lunes, 23 de julio de 2007

Consideraciones sobre el canon bibliotecario desde Estados Unidos

Hace unos días, Marcos Ros publicaba un artículo en El Documentalista Enredado haciéndose eco de una interesante entrada del blog estadounidense de Freakonomics. En Dicho post, el autor se preguntaba en voz alta: “Si las bibliotecas públicas no existiesen, ¿podrían crearse en la actualidad?”

La conclusión a la que se llega es que, de ser posible, las bibliotecas públicas no se parecerían en absoluto a lo que son actualmente. En el texto, se contraponen los intereses económicos a los sociales y culturales. Y se reflexiona sobre cómo las bibliotecas públicas, lejos de obstaculizar la industria editorial y la venta de libros, la fomentan. Marcos Ros recoge los argumentos que Stephen J.Dubner (el autor) pone sobre la mesa para sostener esta afirmación:

  1. “Las bibliotecas ayudan a los jóvenes en los hábitos de lectura, cuando esos lectores crezcan comprarán libros”.

  2. “Las bibliotecas son escaparates de trabajos que no podrían ser leídos de otra forma, los lectores podrían entonces comprar otros libros del mismo autor o incluso adquirir el mismo libro para incluirlo dentro de su colección”.

  3. “Las bibliotecas ayudan en el fomento de la cultura de la lectura, sin ellas, habría menos debate, hábitos hacia la reflexión y la crítica; y cobertura de libros en general que desembocaría en la disminución en las ventas”.


Decidí participar en el debate, ya que la materia me parecía muy interesante. Respondiendo a la pregunta primera del artículo, en mi opinión, si estuviésemos en la situación hipotética que se plantea, no creo que naciera ninguna biblioteca pública, esencialmente porque el gasto financiero para las Administraciones Públicas sería inasumible. Y no creo que a ninguna fundación privada le fuese rentable, ya que las exenciones fiscales serían muy inferiores a los costes de implantación de una biblioteca. Claro, suponiendo que el gasto lo asumieran las Administraciones (o las fundaciones privadas).

Si quienes pagasen fueran los ciudadanos directamente, entonces los establecimientos creados serían como videoclubs (Libroclubes o Biblioclubes, en este caso). Y éstos, aparte de sus connotaciones culturales, serían realmente un negocio. Nada que ver con lo que pienso que deben ser y representar las bibliotecas públicas. Lo más destacable de todo esto es que parece ser que, en general, Estados Unidos, el país capitalista por antonomasia, no se plantea la adopción de un canon bibliotecario. Y, sin embargo, en la Unión Europea es ya una realidad. En fin, ¡el préstamo de pago es un disparate y un despropósito!


Considero que esto es un motivo para reflexionar y ver que las leyes no siempre son justas, aunque haya que cumplirlas. De igual modo que la justicia no siempre es justa tampoco (aunque sea justicia, qué paradoja). Habrá que seguir luchando porque al final se “desimplante” el préstamo de pago. La plataforma contraria al canon tecnológico ya ha conseguido 1340000 firmas. Nosotr@s también podemos conseguirlo para la justa causa de las bibliotecas. ¡Ánimo!


Un saludo cordial.


Bibliografía:

-DUBNER, Stephen J.: “If Public Libraries didn´t exist, could You start one today?”

-ROS, Marcos: “Si las bibliotecas públicas no existieran desde hace tiempo, ¿podría alguien fundar una?”


2 comentarios:

  1. Nada que añadir, creo que somos de consideraciones coincidentes.

    :-D

    Desde luego que ninguna administración se lanzaría a crear una biblioteca pública bajo las condiciones que se dan hoy en día en cuanto a copyright. A seguir peleando.

    ResponderEliminar
  2. Seguiremos poniendo nuestro granito de arena para que el sentido común acabe venciendo a la ley, y el canon bibliotecario no siga adelante. Un saludo, compañero.

    ResponderEliminar