Que yo sepa, lleva hablándose del tema, al menos, dos semanas. Y yo con tan poco tiempo, siempre el dichoso tiempo. Pero no quería dejar la oportunidad de hablar sobre ello, porque me ha parecido una novedad muy interesante, que muestra que queda mucho por inventar en el libro, en el de papel.
No pretendo contar nada que ya no se sepa, porque ya se ha hablado mucho en estos días anteriores. Simplemente mostrar los aspectos que me parecen más atrayentes.
Por un lado, resulta curioso que la innovación principal de este libro tenga que ver con algo que hemos tenido delante de nuestras narices durante tanto tiempo. Tuvo que ser una imprenta holandesa dedicada a textos religiosos, Jongbloed, la que se diera cuenta de las enormes posibilidades en ahorro de espacio que suponía el papel biblia, y se decidiese a extenderla de las biblias y los libros de salmos al resto de temáticas literarias.
La combinación del bajo gramaje del papel biblia junto con la disposición apaisada de las páginas y su reducido tamaño (cabe en el bolsillo trasero de un pantalón vaquero), convierten al librino en un formato realmente innovador. Y, además, el precio del librino es muy competitivo, diez euros (9,95 para ser más exactos), con lo que puede competir con el formato grande, incluso con el formato de bolsillo.
Ediciones B ha sido la editorial que ha adquirido el derecho exclusivo del formato librino para España a Jongbloed. Y viendo el éxito que ha tenido en Holanda, donde ha vendido 400000 ejemplares en un año, las perspectivas parecen ser bastante buenas para el mercado español.
Sin duda, va a resultar muy interesante cuál va ser la evolución del librino, cómo va a lograr hacerse un hueco y cómo va a conseguirlo. En todo caso, no parece que venga a quitarle el sitio a nadie, simplemente viene a sumar. Probablemente, quien pueda sufrir más si este formato se extiende sea el libro de bolsillo, ya que parece su competidor natural y el librino es un formato más pequeño y más cómodo para leer en el metro o en el autobús. El librino parece más un libro de “batalla”, al contrario del libro grande, de tapa dura, que adquirimos cuando queremos leer y conservar un título.
Quizá sea interesante saber si puede hacer frente a los e-books, que se pueden llevar a todos lados, pero que ocupan más espacio y que necesitan de un lugar cómodo (al menos estar sentados) para ser leídos. ¿Quién dijo que el libro tradicional estaba acabado? El libro y el librino están aquí para quedarse, por mucho tiempo.
Si os apetece escuchar la entrevista que le hizo el Ciudadano García a Ricardo Artola (director editorial de Ediciones B) en el programa “Esto me suena en RNE”, podéis hacerlo en el podcast al que se llega con este enlace (es el programa entero del 3 de diciembre, la entrevista comienza a la media hora de programa).
Espero que os guste. Saludos.
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