que llama José Ángel Mañas, con toda razón, literatura con mayúsculas. Rescatemos a todos estos excepcionales escritor@s, al menos que no quede en la conciencia de l@s bibliotecari@s que no los hemos promocionado suficientemente.

Porque pienso que la lectura no sólo debe proporcionar ocio (algo estupendo) sino también reflexión serena, un debate serio, resquebrajamiento de las estructuras mentales anteriores a la lectura de este o aquel libro, etc. Si un libro no logra con su lectura esta segunda función, en mi opinión, no es literatura con mayúsculas.

En un bello pasaje de "Memorias de Adriano", Plotina le dice a Adriano: "La biblioteca es el hospital del alma". Creo que no hay modo más poético de definir una de las principales funciones de las bibliotecas públicas. Que su bálsamo continúe siendo la lectura de las grandes obras de la literatura universal.

Un saludo cordial.

martes, 22 de mayo de 2007

La alfabetización informacional: un aspecto esencial de las bibliotecas públicas

El papel de las bibliotecas públicas está demostrando ser esencial, sobre todo en la última década, en cuanto a aspectos como la alfabetización informacional. Si queremos una ciudadanía que verdaderamente pueda participar activamente en la vida política, social, cultural y comunitaria, es necesario que sean personas con capacidad de entender cualquier texto que se les presente, de crítica, de redacción de escritos complejos, de búsqueda de información en cualquiera de los soportes existentes, etc. Todo esto reportaría unos beneficios indudables a la sociedad, no únicamente en el ámbito cultural.

Como muestra, el siguiente estudio del Instituto Canadiense CD Howe: en un informe de octubre de 2005, mostró que un incremento del 1% en el nivel de alfabetización conduciría a un aumento de la productividad del 2,5%, y el PIB crecería un 1,5%. Canadá es una democracia moderna como España, ambas integradas plenamente en la sociedad de la información. De modo que estos datos pueden servir también para nuestro país.
Hasta que los presupuestos de las bibliotecas tengan un incremento relevante, son muchas las acciones que l@s bibliotecari@s podemos llevar a cabo. Las bibliotecas tienen que demostrar a l@s ciudadan@s que son realmente útiles, un servicio básico como es la sanidad.
En Canada, se está priorizando el tema de la alfabetización. Para ello, se está formando al personal bibliotecario en esta materia y se está incorporando puestos directamente vinculados con la alfabetización. Referente al primer punto, hay un buen número de jornadas y cursos de formación con los que ponernos al día. Y hay unos canales de intercomunicación cada vez más estrechos entre las diferentes asociaciones de bibliotecarios y documentalistas.

Por otro lado, se muestra indispensable, para lograr esta alfabetización, establecer alianzas con otras organizaciones: centros educativos, ONG´s, asociaciones de personas mayores, etc. Y también con empresas privadas (mediante la esponsorización de determinadas actividades), no sólo librerías o editoriales. Es algo que no cuesta dinero y que puede reportar grandes beneficios a la comunidad. Está demostrado que la alfabetización es algo que las bibliotecas no pueden trabajar aisladamente. Así mismo, es necesario romper en la medida de lo posible con las barreras burocráticas entre administraciones. Si el objetivo último es trabajar por mejorar la calidad de vida de l@s ciudadan@s, hay que conseguir que los políticos comprendan la necesidad de colaboración con continuidad en el tiempo entre las diferentes administraciones, mediante planificaciones acordadas. Debería convencérseles de que el municipio, la diputación provincial, la comunidad autónoma y el MCU pueden "anotarse un buen tanto" cada uno, y tod@s salimos ganando.
Del mismo modo, deben de aprovecharse las nuevas tecnologías en esta labor de alfabetización. Hacia ello nos dirige el programa ALFIN (ALFabetización INformacional) .
No cabe duda de que la mayoría del peso del proceso de "aprender a aprender" debe recaer sobre los centros educativos. Pero las bibliotecas pueden cumplir un papel complementario muy importante.
En los últimos años se ha pasado de la "formación de usuarios" (utilización de la biblioteca) a la ALFIN (utilización de la información).
Es manifiesto que las bibliotecas públicas, a diferencia de los centros educativos y sus bibliotecas (cuando las hay) atienden a un público muy heterogéneo, que no tiene por qué estar inmerso en un proceso educativo formal. De ahí que sea esencial seleccionar grupos específicos de destinatarios para los que elaborar programas específicos de formación en habilidades de información, sin dejar de hacer programas genéricos para un público más amplio. Es necesaria la elaboración de materiales formativos mediante las redes bibliotecarias ya existentes (o que se puedan constituir en un futuro) para reducir los costes de tiempo.

En la Biblioteca Pública de Castilla-La Mancha decidieron que sus actividades debían ir dirigidas especialmente hacia dos colectivos de población (quizá lo más necesitados de ayuda): 1º Las personas adultas, a las que no se dedica ningún otro tipo de biblioteca, para fomentar el aprendizaje autónomo; 2º Los estudiantes del sistema educativo formal.

Para llevar a cabo estos cambios, es necesario realizar los siguientes cambios en la Biblioteca pública:

-Una parte del personal ha de formarse como mediadores de aprendizaje.
-Por otro lado, ha de existir un personal especializado en la elaboración y evaluación de actividades formativas.
-Integración plena de las actividades de ALFIN en la estructura y en el horario laborales.

La formación de usuarios (bases de datos de la biblioteca, manejo del OPAC, funcionamiento de la hemeroteca, etc.) solía adolecer de no cubrir las necesidades reales de los ciudadanos, y la falta de homogeneidad dificultaba mucho la realización de ejercicios.

En la transición de la formación de usuarios a la ALFIN ha tenido importancia la experiencia del Proyecto TUNE (Training of library Users in a New Europe), realizado entre octubre de 2004 y septiembre de 2005, en el que participaron, junto a la Biblioteca de Castilla-La Mancha, la Biblioteca Pública de Helsinborg (Suecia), y la Biblioteca Pública de Randers (Dinamarca). Los casos escandinavos aportaron nuevas ideas muy enriquecedoras.
Este proyecto ha permitido ver las nuevas necesidades de los usuarios en el manejo de la información y cómo ofrecerles formación para que se desenvuelvan mejor en su vida diaria. Ha supuesto una renovación del programa de formación de usuarios.

Por un lado, dicha formación de usuarios se dirigió a dos colectivos poblacionales concretos:
-Los escolares de 6 a 14 años (con subdivisión entre los niños de 6 a 9 y de 10 a 14 años)
-Personas inscritas en Centros de Educación para Personas Adultas.

Por otra parte, supuso la reorganización del servicio ALFIN. Ha de convertirse en una actividad permanente en el tiempo lo que, a su vez, implica numerosos cambios, especialmente en la asignación de tareas entre el personal:

-Creación de un grupo dedicado a la formación de usuarios. Los trabajadores se integraron voluntariamente, procedentes de diversas áreas, lo que sirvió para afirmar la naturaleza transversal del servicio ALFIN.
-Concienciación de todo el personal sobre los ejercicios de ALFIN, incluidas aquellas personas que no vayan a particiapar en ellos.
-Personal competente en habilidades pedagógicas, que normalmente han de obtenerse, porque en Biblioteconomía y Documentación no se recibe apenas formación de este tipo.
-Y, desde luego, la elaboración de materiales adecuados.

Estas experiencias, junto con otras, nos sirven para adaptar a la situación actual la función educativa que siempre ha tenido la biblioteca´pública.

Bibliografía:

-CLUBB, Barbara. "La construcción de comunidades con mayores capacidades de alfabetización y aprendizaje: el papel de la biblioteca pública". En: Actas del III Congreso nacional de bibliotecas públicas (Murcia, 29-30 de noviembre y 1 de diciembre de 2006). http://travesia.mcu.es/documentos/Congreso_3bp/actas_congreso3bp.pdf. P. 26-29
-GARCÍA MARTÍNEZ, Eva; SELGAS GUTIÉRREZ, Joaquín. "Las bibliotecas públicas y la alfabetización informacional: reflexiones y experiencias de la Biblioteca de Castilla-La Mancha". En: Actas del III Congreso nacional de bibliotecas públicas (Murcia, 29-30 de noviembre y 1 de diciembre de 2006). http://travesia.mcu.es/documentos/Congreso_3bp/actas_congreso3bp.pdf. P. 95-104
-SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Juan. "Combates por la biblioteca pública: nueva ley de lectura y bibliotecas del Ministerio de Cultura". En: Actas de las XIV Jornadas Bibliotecarias Andaluzas "Más que palabras: la biblioteca, motor de transformación social" (Antequera 15-17 de marzo de 2007). http://www.aab.es/pdfs/jba14/Combates.pdf

domingo, 20 de mayo de 2007

Tolstoi y los derechos de autor

En esta entrada me quiero hacer eco de una cita de un escritor al que admiro profundamente, tanto en su carrera literaria como en su pensamiento y vida personal: León Tolstoi. He llegado a esta cita a través del blog La Fragua, que a su vez la recoge del blog Pues fíjate. Como dice el autor del blog acerca de León Tolstoi, un auténtico precursor del copyleft.

El 14 de julio de 1891 escribía en su diario desde su dacha en Yásnia Poliana:

"…Conversación con mi mujer, siempre sobre el mismo tema, sobre la cuestión de renunciar al derechos de propiedad de mis obras; la misma incomprensión de mi punto de vista: "Estoy obligada por los niños…" Ella no entiende –y los niños tampoco entienden cuando gastan el dinero- que cada rublo que ellos gastan y que se ha obtenido gracias a mis libros es para mí un sufrimiento, una vergüenza. Que sea una vergüenza, pase, pero ¿Por qué debilitar la el efecto que podría tener la prédica de la verdad?..."

Con esto, creo que no tengo nada más que añadir, ya está todo dicho. Un saludo cordial.

sábado, 19 de mayo de 2007

A vueltas con el canon: se acaba la cuenta atrás

El Cultural de El Mundo se hace eco esta semana de la inminente imposición desde Bruselas del préstamo de pago. Ya no hay más moratoria que valga, o bien implantamos la tristemente famosa Directiva 92/100 CEE, o el Gobierno español tendrá que pagar 300000€ de multa diarios.

La puesta en ejecución de dicha infausta Directiva supondrá al erario público estatal y al de las CC.AA. el pago de 1,4 millones de euros (resultado de multiplicar los 44 millones de préstamos que se estima se realizan al año por los “célebres” 0,20 céntimos). Con ello, se penaliza la difusión de la lectura y de la cultura en definitiva. ¡Esto no tiene ni pies ni cabeza! Si los presupuestos de las bibliotecas ya son exiguos, ahora lo serán más todavía.

En El Cultural se pregunta a varios directores de Bibliotecas Públicas y, en su inmensa mayoría, no saben quién se va a hacer cargo del pago del canon. Únicamente Juan Elizari Huerta, responsable de la Biblioteca General de Navarra, está tranquilo en ese aspecto porque el Gobierno de Navarra creará una partida específica para satisfacer el pago del canon. Además, en Navarra, por suerte para los navarr@s, la principal carencia de su red de bibliotecas no está en la dotación de fondos (junto con el País Vasco y La Rioja son las únicas CC.AA. que cumplen las directrices de la UNESCO en ratio de libro/habitante) sino en la falta de espacio.

Pero en lo que todos los responsables de bibliotecas están de acuerdo es en que el canon reducirá las partidas presupuestarias para la adquisición de nuevos materiales, con lo que será más difícil satisfacer las necesidades de los usuarios.

A partir de ahora, aunque nos pese, l@s bibliotecari@s van a tener que añadir a sus funciones la de ser recaudadores de impuestos (por mucho que se nos diga que no vamos a pagar un céntimo por los préstamos). Por ello, propongo desde mi humilde blog que cada vez que se preste un libro a un usuario, se le entregue una simbólica factura de 20 céntimos de euro. Podría ser un buen modo de campaña pro-activa en contra de dicha absurda Directiva. Creo que así la ciudadanía podrá concienciarse más de lo que significa el préstamo de pago.

El préstamo de pago en bibliotecas no es algo ni mucho menos nuevo. Su origen se remonta a 1946, cuando se implantó en Dinamarca, seguida en los años siguientes por el resto de países nórdicos. La razón de su creación tenía cierta lógica. Se pretendía alentar aquellas lenguas consideradas como minoritarias (danés, suomi o finés, sueco, noruego), destinando el canon a aquellos autores que escribiesen en la lengua nacional. Era un apoyo estatal dirigido a promocionar las lenguas y culturas de estas zonas y, en ese ámbito, podía tener sentido.

Pero trasladar una situación tan particular a toda la Unión Europea es absurdo. España no está sola en esta lucha, Portugal, Luxemburgo e Italia ya han sido “reconvenidos” por el Tribunal de Justicia Europeo, y también pasaron por la misma situación en su momento Francia y Bélgica, por ejemplo.

Las leyes no son un producto de la divinidad, ni todo lo que viene de Bruselas con el sello de la Unión Europea tiene por qué estar bien. Las leyes las hacen personas, y como los seres humanos erramos, pueden ser desacertadas, incluso injustas. Es muy complicado que todo este proceso tenga marcha atrás, pero lo más lógico es que la Directiva 92/100 CEE se retirara y guardara en un recóndito cajón en el que dormitara para siempre. Sería lo mejor que podría ocurrir.

Bibliografía:

-BERASÁTEGUI, B., AZANCOT, N. "La mordida del canon". El Cultural [en línea]. 17 de mayo de 2007. http://www.elcultural.es/HTML/20070517/Letras/Letras20512.asp
-CARAZO, Javier. "Llega el peaje de las bibliotecas".
Cinco días [en línea]. 9 de noviembre de 2006. http://www.cincodias.com/articulo/Sentidos/Llega/peaje/bibliotecas/cdscdi/20061109cdscdicst_2/Tes/

Lectura recomendada:

-
CERVERA, José. "Ojalá los libros fueran coches". Retiario [en línea]. 23 de abril de 2007. http://blogs.20minutos.es/retiario/post/2007/04/23/ojala-libros-fueran-coches
(también se puede consultar en: http://noalprestamodepago.org/)


miércoles, 16 de mayo de 2007

¿Y qué hay del software libre?

Leyendo la última entrada de "El Documentalista enredado", en cuyo weblog Marcos Ros nos ha informado estupendamente sobre las últimas jornadas de Fesabid recién celebradas en Santiago de Compostela, me ha sorprendido el poco interés mostrado hacia el software libre, siendo ahora un momento en el que está comenzando a tener mucho predicamento. Se trata de una alternativa muy atractiva y, de hecho, varias Administraciones públicas están implementando Linux (caso de la Junta de Andalucía con Guadalinex, y de la Junta de Extremadura con Linex), y otras CC.AA. como Cataluña, Canarias o Islas Baleares están fomentando su utilización.

Además, a mediados de abril se aprobó en el Congreso de los Diputados el proyecto de ley de la LAECAP (Ley de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a las Administraciones Públicas) y el texto ha pasado al Senado. Lo cierto es que desconocía la elaboración de esta ley (no he escuchado nada acerca de ello en los medios "tradicionales"), pero parece ser muy importante. Al igual que con la Ley de Libro (de la que sí tenemos sobrado conocimiento), ha habido muchos grupos, entre ellos Hispalinux, que están siguiendo de cerca la materia y presentando propuestas de enmienda a los diversos partidos políticos. Y, en efecto, el seguimiento ha tenido sus frutos. No sólo se abre la puerta a la utilización por parte de las diferentes Administraciones públicas de software libre sino que, además, las Administraciones públicas han de respetar la neutralidad tecnológica, con lo que se abre definitivamente la puerta a la utilización del software libre por parte de las mismas y, aún más allá, se aprobó una enmienda por la que se pretende garantizar el derecho de la ciudadanía a relacionarse electrónicamente con las Administraciones Públicas bajo su propia elección tecnológica (lo que guarda plena coherencia con lo anterior).

En fin, todo indica que el software libre será una relevante tendencia en el futuro (ya lo ha comenzado a ser en el presente) y creo que el mundo bibliotecario no debiera quedarse al margen de ello. Si en otras temáticas se nos insiste que tenemos que actualizarnos, el tema del software libre tiene que ser una de nuestras competencias a adquirir (o, al menos, a conocer) para que nuestras bibliotecas sigan el compás de la actualidad. Más aún cuando se pretende incorporar en breve (si es que no se ha hecho ya) dentro de los programas curriculares de la enseñanza secundaria el aprendizaje informático a través de Linux.

En caso contrario, si dejamos pasar esta oportunidad de formarnos en esta materia, como comentaba Lara Rey en el último post de "El Documentalista Enredado", corremos el riesgo de que se nos encasille, y con toda razón, como bibliotecarios tradicionales. Es algo que no podemos permitirnos.

martes, 15 de mayo de 2007

Bibliotecas municipales: la piedra angular descuidada

Creo que, en la actualidad, ya nadie puede dudar de la importancia crucial que tienen las bibliotecas públicas municipales. Por dos razones principales: constituyen el 95% del sistema bibliotecario del país; y son las entidades bibliotecarias idóneas para servir a la ciudadanía, por su cercanía entre otras cuestiones.

Sin embargo, el papel clave que l@s bibliotecari@s (y quienes aspiramos a serlo) les atribuímos no es, ni mucho menos, el que le dan las autoridades. El dato más aplastante que confirma esta realidad es que se invierten 8€ anuales por persona en las bibliotecas, mientras que en otros servicios sociales (seguridad o sanidad) es de 5000€ anuales per cápita.

Por otro lado, el 27 de mayo se celebran las elecciones municipales y autonómicas. Os invito a que echéis un vistazo a los programas electorales de los partidos políticos. Quizá en vuestras localidades os llevéis una grata sorpresa.
Sin embargo, en Málaga, las propuestas electorales respecto a la mejora de la red municipal de bibliotecas son casi inexistentes. A los hechos me remito. Lo más concreto y destacado es la propuesta de Izquierda Unida, que se reduce a lo siguiente (cita textual, no hay más): "Dotar a los barrios de Bibliotecas Públicas, al menos 1 por cada 20.000 habitantes. Las Bibliotecas serán espacios de uso múltiples, para animación a la lectura, creación artística, exposición de los creadores, etc." Luego también hay una referencia al refuerzo de las bibliotecas escolares, pero las competencias sobre los centros educativos están principalmente en manos de las CC.AA. y del MEC. Puede parecernos insuficiente en cuanto a nivel de concreción. Pero si se cumpliese con ese ratio de bibliotecas/habitantes, sería un progreso muy sustancial respecto a la situación actual.
En los demás partidos políticos, no he encontrado prácticamente nada, y menos aún algún dato concreto. Me queda por ver el programa electoral del PSOE, que todavía no he encontrado en su web. Si hay noticias sobre ello, informaré en cuanto tenga conocimiento de ello.

La situación en los últimos 25 años ha mejorado mucho, es indudable. A pesar de ello, sigue siendo bastante precaria. El mundo bibliotecario puede reaccionar de dos formas: con la tradicional queja por la despreocupación de las autoridades, lo cual es completamente lícito, aunque por sí sola ha demostrado, sobradamente, ser insuficiente. A esta reacción habría de añadirse la tomada ya por la inmensa mayoría de bibliotecari@s: demostrar a los dirigentes políticos, mediante su esfuerzo de innovación y su buen hacer, que las bibliotecas municipales tienen muchos beneficios que ofrecer. Desde luego, no estoy descubriendo nada.


Y, junto a esto, no habría de centrarse todo el trabajo en lo propiamente bibliotecario. Es decir, como comentó Roser Lozano (directora de la Biblioteca Provincial de Tarragona) en uno de sus cursos al que asistí (“Planificación estratégica aplicada a los servicios bibliotecarios”, organizado por la AAB), no debe trabajarse 8 y comunicar 2 porque, en ese caso, gran parte de nuestros esfuerzos no serán productivos. Debe trabajarse 5 y comunicarse 5, la comunicación a través de los medios locales (radio, televisión, periódicos, etc.) da más valor a nuestro trabajo, porque hace que llegue al conocimiento de l@s ciudadan@s, tomen conciencia y pueden valorar más el papel de la biblioteca.
Así quedará demostrado con toda claridad que las bibliotecas públicas municipales son la piedra angular del sistema bibliotecario del país y serán consideradas un servicio básico para la comunidad, al mismo nivel que ya tiene la sanidad, por ejemplo.

A tod@s l@s que leáis este escrito y encontréis iniciativas sobre bibliotecas municipales por parte de los partidos políticos, os estaría muy agradecido de que me las hicieseis llegar (enviándome el link, el texto concreto, en fin, como mejor veáis), especialmente referidas a la ciudad de Málaga y la provincia. Muchas gracias, un saludo cordial.

miércoles, 9 de mayo de 2007

La Biblioteca de Catalunya firma con Google Books

La Biblioteca de Catalunya sigue la misma senda tomada por muchas bibliotecas universitarias de todo el mundo y se suma al proyecto de digitalización de Google Book Search. Esta decisión ha sido premiada por FAD (Fomento a las Artes Decorativas), ya que es una medida que asegura la conservación y difusión del acervo cultural catalán. Se van a digitalizar nada menos que 300000 títulos, que integran los fondos de una serie de bibliotecas entre las que se encuentran la del Monasterio de Montserrat, la del Seminario de Barcelona, la del Centro de Excursionistas de Cataluña y la del Ateneo barcelonés.

Me pregunto en qué situación queda la Biblioteca Digital Europea "Europeana" ante una iniciativa tan potente como la de Google. Hace tiempo que se dice que los europeos se están quedando retrasados en esta carrera de la digitalización. Y parece ser una afirmación muy cierta. Hay que recordar que la Biblioteca de la Universidad Complutense también se dejó seducir por Google y firmó, en noviembre de 2006, un acuerdo de digitalización de sus fondos libres de derechos de autor. Si no me equivoco, junto con la Biblioteca de la Universidad Complutense, la Biblioteca de Catalunya se convierte en la segunda biblioteca de prestigio no anglosajona que se suma al proyecto de Google. Al final, Europeana será la que tendrá que colaborar con Google Library Project y no al revés. Demos tiempo al tiempo y veremos qué ocurre.

Por último, no deja de ser curioso que una entidad privada tenga mayor interés por las bibliotecas que las instituciones públicas. Ha tenido que llegar Google para que muchos se den cuenta que promocionar la cultura puede ser muy rentable. Siempre que la digitalización de fondos de bibliotecas públicas por parte de empresas privadas no lesione el derecho de acceso a la cultura y a la información de los ciudadanos, habrá que dejarse seducir por estas acciones privadas.

Fuentes utilizadas:
-BOERSNER, Juliana."Nuevo premio a la Biblioteca de Cataluña" [en línea]. Papel en blanco. 5 de mayo de 2007. http://www.papelenblanco.com/record/10 [Consulta: 8 de mayo de 2007]

También recomiendo leer la interesante entrevista a Marino Marinucci, Director de Google Book Search International, realizada por Jordi Savaté en la web de consumer.es Eroski. La dirección es: http://www.consumer.es/web/es/tecnologia/internet/2006/11/09/156903.php

Así como el acuerdo firmado por la Biblioteca de la Universidad Complutense y Google Book Search en: http://www.ucm.es/BUCM/boletin/07/01.htm

martes, 8 de mayo de 2007

Comentario al Proyecto de Ley del Libro, 9 de abril de 2007

El nuevo proyecto de ley incluye varias modificaciones (algunas muy relevantes) que se resumen en:

-En principio, el compromiso de establecer acuerdos con los medios de comunicación para fomentar la lectura es positivo. Pero lleva intrínseco el peligro de que se convierta en algo simplemente figurativo, aparte de que pueda estar guiado por intereses políticos coyunturales. Como ejemplo más cercano tenemos al Pacto Andaluz por El Libro (PAPEL), que ha tenido poca difusión (al menos lo que ha llegado hasta mis oídos). El único logro real es la existencia del excelente espacio televisivo de Jesús Vigorra “El público lee” que se emite semanalmente los domingos. Al menos, ha logrado la fidelidad de un buen número de televidentes pero, posiblemente, no de aquellos que realmente necesitan acercarse a la lectura.

-El respeto a lo “políticamente correcto”. Si en los dos anteriores textos ya se dejaba bien clara la intención de no invadir las competencias autonómicas, aquí la reiteración en ponerlo de manifiesto se convierte en excesiva, creo que casi en una obsesión. Se repite a lo largo del articulado al menos en media docena de ocasiones.

-La integración en el articulado de lograr la igualdad de accesibilidad a la cultura y a la información (qué son si no las bibliotecas) de los discapacitados es, sin duda, un acto de justicia social. Esperemos que se hagan los esfuerzos financieros necesarios para que se lleve a efecto. Establecer una red de cooperación con las ONG´s del sector puede ayudar a conseguirlo pero, por sí solo, no será suficiente.

-Qué sentido tiene incorporar al Consejo de Cooperación Bibliotecaria a los representantes de asociaciones bibliotecarias, si no van a tener voto, si no van a disponer realmente de poder de decisión. ¿Creen que “dándoseles voz” se les va a callar ante semejante dislate e injusticia?

-Parece que deliberadamente hayan dejado para el final de la ley el préstamo de pago. ¿Quizá pensaban que así no nos daríamos cuenta de tamaña barbaridad? ¿Qué ocurre, que si Europa dice que esto es lo correcto, tenemos que decir amén? Por suerte, no somos los únicos “locos” que decimos “¡no!”. Junto a la plataforma española “No al préstamo de pago”, también está la iniciativa italiana “Non pago di leggere”. Y en el mismo sentido se está movilizando la Associaçao portuguesa de bibliotecarios, arquivistas e documentalistas.

La ministra de Cultura Carmen Calvo, para apaciguar a la ciudadanía, nos dice que “el ciudadano que vaya a una biblioteca a coger un libro para utilizarlo como prestatario no va a tener que pagar nada”. Será el Ministerio de Cultura y las Comunidades Autónomas quienes se hagan cargo del canon por préstamo. Para contestar a esta afirmación creo que es mucho mejor acudir directamente a las palabras de la Consejera de Cultura de Castilla-La Mancha, e impulsora de la plataforma “No al préstamo de pago”. Blanca Calvo le responde a la ministra con una lógica aplastante: “el dinero público es dinero de los ciudadanos”, de modo que “en el fondo, si la institución de la que depende la biblioteca tiene que pagar por prestar ese libro, está pagando el usuario”. Esto significa que los presupuestos bibliotecarios se verán mermados (¡más todavía de lo que están actualmente!).

Y de este modo se fomentarán intensamente los Planes de fomento de la Lectura, la creación literaria y la promoción de nuevos escritores, como dice la ley. ¿O no será al contrario? Como considera Blanca Calvo “los autores que venden poco van a desaparecer de las bibliotecas con mucha probabilidad, porque las bibliotecas van a perder poder adquisitivo y no van a poder adquirir los libros de la gente que es menos conocida”.

Muchos son los escritores, más de 400, que se han manifestado en contra de esta disposición. José Luis Sampedro, escritor de reconocido prestigio y humanamente sobresaliente, envió a la plataforma “No al préstamo de pago” un texto para ser leído el 23 de abril, Día del Libro, ante la Biblioteca Nacional. Quiero recoger la parte final de este escrito porque es de una extraordinaria lucidez:

Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir –eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo. Me quedo confuso y no entiendo nada.

En la vida corriente el que paga una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio

b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro vendido? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos?

Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil.

Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra. Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña”.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

José Luis Sampedro

En definitiva, la Disposición Final primera, que se hace eco de la Directiva 92/100 CEE, deja sin sentido alguno el proyecto de ley, incluyendo que dudo mucho que vaya a favorecer a la industria del libro y, por supuesto, van a hacer todavía más impopulares a las Sociedades gestoras de los derechos de autor.

El acceso a la información y a la cultura es un derecho de la ciudadanía, no un negocio. Y las bibliotecas públicas están para servir al conjunto de la sociedad, y no para hacer más ricos a unos pocos.

Bibliografía complementaria:

-No al préstamo de pago. http://noalprestamodepago.org/wp-content/uploads/2007/04/cartajoseluissampedroabril2007.pdf [Consulta: 24 de abril de 2007]

-Non pago di leggere. http://www.nopago.org/ [Consulta: 24 de abril de 2007]

-El préstamo de pago en bibliotecas. Director: Iñaki Gabilondo. Noticias Cuatro, 29 de marzo de 2007.

-SAMPEDRO, José Luis. “Por la lectura”. Plataforma No al préstamo de pago [en línea]. 23 de abril de 2007. http://noalprestamodepago.org/wp-content/uploads/2007/04/cartajoseluissampedroabril2007.pdf [24 de abril de 2007]


lunes, 7 de mayo de 2007

Proyecto de Ley del Libro en el Senado

Tras ser aprobado en el Congreso de los Diputados, el Proyecto de Ley llega al Senado con un amplio consenso. Se dice que han sido aceptadas 114 enmiendas de las 200 que fueron propuestas. Me gustaría saber dónde se encuentran tantos cambios en la ley aparte, claro está, del préstamo de pago (que no es poco). Esta es la única variación que realmente afecta a la ciudadanía, y la única que interesaba a las editoriales y sociedades de derechos de autor. No creo que las variaciones que el proyecto de ley vaya a sufrir en el Senado afecten a este texto y, con casi toda probabilidad, regresará al Congreso y será aprobado sin problema alguno. A pesar de que la única modificación relevante sea el préstamo de pago, voy a desglosar todos los cambios. Son los siguientes:

-En el art.2 de Definiciones, se añaden: Bibliotecas digitales, Impresos/Productor de libro y Publicación periódica.
-En el Art.4.3, en el análisis de las bibliotecas, ya no se especifica públicas y escolares, únicamente se dice análisis "de la situación de las bibliotecas".
-En el Art.4, se añade un nuevo punto a los cinco que había, en el que se habla sobre el compromiso de los medios públicos y privados (mediante acuerdos con éstos últimos) para el fomento del hábito lector.
-En el art.6 de promoción de la industria del libro, la única novedad es que se hace hincapié en la concertación del MCU con las CC.AA. sobre las acciones que se lleven a cabo, con objeto de evitar invadir competencias autonómicas.
-En el art.7 del ISBN y el ISSN, nuevamente se reseña el especial cuidado que se tendrá a la hora de no invadir las competencias de los Estatutos autonómicos.
-En el art.11 "Misión, principio y valores de las bibliotecas", se vuelve a destacar el respeto a los Estatutos de Autonomía, hay un pequeño cambio en la redacción del primer párrafo y, lo más importante, las bibliotecas escolares se siguen dejando en las manos de la legislación educativa. Es decir, que el artículo se queda igual.
-En el art.12 del Sistema Español de Bibliotecas, se añaden tres puntos, siendo especialmente interesantes el 4 (creación de Bibliotecas digitales por el MCU) y el 6 (la igualdad de acceso a las bibliotecas para los discapacitados pasa de estar en la exposición de motivos como una intención, a estar en el articulado de la ley, con lo que implica de obligatoriedad el llevarlo a efecto).
-En el art.13 de "la cooperación bibliotecaria", hay dos novedades: punto 1: los planes de cooperación que se realicen estarán planificados específicamente y se evaluarán periódicamente; punto 2: se especifica la composición del Consejo de Cooperación Bibliotecaria (representantes de la AGE, de las CC.AA., de las entidades locales y del Consejo de Coordinación universitaria; en cambio, los representantes de asociaciones bibliotecarias tendrán voz pero no voto).
-En el art.15 de "Infracciones...", en su segundo punto se incluye como infracción grave la discriminación por razón de discapacidad.
-En la disposición adicional primera, se añade que, en el plazo de un año, el Gobierno remitirá un proyecto de ley para adaptar el Depósito Legal a las nuevas circunstancias autonómicas, de soportes y editoriales.
-En la disposición adicional tercera se incide con mayor intensidad en la igualdad de acceso a los libros y a las bibliotecas para los discapacitados, y se fomentarán los convenios con ONG´s que tienen su labor centrada en los discapacitados.

-La novedad más importante, la Disposición final primera: la inclusión del Art.19 "Distribución" y del Art.37 "Reproducción, préstamo y consulta de obras mediante terminales especializados endeterminados establecimientos" de la Ley de Propiedad Intelectual. Es decir, el préstamo de pago o como se dice en la ley "pago de una cantidad que no exceda de lo necesario para cubrir los gastos de funcionamiento" sin "incluir total o parcialmente el importe del derecho de remuneración que debasatisfacerse a los titulares de derechos de propiedad intelectual conforme a lo dispuesto por el apartado segundo del artículo 37". Quedan exentos de este pago las entidades culturales que sirvan a municipios inferiores de 5000 habitantes y las bibliotecas pertenecientes al sistema educativo español.
Se establece que en el período de un año se elaborará un Real Decreto que desarrolle el Art.37. Mientras, hasta que esto se realice, se cobrarán 20 céntimos de euro por cada préstamo.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Continuación Comentario al Proyecto de Ley de la Lectura (ámbito bibliotecario)

Podría decirse que esta ley se define más por lo que calla que por lo que dice. No aporta nada nuevo lo que, junto con los anteriores capítulos, nos hace ver que es una ley elaborada al margen de las necesidades de las bibliotecas públicas (en toda su tipología), de las propuestas de los bibliotecarios y, sobre todo, de los derechos de los ciudadanos. Quizá suene tremendista. Pasemos a analizar detenidamente el Capítulo V de la ley:

-Como afirma FESABID[1] en su postura ante la nueva ley, regular las bibliotecas y el Sistema Español de Bibliotecas conjuntamente con la lectura y el libro no parece lo más acertado. La misión de las bibliotecas queda limitada al fomento de la lectura y a la promoción de la industria del libro.

De esta manera, en palabras del académico especialista en bibliotecas Juan Sánchez Sánchez, las bibliotecas siguen siendo un servicio público de segunda división, vinculado completamente a la voluntad y al interés o desinterés del político de turno. La constatación más rotunda de este hecho nos la aporta el siguiente dato: el conjunto de las administraciones públicas españolas invierten 8€ per cápita en las bibliotecas públicas, mientras que el gasto en escuelas, servicio sanitarios, etc. su pera los 5000€. Habría que ser coherente, y si la lectura se considera esencial para el desarrollo de la persona, debería realizarse un gasto presupuestario en bibliotecas proporcional a dicha afirmación. En caso contrario, sería recomendable dejar a un lado las citas grandilocuentes que únicamente llevan a una falsa expectación y, luego, a una tremenda decepción.

Tras esto, casi estaría todo dicho, mas es necesario proseguir. En mi opinión, además se desaprovecha la oportunidad de aportar un valor añadido a las bibliotecas y convertirlas en SIC (Servicios de Información a la Comunidad)[2], algo completamente asumido en el ámbito anglosajón y escandinavo.

-En el apartado de las definiciones (Capítulo I), no sólo se echa en falta una definición más amplia de “biblioteca”, sino también la del carácter y funciones del bibliotecario. Serviría para elaborar una normativa básica para el personal funcionario y laboral que trabaja en las bibliotecas (adaptándose a la especificidades de la institución bibliotecaria).

-No se fijan los "servicios mínimos" de la biblioteca pública a que tiene derecho todo ciudadano, sea cual sea la ubicación territorial. Dándose tanta importancia como se le da a la lectura, deberían asegurarse unos servicios básicos bien especificados para toda la ciudadanía española. A falta de este punto tan importante, el artículo 11 "Misión, principios y valores de las bibliotecas" queda claramente incompleto.

-No se indica cuál de las administraciones públicas es responsable de las bibliotecas públicas. Lo único que se hace es mantener la Ley de Bases de Régimen Local 7/1985, que indica la obligatoriedad de los municipios de más 5000 habitantes a tener biblioteca pública. No se hace ningún esfuerzo por dar servicio a las pequeñas comunidades y aldeas. De modo que todavía existen 3000 municipios españoles que no disponen de acceso a ninguna asistencia bibliotecaria. Tampoco se establece ninguna serie de pautas o recomendaciones sobre el diseño que han de seguir los ayuntamientos a la hora de establecer sus servicios bibliotecarios, ni en cuanto a las redes de bibliotecas públicas en las grandes ciudades. Incluso, como destaca Mateo León, existe una capital de provincia, Guadalajara, que no tiene ninguna biblioteca pública municipal. Reconozco que al conocer este dato no salía de mi asombro pero he comprobado a través de la página web del ayuntamiento de Guadalajara que es completa y penosamente cierto. En el último censo (2006), Guadalajara da cabida a una población superior a los 76000 habitantes. Es un ejemplo singularmente hiriente pero que nos da una imagen fiel del panorama general de las bibliotecas en España. En consecuencia, mientras que la sanidad, la justicia o la educación disponen de una legislación nacional que asegura un mínimo de derechos a todos los ciudadanos, el país continúa huérfano en materia bibliotecaria de una normativa general. Cabe recordar que el 95% de los centros bibliotecarios son bibliotecas públicas.

-La cooperación bibliotecaria entre las diferentes administraciones públicas se deja a la voluntariedad, sin medidas concretas que alienten dicha cooperación. Mientras que en otras muchas materias (educación, sanidad, seguridad, etc.) se han alcanzado acuerdos entre las diferentes AA.PP., parece desidia o falta de interés el que no se alcance en materia bibliotecaria. Aisladamente, algunas CC.AA. como Andalucía o Cataluña han legislado al respecto. Así que no se instituye ningún órgano de coordinación de las políticas públicas de Lectura y Bibliotecas.

-Una mención especial merece el despropósito (uno más entre muchos) que se comete con las bibliotecas escolares. No tiene sentido alguno darles tanta importancia en la exposición de motivos como el instrumento ideal para la promoción de la lectura, si luego se remite a lo que disponga la legislación educativa (art. 113 de la LOE ). Como sucedía en el R.D. 582/1989 regulador del Sistema Español de Bibliotecas, las bibliotecas escolares quedan al margen. Lo mismo ocurriría en la ley andaluza 16/2003 del Sistema Andaluz de Bibliotecas y Centros de Documentación. El único “avance” que suponía era que definía el concepto de biblioteca escolar, pero nuevamente queda desligada del sistema general de bibliotecas.

Es urgente que se tome realmente en consideración a las bibliotecas escolares. Hasta hace muy poco tiempo (incluso ahora en la mayoría de los centros educativos) el rol que han tenido ha sido el de animación a la lectura. Si realmente se quiere que toda la ciudadanía aspire “a participar y disfrutar en condiciones de igualdad a la sociedad del conocimiento” (como aparece en la exposición de motivos de la ley), es necesario que las bibliotecas escolares asuman el papel de la alfabetización informacional. En su aprendizaje, las alumnas y los alumnos han de ser capaces de comprender, valorar y comunicar la información.

Los centros TIC[3] serán útiles si se enseña a hacer un uso razonado, crítico y responsable de las nuevas tecnologías. Si no los docentes y los jóvenes seguirán sin saber qué hacer con tan potentes medios tecnológicos. La figura del bibliotecario escolar como administrador de los recursos de la biblioteca y, sobre todo, como abanderado de la alfabetización informacional (mediante la elaboración de programas de alfabetización digital, entre otras actividades) es ya inexcusable. Acudir al voluntarismo de los profesores para la gestión de las bibliotecas escolares es sólo un parche coyuntural. Y ello sin desmerecer el excelente trabajo que están realizando muchos docentes en las bibliotecas de sus escuelas o institutos. Sin duda, el modelo a seguir es el de la Scholar Library Association (Reino Unido) o el de la American Association o School Librarians (Estados Unidos), cuerpos de bibliotecarios plenamente consolidados y valorados por las sociedades de sus respectivos países.

-La cuestión del personal de las BB.PP.: como asevera Mateo León, no hay biblioteca sin bibliotecario. Es incomprensible que durante los últimos años las instalaciones y las colecciones hayan experimentado una mejora muy apreciable, mientras que las plantillas de personal han permanecido en igual número. En este contexto, no es de extrañar que la dignidad del personal bibliotecario siga en entredicho. Sigue sin apreciarse convenientemente su trabajo, y este proyecto de ley no zanja este problema. De la misma manera, seguimos teniendo situaciones demasiado habituales en las que bibliotecarios no tienen reconocido el nivel profesional que les corresponde. Estas prácticas se realizan amparándose en las carencias presupuestarias de los ayuntamientos. Sin lugar a dudas, algo falla.

-Un punto esencial de cualquier ley: la financiación. En ningún momento se alude a cómo se va a sustentar el proyecto de ley. Posteriormente, se ha anunciado que se invertirán 431 millones de euros en las bibliotecas públicas a lo largo de los siguientes ocho años. Aunque, en principio, la cifra impresiona (más aún en el ámbito bibliotecario; para ello hay que suponer que se ha publicitado), realmente la inversión se queda en 9000 millones de euros para todo el territorio español. ¿Es esto suficiente? No tengo conocimientos de "macroeconomía bibliotecaria", así que no estoy en disposición de responder a tal pregunta. Si se hiciese efectivo el espíritu que parece emanar de la ley, es decir, la corresponsabilidad y cofinanciación de las diferentes AA.PP., podríamos tener esperanzas en que fuese suficiente. Pero también hay que tener en cuenta que el proyecto de ley alude explícitamente a la voluntad de las administraciones. Además, se está supeditado a la propia voluntariedad del Ministerio de Cultura. Si dentro de ocho años decide "cerrar el grifo" de la financiación, toda esta megacampaña en pro de la lectura habrá quedado en papel mojado.

En definitiva, si no se ofrece un soporte presupuestario definido en su cuantía, en la responsabilidad de los diferentes organismos públicos y prolongado en el tiempo, los objetivos del actual proyecto de ley quedarán difuminados transcurridos unos cuantos años. Mejor sería intentar acometer empresas menos ambiciosas, pero con pilares de financiación sólidos. Vinculado a esto sigue la "segunda descentralización", todavía pendiente de realizarse. La inmensa mayoría de bibliotecas públicas son de titularidad municipal. Sin embargo, los municipios y corporaciones locales siguen en situación precaria en cuanto a sus recursos financieros, y la cultura no suele estar entre las prioridades de las corporaciones locales, salvo honrosas excepciones.

Suscribo la opinión de Juan Sánchez: “Hay dos opciones: o modificar totalmente los capítulos relativos a bibliotecas o, simplemente, exigir una Ley específicamente de Bibliotecas, independiente de la Ley del Libro y la Lectura ”. No puede entenderse que el Sistema Español de Bibliotecas quede reflejado en apenas dos páginas. A menos que las bibliotecas no tengan importancia real, no sólo para el Gobierno, sino para todos los grupos políticos. Curiosamente, es una de las pocas iniciativas legislativas del actual Ejecutivo que ha sido consensuada por todo el arco político del Congreso. Esto me produce una sensación de mayor tristeza, pues significa que la biblioteca es una institución que no se tiene en cuenta para casi nada, únicamente para hacerse la secular foto mediática.

Para terminar este artículo, acudo nuevamente a las palabras de Juan Sánchez: “Para que todas estas personas disfruten del derecho a no leer, antes el Estado debe garantizarles el derecho a leer a través del mejor cauce, el más democrático, el que por ser gratuito garantiza la igualdad para todos los ciudadanos: la biblioteca pública” (El derecho a no leer). En definitiva, queda mucho por hacer. Habrá que seguir al pie del cañón.



[1] Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística.

[2] Servicio bibliotecario incluido en el organigrama de la administración, surgido hacia 1970 que administra información a la comunidad. Con él se logra integrar a la biblioteca en la comunidad, ayuda a los ciudadanos a resolver sus problemas cotidianos, favorece la democracia la democracia participativa.

[3] Las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicaciones) son las tecnologías que se necesitan para la gestión y transformación de la información, y muy en particular el uso de ordenadores y programas que permiten crear, modificar, almacenar, proteger y recuperar esa información. (Definición del Portal de la Sociedad de la Información de Telefónica de España)