Un foro para la reflexión y el diálogo sobre temas relacionados con las bibliotecas y la lectura, con un espacio para la literatura."La Biblioteca es el hospital del alma" (en "Memorias de Adriano", de Marguerite Yourcenar)
lunes, 27 de diciembre de 2010
La Agencia Española del ISBN: tratando de descifrar su privatización
sábado, 25 de diciembre de 2010
¡Feliz Navidad compañer@s!
Porque alrededor de este blog se está configurando una estupenda comunidad de amig@s, quería daros las gracias. Y deciros... ¡¡Feliz Navidad!! Os deseo que paséis unos días de Navidad familiares y muy felices. ¡Pasadlo muy bien! ¡Besos y abrazos!
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Las bibliotecas universitarias del Reino Unido ante un futuro complicado
El mundo de las suscripciones a revistas científicas es proceloso y muy complicado, como muchos de vosotr@s sabréis, ya que la reducción de costes con el paso a la versión electrónica de las revistas es muy discutible, acompañado del problema de que la versión electrónica sólo implica el acceso a la misma, no su propiedad. Por tanto, cuando una biblioteca decide que no renueva la suscripción a un determinado título, deja de tener acceso tanto a los números nuevos como a los antiguos (que sí suscribió).
domingo, 12 de diciembre de 2010
Librino: el libro tradicional se renueva
lunes, 29 de noviembre de 2010
E-libros y bibliotecas públicas: los problemas crecen
lunes, 15 de noviembre de 2010
Los libros en las bibliotecas universitarias : electrónico o papel
jueves, 28 de octubre de 2010
Express Library: las nuevas tecnologías ofrecen un nuevo servicio a las bibliotecas públicas
Sin embargo, el espíritu de las bibliotecas públicas por ofrecer el mejor servicio posible a los clientes sigue completamente vigente. Lo demuestra la adquisición de un nuevo ingenio adquirido por un creciente número de bibliotecas públicas estadounidenses.
Su nombre es Express Library y se trata de una especie de armario metálico con diferentes departamentos, ubicado en el exterior de la biblioteca, que permite a los usuarios tomar libros en préstamo cuando las bibliotecas están cerradas. El sistema es muy sencillo: el usuario hace su reserva por Internet y, unos días más tarde, recoge su libro, dvd, etc. de uno de los departamentos, habiendo previamente introducido un código digital.
De manera que las Express Library ofrecen un nuevo servicio a los usuarios, permitiéndoles tomar prestados libros en horarios cuando las bibliotecas públicas están cerradas. Esto es muy importante para muchas personas que no pueden acudir a la biblioteca de su barrio debido a su jornada laboral.
De manera que ofrece un nuevo servicio que antes no tenían las bibliotecas públicas, porque ninguna biblioteca puede ofrecer un servicio de préstamo 24 horas al día, incluidos festivos.
En todo caso, las nuevas tecnologías no van a sustituir al personal bibliotecario porque, como afirma James Lund (director de la biblioteca pública de Red Wing) la verdadera misión de las bibliotecas es la educación pública, y una máquina expendedora no puede ofrecer educación. Como él dice, la ciudadanía necesita educadores.
Por ello, me parece peligroso el titular del artículo de Wall Street Journal que aquí comento: “Las nuevas tecnologías prescinden de los bibliotecarios”. No se puede pensar que las máquinas pueden sustituir a l@s bibliotecari@s. Creer que las bibliotecas son simplemente expendedores de libros es una imagen obtusa de lo que realmente son y representan. Quizá con titulares tan “sencillos” se quiere hacer pensar al contribuyente estadounidense que las bibliotecas públicas pueden ser reemplazadas por máquinas y que, por tanto, las bibliotecas públicas son un gasto del que las administraciones pueden prescindir. Quiero pensar que no es así, aunque tratándose de un periódico financiero y conservador, quién sabe.
viernes, 15 de octubre de 2010
Y si lo nuevo ya estuviera inventado: Dewey
Cree que tendría que crearse una codificación DDC para los contenidos de Internet. Y considera que las entidades adecuadas para crear dicha codificación, de manera participativa, sería la Fundación Wikimedia, junto con American Library Association y la Internet Archive. Y la Fundación Gates podría aportar la financiación de dicho proyecto.
¿Se imaginan algo similar en Internet? Desde luego, está claro que, a pesar de todos los avances en las relaciones semánticas de términos, la capacidad de brevedad y de organización que ofrecen los sistemas numéricos parece todavía inigualable. La verdad es que extrapolar un sistema análogo al Dewey a Internet, es una idea muy atractiva. Yo no acabo de verlo, me parece demasiado complicado, y no sé si práctico. Pero, ¿y si lo nuevo, si el futuro estuviera ya inventado?
Nota: artículo original aparecido en Pcworld, escrito por Phil Shapiro, con fecha de 29 de septiembre.
viernes, 1 de octubre de 2010
El bibliotecario personal: más que bibliotecario, educador
viernes, 24 de septiembre de 2010
Minería de datos: las consecuencias de cambiar comodidad por seguridad
Como dice Jorge Franganillo en el artículo que aquí comento y resumo, a las empresas no les interesa saber qué yogur me gusta o qué cantidad de gasolina echo a la semana. No le interesan los datos individuales, sino el conjunto de datos de cientos de miles de consumidores y el análisis de los mismos a través de la llamada "minería de datos", para determinar los hábitos de consumo.
Si queremos usar muchos servicios, no nos queda más remedio que aceptar las cláusulas de uso que imponen las empresas, pero ¿es ético y justo que nuestra intimidad, reflejada en nuestros hábitos de consumo, sea conocida por terceras personas, en este caso empresas? ¿A quién le importa cuál es nuestro champú preferido?
Además, el conocimiento de los mencionados datos puede llevar a realizar actos claramente discriminatorios. Por ejemplo, al saber nuestro código postal, las empresas saben en qué barrio vivimos, con lo que podemos tener más dificultades para conseguir un préstamo.
Un caso menos obvio, y que clarifica cuan sofisticados pueden ser los análisis de las empresas, es el siguiente: en Francia se ha demostrado estadísticamente que los compradores de coches rojos tienen un mayor porcentaje de impago de los préstamos. Por tanto, las personas que quieran comprar un coche rojo, están expuestos, indistintamente, a tener que pagar un tipo de interés mayor que quien adquiere un coche de color negro. No cabe duda de que esto no es justo, se trata de un acto claramente discriminatorio.
Quizá la velocidad a la que va la vida actual no nos deja pararnos a reflexionar. Por ello, artículos como el de Jorge Franganillo son muy saludables, si no para evitar lo inevitable (vivimo en un mundo informatizado, en el que todo queda registrado), al menos sí para entender el mundo que nos rodea.
Saludos.
Nota: el artículo original: Franganillo, Jorge Implicaciones éticas de la minería de datos. Anuario ThinkEPI, 2010, vol. 4, pp. 320-324.
jueves, 16 de septiembre de 2010
¿Gratis es más público? (II)
martes, 14 de septiembre de 2010
¿Gratis es más público? (I)
Todavía no quiero decir si estoy o no a favor de que se cobren tasas por los servicios bibliotecarios, no quiero dar pistas. Pero sólo quería hacer una última cuestión, ¿creéis que valoramos suficientemente lo público (en general) o que, por el contrario, lo tenemos en muy poca estima?
Espero que os interese el tema y que participéis con vuestros comentarios. Hasta el siguiente post. Saludos.
domingo, 5 de septiembre de 2010
El impacto de la Web 2.0 en las revistas científicas
jueves, 26 de agosto de 2010
Saturad@s de información
Pero el problema real es que no queremos rendirnos a la evidencia: por mucho que leamos y busquemos, nunca podremos abarcar toda la información existente sobre un tema concreto.
Sobre esto van los dos enlaces que quiero recomendaros hoy aquí.
El 1º es un artículo de Jorge Franganillo que está directamente relacionado con lo anterior y que ha sido el que me ha hecho escribir este post. Se titula "La ansiedad informativa" y nos va ayudar a profundizar sobre la necesidad de gestionar la información, tarea sin la cual nuestro trabajo no va a llegar a buen término.
El 2º es un documental de Redes, el programa de la 2 de Eduard Punset. Se titula "Porque más es menos" y de la mano del psicólogo Barry Schwartz vamos a profundizar sobre la perpetua insatisfacción a la que nos lleva este mundo de sobreabundancia de estímulos, también de información. Y la manera de no sucumbir a ella es aceptar que, casi con toda seguridad, no tomaremos la mejor de las decisiones, porque es imposible tener en cuenta todos los factores que condicionan nuestra decisión. Pero debemos tener la tranquilidad de que, si somos cautos y tenemos en cuenta las cuestiones más importantes, tomaremos una buena decisión. Y no arrepentirnos posteriormente de haberla tomado.
Esto se traduciría para el trabajo de un profesional de la información, formado para elegir las fuentes adecuadas de información, en que si realiza un trabajo concienzudo, hará una buena labor, aunque siempre se le escape algún dato o información. No podemos abarcarlo todo. Y esto es extensible a todos los aspectos de la vida.
Espero que os gusten los dos enlaces, creo que realmente son muy interesantes.
martes, 17 de agosto de 2010
Community manager, un nuevo nicho laboral
Todas estas posibilidades estén requiriendo de un nuevo profesional, el community manager. Este “palabro” que ya casi todos hemos escuchado en los medios de comunicación y en publicidad denomina a una nueva profesión cuyas competencias y funciones voy a tratar de resumir aquí a partir de un artículo de Javier Leiva-Aguilera, aparecido en El Profesional de la Información.
Community manager puede traducirse como gestor de comunidades on line, y su papel es el de intermediario entre la empresa (para la que trabaja) y los consumidores. No sólo hace saber a los clientes qué productos ofrece la empresa, sino que también trata de defender a los consumidores ante la empresa. De este modo, la relación cliente-empresa se transforma.
Jeremiah Owyang resume muy bien cuáles son las funciones del community manager: escuchar, responder, informar y conectar a las personas adecuadas. Además, no sólo debe estar atento a lo que dice su empresa o los consumidores, sino que también tienen que estar al tanto del mercado, de lo que hacen el resto de empresas del sector. Estas competencias propias de la vigilancia tecnológica y de la inteligencia competitiva están muy ligadas al perfil del profesional de la información.
Por tanto, se trata de un nuevo nicho laboral, de nuevas oportunidades de trabajo para los titulados en biblioteconomía y documentación. Sin embargo, curiosamente, las empresas no tienen en cuenta al documentalista a la hora de ofertar estos puestos de trabajo.
Como competencias generales para ser community manager, se requieren capacidades que se solicitan (casi como una retahíla) para la mayoría de puestos de trabajo, casi da igual que vayas a ocupar un puesto de informático, repartidor, ingeniero, o teleoperador: aprendizaje autónomo, adaptabilidad a nuevas situaciones, motivación por la calidad, creatividad, espíritu emprendedor, liderazgo, creatividad.
Cuestiones algo más concretas serían: conocimientos informáticos, habilidad en las relaciones interpersonales, comunicación oral y escrita, conocimiento de, al menos, una lengua extranjera.
Las materias más específicas del puesto de trabajo son: analítica web, industria publicitaria, marketing viral, posicionamiento en buscadores, sistemas de gestión de contenidos, técnicas comerciales, plataformas de la web social.
Javier Leiva-Aguilera ha realizado una búsqueda de estas materias en la formación que proporcionan las titulaciones de documentación de las diferentes universidades españolas. Y ha observado que realmente sólo tienen cobertura en sus asignaturas las redes sociales y las gestión avanzada de contenidos.
Esto significa que los documentalistas necesitarán recibir una formación complementaria para acceder a los puestos de trabajo de community manager. Pero, como afirma Javier Leiva-Aguilera, no es ningún hecho dramático ya que, en este actual mundo tan cambiante, no nos queda más remedio que estar constantemente formándonos y estar atentos a lo que sucede a nuestro alrededor.
miércoles, 11 de agosto de 2010
Sugerencias para mejorar el servicio de chat de las bibliotecas
El servicio de chat es una vía de comunicación explorada e implementada en muchas bibliotecas (especialmente universitarias) desde hace varios años. Pero sigue siendo un servicio nuevo y que plantea dudas a los bibliotecarios.
El artículo que resumo hoy aquí trata de aportar respuestas, sugerencias para hacer que el servicio bibliotecario sea más cercano y, sobre todo, más efectivo y útil para los usuarios.
Pascal Lupien, junto a Lorna Rourke, es el autor del trabajo aquí referido y bibliotecario e investigador de la Universidad de Guelph (Canadá), que puso en marcha ya en 2001 un servicio de referencia en línea. Por lo tanto, los autores de este estudio saben ampliamente de lo que hablan.
Con anterioridad a este artículo, ha habido muchos otros que han investigado el servicio de referencia en línea. En base al estudio de las transcripciones de los diálogos bibliotecario-usuario, se han observado muchas cuestiones como el alto porcentaje de preguntas que requerían una detallada información sobre un tema o búsqueda de materiales sobre un tema concreto; el bajo nivel de éxito de los estudiantes al buscar artículos en revistas electrónicas o bases de datos de artículos a partir de la página web de la biblioteca; la necesidad de utilizar un lenguaje “menos bibliotecario” en el sitio web de la biblioteca; también la necesidad de usar un lenguaje más informal (incluyendo los emoticones) a la hora de interaccionar con los estudiantes, con el objetivo de empatizar más y transmitir más cercanía.
Es muy indicativo que las consultas más académicas no experimentan ningún crecimiento, mientras que las consultas sobre cuestiones menos serias si crecen con el tiempo.
Este estudio tiene como finalidad ayudar a las bibliotecas universitarias a decidir si han de tener el servicio de Referencia Virtual, el de Consulta Rápida (para cuestiones generales) o ambos. Concretamente, la Universidad de Guelph tiene los dos servicios.
La metodología utilizada ha consistido en recoger todas las transcripciones realizadas en ambos servicios durante un año. Y se clasificaron en cinco categorías generales:
-Preguntas direccionales (se dirige al usuario a una localización física o a un lugar de la página web)
-Preguntas sobre política y procedimiento (por ejemplo, cuestiones sobre períodos de préstamo o multas)
-Preguntas de “respuesta rápida” (requieren información factual, se responderían utilizando fuentes de referencia)
-Preguntas de búsquedas específicas (por ejemplo, cómo buscar artículos de revistas sobre un tema concreto)
-Preguntas de investigación (que normalmente realizarían profesores o estudiantes de postgrado)
A su vez, las cinco categorías fueron subdivididas en 39 subcategorías en función de las preguntas más recurrentes.
Por otro lado, se analizó el lenguaje utilizado, clasificándolo de formal o informal en base a aspectos como la ortografía, los emoticonos, los saludos, las despedidas, la puntuación, etc.
La recogida de datos fue realizada por una única persona para lograr la mayor coherencia posible.
Por último, se puso una encuesta de satisfacción tanto en el servicio de Referencia Virtual como en el Consulta Rápida. Los resultados se trasladaban a un simple hoja Excel, de modo que la recogida de datos era muy sencilla.
El lenguaje utilizado por los usuarios en “Consulta rápida” normalmente es informal, como el utilizado al hablar con amigos por el Messenger, caracterizado por abreviaturas, faltas de ortografía y palabras coloquiales. Estas características se dan menos en la “Referencia virtual”.
El personal bibliotecario tiene un comportamiento parecido al de los usuarios. En ocasiones, los bibliotecarios invitaron a los clientes a ir físicamente a la biblioteca para poder explicarles el uso de algunas bases de datos o fuentes de referencia, ante la imposibilidad de hacerlo virtualmente debido a las limitaciones del software.
Respecto a las preferencias de los usuarios, hay que destacar que la mayoría prefirieron un servicio de consulta que utilice un software como Messenger a la consulta personal física.
Resulta interesante apuntar que el servicio de Referencia Virtual de la Universidad de Guelph no usa un interfaz similar al de Twitter, MSN, Google, etc., sino un entorno propio de la biblioteca. A esto hay que añadir que se utilizan frases hechas para saludar, despedir o solicitar un momento para responder a la consulta. Además, se solicita (aunque de manera opcional) el nombre y los apellidos, el correo electrónico y el curso al que se pertenece, con la consiguiente pérdida del anonimato. Todo ello le confiere a la Referencia Virtual un carácter formal que no agrada a la mayoría de usuarios.
Sin embargo, parece ser que esa misma formalidad es la que permite que las consultas sean más complejas y puedan responderse adecuadamente.
Un aspecto clave es la utilización del lenguaje informal por los bibliotecarios. El estudio señala que éstos deben aprender y utilizar dicho lenguaje informal de los usuarios. Ello hace que los clientes sientan el servicio como suyo, como un lugar cómodo y agradable. Tampoco tenemos que hacer de “guays”, no creo que se trate de eso. Simplemente se trata de comprender mejor a través del lenguaje y mostrar que somos accesibles. Sé que a muchas personas (es mi caso) no nos expresarnos incorrectamente, pero hemos de entender el chat como un ámbito informal, un verdadero lugar de encuentro. Y si queremos que la gente tenga a las bibliotecas como un lugar interesante a visitar (física o virtualmente), debemos dejar a un lado nuestros prejuicios sobre cómo hay que comunicarse, prejuicios que los actuales jóvenes no tienen.
Continuando con la cuestión de un mayor acercamiento al cliente, un software tipo Messenger nos proporciona aspectos como la familiaridad al tipo de programas que utilizan los usuarios, poner fotos en nuestro perfil, poder ser agregados como amigos por nuestros usuarios y (algo muy importante que con frecuencia olvidamos en los chats institucionales) que aparezca el nombre del bibliotecario. Quizá parezca una cuestión baladí, pero a nosotros mismos, más aún a los jóvenes, nos gusta tener alguien a quien dirigirnos, no a una institución o a algo impersonal, sino a una persona. Posiblemente el icono de sonrisa nos sea muy útil.
La conclusión a la que llega el artículo es que la Universidad de Guelph debería mantener los dos servicios, tanto el de “Consulta rápida” como el “Referencia virtual”, ya que atienden a necesidades diferentes de los usuarios.
Pero señala que la biblioteca de cada universidad o institución puede tener unas necesidades diferentes, por lo que deberán decidir que les conviene más. En todo caso, parece que es inexcusable tener un servicio de chat que permita a los usuarios estar conectados virtualmente con la biblioteca. Desde luego que un servicio de consulta virtual o chat no va a solucionar los problemas de las bibliotecas, ni su incorporación va a ser algo revolucionario. Se trata de algo mucho más sencillo: hay que estar allí donde están los usuarios y cada vez son más los clientes que están en Internet. Por tanto, tener un servicio de chat bien orientado (no sólo por ser “modernos”) es obligatorio. El chat es sólo una vía más de comunicación con los usuarios, pero el mundo es cada vez menos presencial y es fundamental que la biblioteca esté a disposición de la comunidad a través de Internet.
Nota: Rourke, Lorna ; Loupien, Pascal "Learning from chatting: how our virtual reference questions are giving us answers", realizado por Lorna Rourke y Pascal Loupien, aparecido en la Revista canadiense. Evidence based Library and information practice, 2010, Vol.5, No.2.