jueves, 26 de julio de 2007

Escritores sin editores

En las últimas semanas han tenido lugar dos noticias que pueden ser consideradas como terremotos para la industria del libro y, principalmente, para el sector editorial:

-Alberto Vázquez Figueroa, escritor tinerfeño de indudable éxito (25 millones de ejemplares vendidos de sus novelas) anuncia que ofrece gratis la descarga de su última novela "Por mil millones de dólares", y que hará lo mismo con los próximos libros que escriba. Os aconsejo fervientemente que leáis el texto "Mis novelas gratis", en el que nos habla de las motivaciones que le han llevado a tomar esta decisión. Una auténtica declaración de principios en la que no deja títere con cabeza: ni editoriales, ni Gobierno.


-Gracias a un artículo de Sergio Fernández en Papel en Blanco, he tenido conocimiento de que Elfriede Jelinek (Premio Nobel de Literatura en 2004) está escribiendo su última novela “Neid” a través de su página web. Las palabras de la propia autora son suficientemente elocuentes: “¿Para qué necesito la asistencia de una editorial cuando yo misma puedo volcar mi novela en la Red y hacerla accesible a todos mis lectores de forma gratuita?


Bien es cierto que este segundo caso nos es menos accesible (tendremos que aprender alemán, al menos hasta que haya una traducción al castellano), pero muestran con claridad el mismo hecho: escritores consagrados que han visto nítidamente que, en el actual mundo de las TIC, no necesitan para nada a las editoriales, ya que Internet y la World Wide Web les ofrece toda la difusión que puedan querer y mucha más. Pero no sólo eso, realizan un auténtico acto filantrópico, de democratización de la cultura, ofreciendo gratuitamente sus nuevas obras.


No cabe duda de que esto sólo lo pueden realizar escritores célebres, que en palabras coloquiales “tienen la vida resuelta”. Pero si más escritores de éxito tomaran el mismo camino, simplemente de vender sus novelas a través de Internet (dejando a un lado la gratuidad), ¿en qué situación quedarían las editoriales? Por mucho que se empeñen los editores, no creo que un autor necesite de ellos para defender sus derechos de autor. Además, en este caso, las editoriales no pueden argüir la ilicitud de las descargas P2P. ¿Qué podrán defender en este caso la SGAE o CEDRO? ¿Irán a los Tribunales por el “lucro cesante” que les ocasionan estos escritores que tienen la “osadía” de hacer lo que desean con sus derechos? Sólo imaginarlo se nos presenta como una escena desternillantemente cómica, pero ya se sabe que la realidad supera la ficción. El autor puede hacer lo que quiera con los derechos sobre sus obras, ¡estaría bueno que no fuese así!

En conclusión, todo esto es un importante toque de atención a las editoriales para que repartan más equitativamente el pastel. No puede ser que el creador sea el que menos se beneficie, con enorme diferencia, de sus propios libros. En todo caso, la actual y decimonónica situación de la industria del libro va a seguir tal y como está, y cualquier autor que quiera realmente darse a conocer tendrá que hacerlo a través de las editoriales. Pero parece que soplan nuevos aires, vientos de cambio. Gracias a Internet es posible que nuevos valores literarios puedan mostrar su talento mediante escritos de descarga gratuita y convencer de su buena calidad a los editores.

Colateralmente, esto beneficia a las bibliotecas, que se favorecen de estas refrescantes iniciativas, pudiendo ofrecer nuevas obras a sus usuarios sin necesidad de que éstos tengan que pagar el dichoso canon bibliotecario. Tal y como se presentan las cosas, es muy probable que las iniciativas de Alberto Vázquez Figueroa y de Elfriede Jelinek sean un recurso con gran proyección en el futuro para ofrecer literatura actual a los ciudadanos, sin coste alguno. Habrá que estar atentos a la evolución de este fenómeno. Ojalá que cunda el ejemplo.

De vez en cuando habría que recordar a las autoridades competentes que “la biblioteca pública ha de ser, por principio, gratuita...” (Manifiesto de la UNESCO sobre la Biblioteca Pública, 1994). Parece una verdad de perogrullo pero la actual realidad, desgraciadamente, la desdice. Esperemos que las cosas cambien.


Un saludo cordial.

lunes, 23 de julio de 2007

Consideraciones sobre el canon bibliotecario desde Estados Unidos

Hace unos días, Marcos Ros publicaba un artículo en El Documentalista Enredado haciéndose eco de una interesante entrada del blog estadounidense de Freakonomics. En Dicho post, el autor se preguntaba en voz alta: “Si las bibliotecas públicas no existiesen, ¿podrían crearse en la actualidad?”

La conclusión a la que se llega es que, de ser posible, las bibliotecas públicas no se parecerían en absoluto a lo que son actualmente. En el texto, se contraponen los intereses económicos a los sociales y culturales. Y se reflexiona sobre cómo las bibliotecas públicas, lejos de obstaculizar la industria editorial y la venta de libros, la fomentan. Marcos Ros recoge los argumentos que Stephen J.Dubner (el autor) pone sobre la mesa para sostener esta afirmación:

  1. “Las bibliotecas ayudan a los jóvenes en los hábitos de lectura, cuando esos lectores crezcan comprarán libros”.

  2. “Las bibliotecas son escaparates de trabajos que no podrían ser leídos de otra forma, los lectores podrían entonces comprar otros libros del mismo autor o incluso adquirir el mismo libro para incluirlo dentro de su colección”.

  3. “Las bibliotecas ayudan en el fomento de la cultura de la lectura, sin ellas, habría menos debate, hábitos hacia la reflexión y la crítica; y cobertura de libros en general que desembocaría en la disminución en las ventas”.


Decidí participar en el debate, ya que la materia me parecía muy interesante. Respondiendo a la pregunta primera del artículo, en mi opinión, si estuviésemos en la situación hipotética que se plantea, no creo que naciera ninguna biblioteca pública, esencialmente porque el gasto financiero para las Administraciones Públicas sería inasumible. Y no creo que a ninguna fundación privada le fuese rentable, ya que las exenciones fiscales serían muy inferiores a los costes de implantación de una biblioteca. Claro, suponiendo que el gasto lo asumieran las Administraciones (o las fundaciones privadas).

Si quienes pagasen fueran los ciudadanos directamente, entonces los establecimientos creados serían como videoclubs (Libroclubes o Biblioclubes, en este caso). Y éstos, aparte de sus connotaciones culturales, serían realmente un negocio. Nada que ver con lo que pienso que deben ser y representar las bibliotecas públicas. Lo más destacable de todo esto es que parece ser que, en general, Estados Unidos, el país capitalista por antonomasia, no se plantea la adopción de un canon bibliotecario. Y, sin embargo, en la Unión Europea es ya una realidad. En fin, ¡el préstamo de pago es un disparate y un despropósito!


Considero que esto es un motivo para reflexionar y ver que las leyes no siempre son justas, aunque haya que cumplirlas. De igual modo que la justicia no siempre es justa tampoco (aunque sea justicia, qué paradoja). Habrá que seguir luchando porque al final se “desimplante” el préstamo de pago. La plataforma contraria al canon tecnológico ya ha conseguido 1340000 firmas. Nosotr@s también podemos conseguirlo para la justa causa de las bibliotecas. ¡Ánimo!


Un saludo cordial.


Bibliografía:

-DUBNER, Stephen J.: “If Public Libraries didn´t exist, could You start one today?”

-ROS, Marcos: “Si las bibliotecas públicas no existieran desde hace tiempo, ¿podría alguien fundar una?”


viernes, 20 de julio de 2007

Reflexiones de Amos Oz sobre "los comienzos"

Sí, es cierto. ¡Qué difícil es ponerse delante de una hoja en blanca y escribir algo que tenga un mínimo de interés! Pero más complicado aún es elegir con qué se empieza.

Pero no pretendo yo hacer aquí un relato, sino algo mucho más sencillo, contar mis impresiones sobre el escrito de Amos Oz (Premio Príncipe de Asturias de Las Letras, 2007), introducción de su libro “La historia comienza: Ensayos sobre literatura”.

También dicha introducción es un inicio, y hay que decir que se trata de un comienzo bellamente intimista. Pienso del mismo modo que el padre de Amos Oz. Amo la literatura y me declaro admirador de los escritores (especialmente de los buenos, claro está) porque son auténticos prestidigitadores, magos de la palabra que escriben apasionantes historias surgidas de la nada, simplemente del ingenio del autor. En efecto, es mucho más sencillo, aunque no esté exento de esfuerzo, realizar un estudio sobre cualquier tema científico porque ya se tienen “brújulas” que nos guían y nos facilitan el sendero de la escritura.

En el mismo prólogo, Amos Oz nos relata un hipotético proceso de inicio de escritura de un libro, mostrándonos las visicitudes por las que pasa el escritor. Pero no sólo eso, creo que también nos enseña cómo los personajes, desde el principio de la obra, toman entidad propia y le “dicen” al escritor que, en determinado momento, realizaron esto o aquello de un modo y no de otro. Digamos que también es difícil saber qué es lo que quieren los personajes de la obra que el escritor haga de ellos una vez que han adquirido vida propia.

A su vez, Amos Oz nos muestra diferentes modos de iniciar un relato:


-Escribiendo y reescribiendo la misma frase a lo largo de todo el escrito.

-Después de mucho pensar, sin hallar la frase adecuada, “acabar tirando la toalla” y comenzar con unas palabras vanas y aburridas, que nada tienen que ver con la esencia del relato. Incluso, como dice Amos Oz, puede que esas frases carentes de encanto sean necesarias. Además, no pocas veces ocurre que lo más fino y “cursi” es lo que cuesta más garabateos sobre el papel.

-“Contratos” entre el escritor y el lector, dejando al margen al protagonista. Muestra ejemplar de ello es “El Quijote”.

-“Contratos” engañosos, que parecen revelar un crucial secreto al lector y que luego realmente se descubre que eran una “trampa de miel”.

-Anécdotas, “cotilleos” que atraigan la atención del lector.

-“Contratos” filosóficos.

-“Contratos” áridos y ásperos, que pretenden dejar claro al lector desde el principio que el viaje por la historia del libro no va a ser nada sencillo.


También Amos Oz nos propone un sugestivo interrogante: ¿...no hay textos buenos y malos, sino sólo textos legítimos bien acogidos y otros textos, no menos legítimos, que no hallan buena acogida? Es muy posible que nos perdamos joyas literarias porque no hayan la difusión necesaria, o porque en la actualidad no hemos sabido apreciar toda su belleza. Ni mucho menos sería la primera ni la última vez. El ejemplo más paradigmático que se me viene ahora a la cabeza es Vincent Van Gogh, que sólo vendió un cuadro en vida. A D. Miguel de Cervantes le pasó algo similar. Vivió míseramente y tuvo que esperar a su muerte para que se le reconociese el maravilloso talento que contenían sus obras literarias. Sin duda, la mayoría de las veces, ¡triste vida es la del genio!

Respecto a lo que hay antes del principio, lo que el autor llama “antes del Big Bang”, creo que nunca lo sabremos. Más bien eso es propiedad única e indiscutible de cada lector (y, asimismo, por qué no, también del propio escritor), imaginar que era de los protagonistas antes de la historia que se nos narra. Del mismo modo que nos ocurre muchas veces con personajes secundarios que desaparecen de la trama tan pronto como surgieron de la nada. Nos preguntamos: ¿qué será de sus vidas? Por ejemplo, aquel muchacho que vivía de hacer recados a los vecinos (uno de los cuales era el protagonista) ¿lograría salir de la miseria gracias a las clases gratuitas que le impartía al final del día un sabio y filántropo anciano? ¿o, por el contrario, se dejaría llevar por la sordidez de su destino y acabaría convirtiéndose en un ladronzuelo “de tres al cuarto” que terminaría sus días deambulando por tristes calles mugrientas y llenas de soledad?


En fin, ya veis que esto de escribir es “simplemente” empezar a divagar y seguir divagando hasta que encontremos algo que contar. Unas frases unidas que no nos disgusten demasiado y que creamos que pueden interesarle a alguien. Sin duda alguna, una empresa bien difícil. Como dice Amos Oz, hagamos como Gurov y atrevámonos a llamar la atención de la dama, quizá la musa de la literatura se apiede de nosotros y nos conceda el don de la creatividad.

Un saludo cordial.


Nota1: utilizo el género masculino de forma genérica para facilitar la lectura, por lo que los sustantivos en forma masculina hacen referencia a personas de ambos sexos.

Nota2: el artículo de Amos Oz está contenido en El Cultural de El Mundo.

sábado, 14 de julio de 2007

Marketing bibliotecario: comercios y bibliotecas se parecen más de lo que pensamos

Este artículo tiene su origen en una inquietante noticia que recogió RECBIB, y que procede de El Comercio digital. El título y el subtítulo son suficientemente elocuentes:

“Los préstamos de libros en las bibliotecas de la ciudad bajaron un 17,16% en tres años: El número de textos sacados de la Biblioteca Jovellanos cayó un 44% en 10 años y perdió 2.697 socios activos desde 2003 El envejecimiento de la población, junto a nuevas formas de ocio como los viajes e internet, propician el descenso”.

Si bien la noticia se restringe a un ámbito local, la ciudad de Gijón, y más concretamente sólo a una de sus principales bibliotecas, no por ello deja de llamar la atención sobre la enorme competencia a la que se enfrentan las bibliotecas públicas. Y, a su vez, noticias de este tipo no dan una buena imagen de las mismas ante la opinión pública, que podría llegar a plantearse si realmente es rentable invertir dinero público en bibliotecas. Por suerte, tengo la impresión de que la inmensa mayoría de la ciudadanía tiene una conciencia de la necesidad de la existencia de las instituciones bibliotecarias públicas. Pero también tengo la intuición de que la gente no cree que sean muy importantes, y menos aún imprescindibles. En definitiva, el regustillo que me queda es más agrio que dulce, porque creo que las bibliotecas públicas todavía no han sido capaces de comunicar a la sociedad ni un 10% (por poner una cifra) del enorme potencial que poseen.

Por ello, me ha parecido muy conveniente hablar aquí de un aspecto tan necesario como el marketing bibliotecario.

A la hora de hablar de marketing bibliotecario, posiblemente lo primero que se venga a la mente de la mayoría de personas sea preguntarse: ¿pero el marketing no tiene que ver con la competencia? ¿Dónde están los competidores de las bibliotecas públicas? ¿Existen realmente?
A estas cuestiones hay que responder que no sólo existen, sino que son infinidad de fuentes de información las que les hacen competencia. En algunos casos con enorme efectividad. Por ello, la biblioteca pública ha de tener muchos elementos en cuenta a la hora de realizar su trabajo cotidiano. Entre ellas, las siguientes cuestiones:

-El precio principal que pagan los usuarios (dejando a un lado el préstamo de pago) es el tiempo. Las bibliotecas han de procurar ofrecer la mejor calidad-tiempo posible. Si el tiempo de espera es excesivo, posiblemente perdamos un usuario/cliente. No se trata de un precio evidente, como el que tienen los productos de los comercios, pero reduciendo el tiempo de espera satisfacemos más a los usuarios y damos una mejor imagen de nuestra organización.

-Es indispensable que las bibliotecas estén atentas a los cambios sociales, para adaptar los productos y servicios a las nuevas necesidades de la comunidad.

-En el mismo sentido, es muy importante hacer una buena segmentación de la población, con una buena especificación de los diferentes tipos de usuarios.
-La ubicación de la biblioteca es un elemento clave que muchas veces no es tenido en cuenta aunque, en general, no es algo que dependa de ella ya que, en muchas ocasiones, dependemos de donaciones de terrenos o de reutilización de edificios.
-Por otro lado, también deberíamos pensar cómo lograr que la página web de la biblioteca se convierta en un sitio de referencia en Internet, que ofrezca productos informativos de calidad y abundantes a los usuarios, y así evitarles, siempre que sea posible, una visita al lugar físico de la biblioteca.

Herramientas de promoción:

La publicidad: es un elemento que apenas podemos tocar, ya que la única publicidad que suelen poder ofrecer las bibliotecas depende de las administraciones públicas.

La atención al usuario: es un aspecto que sí se puede mejorar sustancialmente. Que los bibliotecarios se acerquen al público como “vendedores”, les informen de los nuevos materiales de que dispone la biblioteca, preguntarle en qué se le puede ayudar, cuáles son las deficiencias de la biblioteca (escuchando las sugerencias de modo que podamos solucionar los problemas de forma profesional). Posiblemente, la atención al usuario es la herramienta con más potencial.

Promoción de ventas: realizar ofertas al usuario tales como “un día de amnistía para cancelar las multas por material no devuelto”. Es cuestión de hacer uso de la imaginación, crear propuestas interesantes y aplicarlas.

Relaciones públicas: siguiendo el ejemplo de los comercios, las bibliotecas han de investigar y elegir cuáles son los medios más adecuados para que los diferentes segmentos de la población conozcan los productos que la biblioteca tiene a su disposición. Y, como dice Cristie Koontg, un bibliotecario puede aprender marketing perfectamente, recibiendo la formación adecuada.

Estos puntos que marca Cristie Koongt creo que sintetizan muy bien cuál el camino a llevar por las bibliotecas públicas. En gran medida, coincide con el pensamiento de Massísimo, que incide fuertemente en aspectos como la realización de productos específicos para un público concreto (segmentación del mercado), la promoción de la biblioteca a través de una imagen de cercanía (por ejemplo, cosas tan lúdicas y sencillas como que el logotipo de la biblioteca sea realizado por los propios usuarios) y las relaciones del personal bibliotecario con el público (estableciendo la interactuación en la comunicación).

Lograr que la biblioteca sea vista por la comunidad como algo más que un lugar donde se prestan libros y va gente a leer y a estudiar es primordial. Debe convertirse en un lugar abierto a los vecinos, donde se encuentren cómodos. Para ello, las actividades culturales son un buen modo de establecer vínculos. Pero, en todo caso, dichas actividades de extensión cultural necesitarían de una continuidad en el tiempo (adecuándose a la actualidad de la comunidad). Y no deben estar disociadas de los fondos de la biblioteca si no que, aunque sea en un segundo plano, han de estar relacionados con los distintos materiales bibliotecarios. Al menos así pienso yo, que sigo creyendo en el papel “redentor” (según como lo interpretaban en las bibliotecas obreras y populares) del libro, en sus diversos soportes.

En todo caso, las bibliotecas han dejado de considerar las actividades culturales como un mero adorno, para elevarlas al status de instrumentos para la difusión de los fondos así como para la inclusión de las bibliotecas en la vida cotidiana de los ciudadanos. Asimismo se deben ofrecer actividades de marketing bibliotecario como las rutas literarias, que nos permiten redescubrir nuestras propias ciudades que tanto conocemos, pero no desde el prisma de una novela por ejemplo. Un buen número de bibliotecas españolas están llevando a cabo estas actuaciones, que constituyen un muy variado elenco (con mayoría de actividades presenciales sobre los recursos virtuales):

-Concursos para elegir la mascota de la biblioteca.
-“Jóvenes contra la violencia”.
-“Noches en la biblioteca”.
-Bibliotecarios por un día.
-Programas en la radio.
-Semanas literarias.
-Club de los deberes.
-Bibliocampamentos de verano.
-“Biblioteca solidaria”.
-Web infantil y juvenil (un excelente ejemplo de ello es el de la Web de la Red de Bibliotecas Públicas de Córdoba, selección de sitios web lúdicos y educativos para niños y adolescentes).
-Guías de lectura a texto completo.
-Reproducción de marcapáginas.
-Guías del inmigrante.
-Textos informativos sobre autores locales.
-Recurso “El Rincón del lector”.
-Etc.

En conclusión, una infinidad de actividades para todo tipo de públicos. El trabajo del bibliotecario gira integramente en torno a la satisfacción del usuario. Es algo que se lleva remarcando desde hace mucho tiempo, con el objeto de potenciarlo lo máximo posible, dentro de la escasez general de recursos económicos (algo que no se puede obviar). A pesar de todo, en muchos casos, con poco se puede hacer mucho. Artículos como éstos nos lo recuerden periódicamente, para que no caigamos en el pesimismo secular, ni en el error de “dormirnos en los laureles”.

Un saludo cordial.

Nota: utilizo el género masculino de forma genérica para facilitar la lectura, por lo que los sustantivos en forma masculina hacen referencia a personas de ambos sexos.


Bibliografía:

-FERNÁNDEZ ABAD, Ana."Los préstamos de libros en las bibliotecas de la ciudad bajaron un 17,16% en tres años"

-HERRERA MORILLA, José Luis; PÉREZ PULIDO, Margarita. “Cultura y marketing en las bibliotecas españolas: actividades, iniciativas y recursos” (Publicado en “El Profesional de la Información”).

-KOONGT, Cristie. “Comercios y bibliotecas: ¡ambos atienden a clientes!”

lunes, 9 de julio de 2007

"¿Qué es la democracia?", por Giovanni Sartori

Como dice Giovanni Sartori, etimológicamente la pregunta es de sencilla respuesta: poder del pueblo. Pero si tratamos, mínimamente, de desentrañar en qué se plasma, la cuestión instantáneamente pasa a ser de una dificultad muy considerable. Y no se trata de una materia baladí, porque sólo sabiendo qué es la democracia, en qué consiste, cuáles son sus valores, pilares y fundamentos, sabremos qué podemos esperar de ella.

Probablemente, “democracia” haya sido una de las palabras que se ha utilizado (se utiliza y se seguirá utilizando) con mayor ambigüedad, sin ceñirse a una significación concreta. No hay más que escuchar los discursos políticos (más aún ahora que se acercan las elecciones generales). Y lo peor no es que se utilice ambigüamente, sino que se hace uso del término de modo partidista y demagógico en muchas ocasiones. Esto sí que es penoso, porque lo que sí está claro es que la democracia es patrimonio de toda la ciudadanía.

Para hacer frente a las diversas tergiversaciones que se hacen del concepto “democracia”, me parece muy interesante el texto de Giovanni Sartori que nos ofrece El Cultural de El Mundo (imagino que es el capítulo introductorio de su último libro).

El que fuera Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales en 2005, realiza una serie de distinciones terminológicas muy útiles:

-Democracia etimológica y democracia real. El que la democracia real diste mucho de representar el espíritu de la democracia en sentido estricto, no quiere decir que no haya democracia. En todo caso, no hay que conformarse con la situación actual, sino aspirar al ideal. La utopía no es una quimera sino el espejo en que hemos de mirarnos para mejorar las condiciones políticas del sistema democrático.

-Macrodemocracias y microdemocracias. Está claro que la democracia funcionará mucho más correctamente en entes comunitarios pequeños que en lo que representa todo un país. En todo caso, ello no nos debe hacer desistir en solicitar que se busquen los mecanismos pertinentes para lograr que la democracia sea mucho más particitiva de lo que es ahora. El acto democrático por antonomasia es el voto en las diferentes elecciones, pero el sistema democrático ha de ir mucho más allá, si realmente se quiere que haya una ciudadanía participativa, interesada en la política (junto a medidas educativas; por los temarios que he leído, parece que en ese sentido está diseñada la asignatura “Educación para la ciudadanía”, aunque una asignatura por sí sola no va a lograr que los jóvenes se interesen por la cosa pública). Creo que ha de tender hacia el control por parte de los ciudadanos de las acciones de los dirigentes políticos y posibilitando que los ciudadanos tengan mayor capacidad para hacer propuestas, empezando por el ámbito local (que es en el que se puede aplicar esto con más facilidad).

-Como afirma Sartori, sólo hay un marco democrático. Otra cosa muy distinta es que existan, dentro de ese marco, distintos modos de entender la democracia: radical, liberal, pluralista, etc.

-La democracia social consiste en la igualdad de condiciones, existe un espíritu igualitario que se refleja en la inexistencia de estamentos sociales (al contrario de lo que sucedía en el Antiguo Régimen).

-La democracia económica es entendida por Sartori como la introducción de la democracia en el mundo laboral, en la organización y gestión del trabajo.

-Es muy importante la puntualización de Sartori: sin el marco político democrático (que es en esencia la democracia) no puede haber ni democracia social ni democracia económica.


Sartori despliega en su escrito una erudición espléndida, no sin fin alguno (no se trata una erudición vacía), sino con un afán pedagógico y aclaratorio. Los conceptos a desentrañar no son sencillos ni mucho menos, pero consigue hacernos entender algunos de los entresijos teóricos de la política, que luego tienen una visible plasmación práctica.

Aparte de lo que es propiamente el texto, me parece muy atractiva la iniciativa de El Cultural de El Mundo de ofrecer la posibilidad de leer las primeras páginas de las novedades editoriales. Es un modo efectivo de fomentar la venta de libros (algo que sin duda agradecerá la industria editorial) y permite a los lectores hacerse una idea del libro que se está vendiendo (realmente se trata de publicidad) para saber si le interesa la obra y comprarla en su caso. Además es una manera de ofrecer lectura en pequeñas dosis y estar al tanto de la actualidad literaria.

Lo que aquí he expuesto del texto de Giovanni Sartori es simplemente una esquematización. Os recomiendo que lo leáis, me parece muy pedagógico. En cierto modo está relacionado con “El apoyo mutuo” de Kropotkin en los aspectos de las comunidades campesinas y del asociacionismo. Me encantaría saber qué opináis sobre el tema. Ya veis, uniendo literatura y política.


Un saludo cordial.

jueves, 5 de julio de 2007

Narrativas, una nueva revista para los amantes de la literatura

En esta entrada me quiero hacer eco de una noticia que aparecía el 27 de junio José Antonio Millán en su blog El futuro del libro. Muy interesante para todos los aficionados en la literatura, en comentarios, críticas e informaciones sobre ese fantástico mundo.

Hace unos meses nació Narrativas (ya en su número 6), una revista de narrativa contemporánea en castellano (con su ISSN), completamente digital y gratuita. No se ofrece en formato hipertextual sino en Pdf, con el espíritu de ser "como de papel". Con el objetivo, no exento de romanticismo, de lograr que no olvidemos el formato tradicional del libro y esa materia tan excelente y duradera que es el papel, que tantos ratos memorables nos hace disfrutar a los lectores. Los artículos que contiene son muy interesantes, así que habrá que sacar un tiempo para leer este nuevo recurso. Os la recomiendo.

Un saludo cordial.

miércoles, 4 de julio de 2007

El proceso de implementar la accesibilidad Web (II)

4. Seleccionar el software:

-Elegir el software más ajustado a las ATAG (Authoring Tool Accesibility Guidelines):

·Hasta que el software ATAG esté completamente ajustado y disponible, al menos habrá que trabajar con software autorizado que no impida diseñar los sitios accesibles (por ejemplo, software que no sobreescriba el marcado hipertextual accesible introducido por el autor del site).

·Si el actual software autorizado no soporta la creación de páginas accesibles, preguntar a los proveedores cuando tendrá capacidad para ello.

·Si no se está en situación de elegir software, es recomendable dar una guía, unas directrices sobre los requisitos exigidos, al organismo (o sección de la empresa) encargado de la realización del proyecto de accesibilidad.

-Instalar las configuraciones recomendadas para mantener la creación de contenido accesible.

-Seleccionar softwar para evaluar y reparar la accesibilidad Web: Una página web centralizada con recursos de evaluación puede ser útil, sobre todo en organizaciones descentralizadas.

-Desarrollar un servicio web que pueda solventar con rapidez cualquier defecto del software seleccionado.


5. Proporcionar sesiones de formación y entrenamiento al personal:

-Planear un abanico de sesiones de preparación para hallar las necesidades de las personas con diferentes papeles dentro de la organización.

·Llevar a cabo sesiones de formación para los “web-masters” y desarrolladores de contenido Web.

·Crear un web site con recursos e información accesibles para responder tanto a las necesidades internas como externas.

·Si la preparación no es posible en el interior de la organización, buscar recursos en el exterior.
Para los negocios de diseño web, el entrenamiento del personal debe incluir en igual proporción la presentación de una oportunidad de negocio de accesibilidad web a clientes, como la preparación técnica.

-Ofrecer al personal la posibilidad de repetir el entrenamiento posteriormente, asicomo el cambio de responsabilidades dentro de la organización.

6. Desarrollar la página web accesible:

-Convertir la accesibilidad en la prioridad durante todo el proceso de realización:

·Para sitios nuevos o que se van a rediseñar, construir la accesibilidad desde el principio, con el primer borrador del proyecto.

·Para webs ya existentes, incorporar todas las revisiones y modificaciones necesarias.
·Verificar la accesibilidad en fases claves del proceso.

-Proporcionar al equipo de desarrollo todas las herramientas para garantizar la accesibilidad:

·Proveer de listas de comprobación de accesibilidad aplicables a área de desarrollo, yendo desde una lista de comprobación del diseño web, a usabilidad, desarrollo del contenido, programación, etc.

·Realizar y distribuir plantillas de accesibilidad utilizables con el software autorizado de la organización.
·Ofrecer el acceso a toda una selección de herramientas de evaluación y validación.


7. Fomentar la conciencia de la organización:

-Incluir la política de accesibilidad Web de la organización en los documentos más importantes que sean apropiados.

-Periódicamente reforzar la política organizacional sobre accesibilidad Web:

·Establecer foros para el intercambio de experiencias entre los desarrolladores de páginas web, del mismo modo que encuentros regulares y listas de correo.

·Organizar eventos relacionados con la accesibilidad e invitar a expertos.

·Proporcionar al personal documentos actualizados y sesiones informativas que muestren el progreso de la organización hacia la Accesibilidad Web.


8. Evaluar la accesibilidad de la página Web:

-Especificar el proceso de evaluación del sitio web, y asegurar la calidad de dicho proceso.

-Gestionar la evaluación en curso del web site de la organización:

·Si se usan logos de accesibilidad, averiguar si hay que incluir la verificación del uso del logo.

·En organizaciones descentralizadas, puede ser necesario algún tipo de aplicación centralizada.

-Solicitar y responder a las peticiones de los usuarios sobre regenación del web site de la organización:

·Proporcionar mecanismos de comunicación a los usuarios, tanto internos como externos a la organización.

·La regeneración de la accesibilidad debe estar disponible para los miembros del equipo responsable.

-Periódicamente, revisar todos los aspectos del plan de implementación para lograr que sea efectivo.


Bibliografía utilizada:

-WEB ACCESSIBILITY INITIATIVE."Implementation Plan for Web accessibility" (en inglés).

-MARTÍNEZ USERO, José Ángel. “Directrices para mejorar la accesibilidad a los recursos electrónicos en los servicios de información públicos” (artículo alojado en BID)

-MONTERO, Yusef Hassan; MARTÍN FERNÁNDEZ, Francisco J. “Qué es la accesibilidad web

Nota1: utilizo el género masculino de forma genérica para facilitar la lectura, por lo que los sustantivos en forma masculina hacen referencia a personas de ambos sexos.

martes, 3 de julio de 2007

El canon bibliotecario, la historia que no acaba

Cuando parecía que el mal nacimiento de la Ley del Libro, una vez ya consumado, suponía el final de esta historia (a esperas de que la protesta y la recogida de firmas de la Plataforma "No al préstamo de pago" llegue a Bruselas en 2008), nos encontramos con una segunda advertencia de la Comisión europea. Es decir, que ya está aprobado el canon bibliotecario pero sigue sin aplicarse. Posiblemente, parte de la razón de este desaguisado esté en las competencias territoriales de las Comunidades Autónomas.

En fin, dado el casi total consenso que hubo en el Congreso, que tiene guasa que los partidos políticos (sólo se opusieron ERC y BNG) precisamente se pongan de acuerdo para aprobar el canon bibliotecario (cuando en prácticamente en el resto de temas de actualidad se tiren constantemente los trastos a la cabeza), sería ya tristemente cómico que acabásemos pagando los 300000 euros diarios.

Bueno, en todo caso, queda tiempo. Todavía puede continuar este "culebrón" durante muchos meses. Si el Gobierno no aplicase con prontitud la Ley del Libro, todavía tendría que llegar una tercera advertencia de la Comisión Europea, lo que nos llevaría a un proceso judicial ante el Tribunal de Justicia Europeo.

Vamos, que habrá préstamo de pago para rato. Y yo cada vez me aburro más de hablar de este disparate. Por eso, os recomiendo el artículo de Paolo Fava "Como el canon no llega, Europa aprieta", en Papel en Blanco.

Un saludo cordial.