domingo, 30 de marzo de 2008

El camino hacia una producción libraria más ecológica: luces y sombras

En esta entrada, me quiero hacer eco de un artículo aparecido en la versión en línea de International Herald Tribune. “Pulp fact: new study says book production is getting greener”, información del 10 de marzo, nos habla sobre las luces y sombras de la preocupación medioambiental en la industria del libro, los avances logrados y la dirección a seguir en el futuro para conseguir una producción más ecológica. Os dejo con el artículo. Espero que sea de vuestro interés:

Un nuevo estudio dice que la producción de libros es cada vez más ecológica

El último informe sobre la industria editorial no se dedica a reunir cifras de ventas, ni a rastrear el mercado del género de ficción, ni a lamentarse sobre el futuro de la lectura. Nos habla de una cuestión íntimamente relacionada con los libros –no sobre a lo que dicen, sino sobre los materiales de que están hechos.

Se titula “Tendencias medioambientales e impactos del clima (1)”. Y las noticias que ofrece son buenas: la industria editorial, que utiliza más de un millón y medio de toneladas de papel cada año, está encontrando, a un ritmo constante, maneras para hacer la producción más ecológica.

“Estoy muy gratamente sorprendido”, afirmó Tyson Miller, fundador y director de “The Green Press Initiative”, un plataforma sin ánimo de lucro que ha trabajado extensamente con las editoriales sobre cuestiones medioambientales. “Estimamos que nos encontramos un momento de auge y de progreso realmente medible”.

En el ámbito comercial, las editoriales han descubierto los beneficios de la ecología, con superventas como “Green This” de Deirdre Imus y la guía que acompaña a la película “Una verdad incómoda” con la que Al Gore ha ganado el Premio Nobel. Los temas medioambientales se pueden encontrar en novelas, en cuentos infantiles y en libros de negocios.

Centrándonos en la materia que nos concierne, el lunes 10 de marzo se publicó el estudio sobre el impacto climático, encargado conjuntamente por Green Press y por el Grupo de investigación de la industria del libro (Book Industry Study Group). Se ofrece una visión con luces y sombras de las prácticas industriales


En teoría, hay un enorme apoyo al incremento de la producción ecológica, pero los resultados son desiguales. Por ejemplo, sólo alrededor de la mitad de las editoriales han implantado objetivos específicos para incrementar el uso de papel reciclado. Cerca del 60% tienen una política medioambiental oficial o están en proceso de implementarla.

Rechazando hablar de ninguna compañía concreta, Miller dijo que “el otro 40% no está tratando la cuestión seriamente o no tiene voluntad de gastar ni un centavo más para tomar la dirección correcta”. “Pero se ha alcanzado, sin duda, (el sentir) de la masa crítica y creo que la mayoría de estos editores que no están actuando, se acercarán y unirán a sus compañeros de gremio en este esfuerzo”.

En el estudio han participado 76 editoriales (que representan algo menos de la mitad del mercado), 13 imprentas (un 25%) y seis fábricas de papel (un 17%).


A continuación nos encontramos con dos modos de actuación diferentes, dentro de una realidad muy diversa:

-Por un lado, la editorial Houghton Mifflin Harcourt no se ha planteado políticas ni objetivos respecto a ser más ecológicos. Sin embargo, un portavoz de la empresa dice que “han trabajado activamente para incrementar el uso de papel reciclado en sus productos y, de hecho, ha crecido sustancialmente su utilización en los últimos años”.


-Por otro lado, la editorial Regnery, con sede en Washington D.C. tampoco tiene establecida ningún tipo de meta al respecto, ni tienen pensado hacer nada de momento. El director de producción y distribución es claro, no es una cuestión ideológica, sino económica: el papel reciclado es más caro que el papel corriente. A continuación afirma: “Básicamente, hacemos lo que nuestros competidores y los líderes de la industria hacen”. Y añade que no espera que haya ningún cambio hasta que “Random House, HarperCollins y Simon & Schuster´s comiencen a pedir suficiente tonelaje de papel reciclado”, para hacer que su uso sea más funcional.


En todo caso, de finales de 2001, cuando Tyson Miller comenzó a tratar con las editoriales, al momento actual, la situación ha cambiado mucho. Alrededor de 150 editoriales, junto con 10 imprentas y 4 fábricas de papel, han apoyado un tratado a favor del papel reciclado y de la fibra procedente de los bosques, que ha sido ratificado por el Consejo de Administración Forestal, una organización medioambiental internacional.

Un momento clave fue cuando Random House Inc. afirmó que esta política aumentaría radicalmente el uso de papel reciclado, lo que llevaría a salvar más de 500000 árboles al año.

Prácticamente, todas las principales editoriales han tomado algunas medidas, desde Hyperion cambiando a una tinta basada en soja, a Penguin Group (USA) utilizando energía eólica, pasando por Scholastic Inc. que ha impreso la edición de lujo de “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte” completamente con fibra reciclada. Simon & Schuster y el Grupo Hachette USA están entre los que están utilizando lectores de libros libros electrónicos en lugar de los manuscritos de papel (imagino que en el proceso de correciones y pre-edición). El Grupo Editorial Random House está experimentando con el envío en línea de las novedades para la distribución en los medios.

Miller dice que le gustaría ver una considerable reducción de los gases de efecto invernadero mediante la fabricación del 50% de los libros con fibra de papel reciclada, un nivel tres veces mayor que el actual, así como perserverar en los esfuerzos en la disminución del papel y energía empleados. Se pregunta si una posible solución sería la puesta en venta de todos los libros electrónicamente.

Miller lo comenta en el sentido de que han de tomarse medidas a la hora la fabricación de los e-readers: de qué materiales han de estar hechos y qué sucede tras su venta. Ya que la publicación electrónica también tiene impactos medioambientales".

Ante la preocupación por el cambio climático, nos encontramos con nuevas soluciones que pueden ayudar a dar un respiro al planeta. Pero, al parecer, no es nada sencilla la elección de las decisiones más beneficiosas para el medioambiente. En el terreno de la producción editorial, también nos encontramos con la encrucijada que plantea el mundo digital.


Nota1: el enlace a la introducción del informe “Environmental trends and climate impacts”, realizado por The Green Press Initiative.

Nota2: enlace al artículo completo “Pulp fact: New study says book production is getting greener”.

Nota3: la noticia ha sido localizada en LISNews.org

lunes, 24 de marzo de 2008

Se encuentran manuscritos antiquísimos en lengua indescifrable, en Chongqinq (China)

El siguiente texto es la traducción de una noticia aparecida en el periódico online The Epoch Times, con fecha de 24 de febrero. Aparte de parecerme una noticia interesante en sí misma, nos muestra como en otros países, otros contextos sociales y otras latitudes, las inquietudes culturales son similares a las que existen en el mundo occidental. El ejemplo de China es singular, ya que se está occidentalizando a marchas forzadas, a bandazos de capitalismo, pero sigue perviviendo una cultura riquísima, diversa y milenaria que, desgraciadamente, apenas conocemos (al menos, es mi caso). Todo será cuestión de ponerse al día. De momento, os dejo con la noticia. Espero que sea de vuestro interés.


“Los Tujia han sido conocidos como una etnia minoritaria, con su propia lengua hablada, pero sin lengua escrita. Sin embargo, una serie de antiguos libros escritos en esta misma lengua han sido hallados en una casa de la población de Youyang Tujia, colindante con las provincias de Hunan, Hubei y Guizhou, y con la ciudad de Chongqing. Tras dos años, nadie ha sido capaz de leer estas antiguas obras.

“Chongqing Morning Post” publicó un reportaje, el 15 de febrero, sobre la historia de Zhou Yongle (de 38 años de edad), residente en Youyang Tujia y en el Condado autónomo de los Miao (otra etnia china). Zhou llegó a la ciudad de Yiju para conseguir antigüedades. Compró un buen número de libros viejos a un agricultor, y se los llevó a casa. Cuando los estaba ordenando, un antiguo libro atado con hilo atrajo su atención.

Este peculiar ejemplar fue hecho con veinte fragmentos de pergamino, que era utilizado habitualmente en el área montañosa de Wulin. Los caracteres dispuestos verticalmente sobre el pergamino tienen un asombroso parecido a los caracteres tradicionales chinos. Escrito con pinceles, la letra es clara y marcada. Para su mayor asombro, no pudo reconocer ninguna de las palabras. Se quedó sin saber qué decir.

Con una minuciosa observación, Zhou Yongle encontró caracteres chinos próximos a cada palabra de los que antes no se había percatado. Los caracteres chinos más pequeños parecían servir para notas a pie de página o para traducir. Según la traducción hecha a partir de los caracteres chinos, el libro debería tener como título “Tres clásicas naturalezas de la antigüedad” (1).

Zhou Yongle consultó clásicos chinos como el Shouwen Jiezi, la escritura Bronzeware, y el diccionario Kangxi. Con entusiasmo por saber el significado de cada carácter y el nombre del sistema de escritura, consultó a expertos a la Comisión de asuntos étnicos y religiosos del condado de Youyang, así como a ancianos locales. El esfuerzo fue inútil. Nadie era capaz de leer los extraños caracteres.


Pero aquí no acaba la historia. En la primavera y el verano de 2007, los habitantes de la antigua ciudad de Gongtan fueron evacuados debido a la construcción de una estación hidroeléctrica sobre la región de Wugian. Zhou fue a una vieja casa para, nuevamente, adquirir antigüedades. De repente, su vista se fijó en la cubierta de un viejo libro: las letras eran completamente iguales a aquellas de la anterior obra.

Tras adquirir el volumen, Zhou lo examinó detalladamente y descubrió que era un antiguo libro usado como diccionario, con las páginas unidas mediante hilo y los caracteres dispuestos verticalmente. Escrito con pincel, había sido realizado con grandes caracteres, similares al del primer ejemplar. Los caracteres chinos más pequeños están colocados debajo del texto principal, como notas a pie de página. La comparación de los dos ejemplares revelaba que ambos pertenecieron al mismo sistema de escritura, con notas a pie de página presentadas en caracteres chinos. Basándose en la semejanza, Zhou llegó a la conclusión de que los dos libros estaban escritos en la misma lengua.

Zhou comentó, “los Tujia están ampliamente reconocidos como una etnia minoritaria con su propio lenguaje hablado, pero sin lengua escrita. Si pudiéramos desentrañar el misterio de estos libros indescifrables descubiertos a lo largo del río Wu, y probar que las palabras que contienen son utilizadas por los Tujia, sería un fantástico descubrimiento para la cultura Tujia. Entonces, la historia de las minorías étnicas sería revisada".

Zhou dice que, hasta el momento, esta tipo de misterioso sistema de escritura sólo ha sido hallado en el Condado de Youyang. Estos vestigios no han sido descubiertos en ninguna otra región".


Nota1: no tengo claro que sea el significado real. Sólo es una posible traducción.

Nota2: el Shouwen Jiezi fue un diccionario chino del siglo II d.C., perteneciente a la Dinastía Han. Es el primer diccionario chino comprensible.

Nota3: la escritura Bronzeware es una serie de inscripciones encontradas sobre bronce chino, caso de zhong (campanas) y ding (trípodes).

Nota4: el diccionario Kangxi fue el diccionario tipo durante los siglos XVIII y XIX. El emperador Kangxi de la Dinastía Qing ordenó su compilación en 1710, y fue publicado en 1716. Se denomina al diccionario con el nombre del emperador que correspondió con su realización.

Nota5: para situarnos un poco geográficamente, dejo este enlace de Google Maps con la localización de Chongqing.

Nota6: foto tomada de la propia página de la información.

Nota 7: la noticia ha sido localizada en LISNews

lunes, 17 de marzo de 2008

Una importante donación abre la Biblioteca Bodleiana al público

La Biblioteca Bodleiana, en Oxford, cuya colección mundialmente famosa hasta ahora sólo estaba a disposición de los investigadores, pasa a abrir sus puertas a todos los públicos, gracias a una importantísima donación en efectivo (noticia del 7 de marzo, aparecida en ABC News)


Los cinco millones de libras esterlinas (7,05 millones de euros, aproximadamente) donados por Julian Blackwell (de la cadena de librerías del mismo nombre, además de editorial de reconocido prestigio) permitirán a la Biblioteca construir un nueva sala donde gran parte de la colección estará en permanente exposición.

“La Biblioteca Bodleiana no tiene sólo la más grande e importante colección universitaria del mundo, sino que también está liderando el desarrollo de los servicios de información de vanguardia , los cuales son esenciales para la investigación académica” dijo el Señor Blackwell.

“Estoy orgulloso de que mi donación personal pueda ayudar a la Biblioteca Bodleiana”.

Entre los ejemplares de la valiosa colección, se encuentran el primer libro completo escrito en lengua inglesa y el primer libro de Shakespeare.

También contiene los manuscritos originales de muchos libros clásicos, como “Frankestein” de Mary Shelley, y un mapa dado al Rey y a la Reina de España que, probablemente, fue utilizado en las discusiones con Cristóbal Colón antes de su viaje de 1492 para descubrir el Nuevo Mundo.

Fundada en 1602, la Biblioteca Bodleiana alberga más de nueve millones de volúmenes, así como artículos como una silla hecha para Francis Drake con las vigas del Golden Hind, barco con el que circunnavegó el globo entre 1577 y 1580.

La Biblioteca Bodleiana es la biblioteca universitaria más grande del Reino Unido, y la segunda en tamaño, sólo superada por la Biblioteca Británica.

Investigadores de las más diversas regiones del planeta viene a estudiar la colección, que está dispuesta en bóveda sobre más de 193 kilómetros de estanterías.

Nota1: la noticia ha sido localizada en LISNews.

lunes, 10 de marzo de 2008

Diatriba entre el libro tradicional y el libro electrónico

Desde hace ya mucho tiempo, viene debatiéndose el futuro del libro tradicional (o de papel) frente a la más clara omnipresencia de Internet, de la informática y, con ambas, también de los libros electrónicos. Muchos autores han vaticinado la desaparición, en mayor o menor tiempo, del libro tradicional, ese hermoso objeto que representa para muchos de nosotros una especie de templo, un auténtico refugio donde obtenemos alivio, sosiego, vivimos experiencias nunca antes vividas, etc.

Y creo que, sin duda alguna, el libro de toda la vida pervivirá sin ningún problema a pesar de que, cada vez más, vivamos la mitad del día con los ojos pegados a la pantalla de un ordenador. Porque este hecho es igualmente insoslayable. El número de textos electrónicos que leemos crece globalmente a un ritmo impresionante. Pero la realidad analógica puede convivir perfectamente con la realidad digital. En modo alguno son excluyentes. Como suele suceder, en el término medio suele estar la medida justa.

Todo esto viene a cuento de un interesante artículo de Ben Macintyre, columnista de Timesonline, "Los libros electrónicos nunca serán nuestro amigos". Esta realidad dual que he comentado anteriormente, es analizada por el escritor de un modo, a mi juicio, muy equilibrada. Como es inevitable, el autor comenta los problemas y conflictos que acarrea la defensa de los derechos de autor en el formato digital. Un tema para el que habrá que hacer uso del ingenio, en busca de soluciones razonables y que contenten a todas las partes interesadas. Voy a transcribir algunos de los párrafos más interesantes. Quizá algunas afirmaciones puedan parecer contradictorias pero, en mi opinión, no lo son. Lo que hacen es mostrarnos la complejidad de la materia, a la que no se adecuan aseveraciones definitivas a favor o en contra del libro tradicional:


-En 1998 predije que esta pequeña máquina (el ordenador) sería el invento más revolucionario para la industria editorial desde la invención de la edición rústica destinada a un mercado popular en 1936.

-Esta semana, cuando una editorial británica anunció la completa digitalización de sus catálogos, nuevamente se volvió a proclamar la desaparición del libro. El libro electrónico remplazaría a la versión en papel...Todavía esto no ha sucedido: el libro impreso es el mismo objeto, en esencia, que siempre ha sido. La música, el cine y la televisión han sido convertidos rápidamente a formato digital; la lectura en formato breve (blogs, periodismo, correo electrónico) ha prosperado en la web desde sus comienzos.

-En cambio, la literatura de formato extenso ha demostrado ser tercamente resistente (a estos cambios).

-Los amantes de los libros argumentan que la experiencia tactil de la lectura nunca podrá ser transmitida por un artefacto electrónico...Tienen razón, pero estos factores físicos son secundarios (hay que añadir: en el libro de papel). Los libros "funcionan" porque olvidamos que están ahí. El libro material desaparece mágicamente, llevando al lector a otro mundo. Por el contrario, el libro electrónico, con sus botones y su plástico duro, tiende a introducir en nuestra conciencia que existe algo entre el lector y las palabras.

-Pero los nuevos lectores han salvado muchos de estos problemas...Cada vez más, los libros pueden ser descargados desde cualquier sitio y llevar cientos de obras en el bolsillo. Permanentemente enlazado a Internet, el libro se convierte en un modo de descubrir nuevos libros. Los libros electrónicos pueden ser incluso el combustible que alimente un nuevo "boom" de alfabetización, ya que en las librerías electrónicas no se necesita imprimir, y comprar un nuevo libro es barato, fácil e instantáneo.

-A pesar del potencial de los libros digitales, la cuestión de los derechos de autor sigue siendo crucial y sin resolverse. A menos de que los derechos de autor de la palabra escrita sobre el papel se defiendan con el mismo vigor en el formato electrónico, la propia tecnología que puede revitalizar la publicación, posiblemente sufriría un enorme daño. La costosa e innecesaria huelga de guionistas de Hollywood, finalizada recientemente después de tres meses, es un serio toque de atención sobre lo que puede ocurrir si los potenciales beneficios del cambio tecnológico no son comprendidos en su totalidad y distribuidos justamente.

-Solucionar la problemática del “copyright” es vital ya que, en un futuro, la escritura y la lectura pueden ser actos complementarios, que incluso se refuercen mutuamente. Como lectores de periódicos (digitales), nos formamos criterio y comentamos en directo las noticias y los artículos de opinión; del mismo modo los libros pueden dejar de ser el producto de una escritura individual, para pasar a convertirse, cada vez más, en un esfuerzo colectivo. Lógicamente, esto es más aplicable al género “realista” y no a los libros de ficción...


Sin embargo, nada de esto es comparable al encanto del libro material, tradicional. Un lector que se enamore de un libro, aunque la primera vez lo lea en formato electrónico, querrá tenerlo físicamente. Los libros son mucho más que el adorno de una habitación: son nuestros compañeros intelectuales.

Algunos libros son tan valiosos como para sacrificar un árbol; otros no. Y esta es la distinción que los libros electrónicos ofrecen. Una vez Ruskin comentó que “la literatura se puede dividir en dos clases, los libros de un momento, y los libros eternos”. Los clásicos permanecerán en papel, pero las obras contemporáneas, progresivamente, serán digitales: las novelas de aeropuerto, los libros de consulta, las memorias de celebridades.

Todas estas extensas y profundas reflexiones nos pueden llevar a conclusiones bastantes razonables y positivas como:

-Los libros tradicionales seguirán teniendo un importante papel en nuestras vidas, aunque posiblemente queden restringidos (especialmente la literatura) al ámbito del ocio y de la reflexión individual. Y, probablemente, al acotarse su rol, será más apreciado al convertirse en un objeto casi de coleccionista. Con ello, puede que la figura del bibliófilo reciba un impulso inesperado.

-La literatura en formato breve (blogs, periódicos y revistas on line, etc.) se adueñarán del ámbito digital. Lo mismo ocurrirá con la literatura “pasajera” o libros de actualidad (de los que ya nadie se acuerda tras haber pasado varios años). Con ello (especialmente con el último caso), le haremos un gran favor a los bosques, evitando talar árboles para la publicación en papel de obras efímeras o de ínfima calidad.

-Aunque para que este último hecho ocurra ha de resolverse el manido, recurrente pero muy presente tema de la defensa de los derechos de autor. Y como no parece que vaya a tener solución en un futuro próximo, habrá que consolarse con la utilización del papel reciclado (aunque no sea de buena calidad) y con que siempre podremos ir a la biblioteca pública más cercana para leer las últimas novedades literarias sin tener que rascarnos demasiado el bolsillo (que ya pagamos el canon bibliotecario).

En todo caso, los analistas del mundo editorial no pronostican grandes cambios en el corto plazo, ni tan siquiera a medio plazo.


En conclusión, para terminar con un buen sabor de boca, podemos observar que la llegada de los nuevos medios y aparatos tecnológicos no van a suponer ningún cataclismo: los amantes de los libros de papel podremos seguir disfrutando de ellos, y los nuevos avances comportarán muchos beneficios, especialmente para los bosques, que tanto respiro necesitan para poder seguir dándonos oxígeno limpio y sano con el que seguir respirando.


Un saludo cordial.

Nota1: utilizo el género masculino de forma genérica para facilitar la lectura, por lo que los sustantivos en forma masculina hacen referencia a personas de ambos sexos.

Nota2: Macintyre, Ben. “E-books will never be our friends”. TIMESONLINE (publicado el 15 de febrero de 2008).

martes, 4 de marzo de 2008

El canon bibliotecario en Canadá...y lo que se nos avecina

Desde Canadá nos llega esta nota de prensa. Primero la presentamos y luego la comentamos:

Los autores canadienses obtienen cerca de millones de dólares por el préstamo de sus libros en las bibliotecas (noticia aparecida el 14 de febrero, en The Canadian Press):


“Alrededor de 16000 autores canadienses se repartirán una cantidad superior a los 9 millones de dólares (más de 6 millones de euros) por el préstamos de sus obras en las bibliotecas públicas canadienses.

La Comisión del Derecho de Préstamo Público (The Public Lending Commission) anunció los pagos este jueves.

La Comisión funciona al amparo del Consejo Canadiense de las Artes y emite los pagos cada mes de febrero.

Las bibliotecas en las que se encuentran los diferentes títulos de cada autor son las que tienen que hacer un mayor desembolso, llegando a un máximo de 2681 dólares.

En este año, los autores recibirán un ingreso medio de 570 dólares (385,5€), entre 1688 comunidades canadienses y 337 comunidades del extranjero. Los autores de Quebec recibirán la mayor cantidad de dinero (más de 3,5 millones de dólares), seguidos por los de Ontario, que recibirán 2,8 millones de dólares aproximadamente.

Por provincias, el resto de cantidades son: British Columbia (unos 1,2 millones de $), Alberta (395000 $), Nova Scotia (237000 $), Manitoba (173000 $), Saskatchewan (168000 $), New Brunswick (160000 dólares), Terranova y Labrador (98500 $), Isla del Príncipe Eduardo (32000 $), Yukon (8000 $), Territorios del Noroeste (4500 $), Nunavut (2000 $).”


Está claro que Canadá pertenece a un ámbito completamente anglosajón y no es comparable a la situación española. Tampoco puede serlo teniendo en cuenta la población y la geografía del país norteamericano. Pero no deja de producirme un gran asombro por varias razones:

  • por la normalidad con que se presenta el préstamo de pago, algo completamente institucionalizado.
  • por la enorme cantidad global que ingresan los autores por dicho concepto, ya que nuestros 1,4 millones de euros palidecen antes los más de 6 millones de euros que se pagan en Canadá (el dinero global de nuestro canon bibliotecario multiplicado por cuatro y unas décimas).
  • además hay que considerar que Canadá tiene unos 33 millones de habitantes, mientras que España ya supera los 45 millones. Esto hace que la comparación sea todavía aún más impresionante.

Si el modelo anglosajón es hacia el que tienden las bibliotecas de la Unión Europea, ya podemos ir preparándonos a ver cómo, poco a poco, los presupuestos para adquisición de fondos van haciéndose más exigüos. Me dan escalofríos sólo de pensarlo. Todo ello con las consecuencias tan nocivas que puede tener para las bibliotecas y para la propia democratización de la cultura. Y si los escritores de nuestro país también se ponen a hacer fuerza en favor del canon bibliotecario, ¡para qué queremos más! Parece ser el caso de la Asociación Colegiada de Escritores de Cataluña y de su presidenta Montserrat Conill que afirmó recientemente que: en contra de la "insidia propagada por algunos bibliotecarios, la copia privada no es un derecho del usuario". Y terminó la faena diciendo que el canon bibliotecario "es una conquista social" ya que sin él, "es como si la atención sanitaria se hiciera sin pagar a los médicos". Para contrarrestar estas declaraciones, os remito al artículo de Paolo Fava en "Papel en Blanco" y al teatrillo que ha inventado. Un poco de humor no vendrá ante sinsentido de tamañas proporciones. Os aseguro que merece la pena.

En fin, habrá que seguir diciendo, si cabe con más fuerza, NO AL PRÉSTAMO DE PAGO. Un saludo cordial.

Nota1: al hablar de dólares, no me estoy refiriendo a dólares estadounidenses, sino canadienses. Aunque el valor de ambos respecto al euro es casi igual.

Nota2: esta noticia ha sido localizada en LISNews.org

sábado, 1 de marzo de 2008

Easy-to-Read materials: una reflexión sobre las necesidades lectoras de la sociedad (V)

¿Trabajar con material de lectura adaptada?

Hemos hablado sobre el trabajo con los materiales de fácil lectura pero, ¿hay algún interés entre los supuestos lectores? Obviamente, de igual modo que en otras relaciones de trabajo con personas, la información y el marketing son importantes si el mensaje está bien dispuesto y se lleva un procedimiento concreto, pueden ser usados.

Sin embargo, un par de ejemplos servirán mejor para mostrar cómo trabajar bien con materiales adaptados dirigidos a muchos colectivos.

Los periódicos de fácil comprensión "Klar Tale" y "8 SIDOR", publicados en Noruega y Suecia respectivamente, son leídos por diversos grupos tales como inmigrantes, escolares, disléxicos, discapacitados intelectuales, etc. El noruego "Klar Tale" tiene una tirada de entre 13000 y 14000 ejemplares y una audiencia considerablemente alta, en un país con aproximadamente 4,5 millones de habitantes.

En Suecia, una hoja informativa sobre la Unión Europea se publicó en formato de sencilla comprensión con anterioridad a un referéndum. Primero se imprimieron 50000 copias, luego otras 50000, y la misma cantidad fue consultada. Es claro que mucha más gente de la que se esperaba encontró útil la versión de fácil lectura.


¿Qué pueden hacer las bibliotecas
?

Las Guías para bibliotecas públicas promocionan la alfabetización cuando es necesario servir a personas analfabetas, de manera que los servicios bibliotecarios deben ofrecerse de modo que sean entendibles por los no lectores.

La biblioteca debería ofrecer obras de sencilla lectura, revistas, periódicos locales y tebeos. Además, material audio-visual como los audio-libros, los vídeos y los programas de software, que podrían ser útiles para mejorar la lectura.

La biblioteca habría de asegurar que los libros de fácil lectura estén claramente señalizados y localizados, donde sean fácilmente accesibles.

La biblioteca debería tomar la iniciativa a la hora de organizar grupos de lectura y prestar atención a los lectores con menor hábito cuando preparen material informativo, folletos y bibliografías.


¿Pueden cooperar los países en la publicación de materiales de fácil lectura?

Debiera ser posible que diversos países cooperasen en la publicación de material fácilmente comprensible, incluso si existen diferencias culturales, que han de ser tenidas en consideración. Una estupenda combinación de material, tanto texto como ilustraciones, podría usarse en diferentes países, teniendo únicamente que ser traducidos. Éste debería ser un modelo a aplicar en muchas obras clásicas de la literatura, tales como "El Conde de Montecristo".

Información social acerca de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales; por ejemplo publicaciones como la Biblia; libros de estudio empírico que incluyen consejo médico; manuales sobre medio ambiente u otros manuales, y libros de aficiones, caso de los libros de cocina, y muchos más, deberían ser bien elaborados mediante la cooperación entre bastantes países, tan pronto como se comprenda cómo pueden utilizarse las obras adaptadas, y tan lejos como lleve la determinación para hacer algo contra el analfabetismo.

No supone un coste mucho mayor realizar literatura e información que sea fácilmente comprensible y, probablemente, se beneficiarían muchísimas personas.


Nota1:
utilizo el género masculino de forma genérica para facilitar la lectura, por lo que los sustantivos en forma masculina hacen referencia a personas de ambos sexos.

Nota2: las expresiones "lectura adaptada", "fácil de leer", "de lectura sencilla" hacen referencia al mismo concepto.

Nota3: texto del documento original de Bror Ingemar Tronbacke.