tag:blogger.com,1999:blog-1216519384039528682024-03-10T08:39:47.602+00:00El ciudadano-bibliotecarioUn foro para la reflexión y el diálogo sobre temas relacionados con las bibliotecas y la lectura, con un espacio para la literatura."La Biblioteca es el hospital del alma" (en "Memorias de Adriano", de Marguerite Yourcenar)Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.comBlogger220125tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-13600712691724041162012-03-05T00:06:00.000+00:002012-03-18T01:43:39.929+00:00Redes sociales y Universidad, a medio gas<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las redes sociales hace mucho tiempo que han dejado de ser algo novedoso, integradas plenamente en nuestras vidas o, al menos, en la de buena parte de la población. Así ocurre plenamente en el segmento del alumnado universitario.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Sin embargo, el papel de las redes sociales en la docencia universitaria y en la interacción alumnado-profesorado sigue sin estar definido. Muchos son los estudios que están tratando de dilucidar esta cuestión.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Un ejemplo de ello son los dos que traigo aquí. Sus conclusiones son interesantes y pueden representar el estado actual de la cuestión. Aunque no tienen como objetivo directo a las bibliotecas universitarias, sí pueden ser una referencia a tener en cuenta en su relación con las redes sociales.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El <b>primero</b> es una <a href="http://site.ebrary.com/lib/surveys/docDetail.action?docID=80079260"><b>encuesta anual de 2011</b></a> realizada por la plataforma de libros electrónicos ebrary (de ProQuest). El segmento al que está dirigido es el alumnado universitario y engloba todas las redes sociales.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En ella se muestra que una mayoría de los estudiantes universitarios son partidarios del usos de las redes sociales, tanto para contactar con estudiantes con intereses académicos similares como, incluso, para realizar investigaciones o trabajos.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En cambio, sólo un 45% realizaría una pregunta a su facultad a través de las redes sociales, y el porcentaje <u><b>se reduce a un 35% si se tratara de hacer una consulta a su biblioteca universitaria</b></u>. Parece ser que los estudiantes no creen que la institución universitaria acabe de encajar totalmente en las herramientas sociales.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Los resultados de este estudio pueden ser complementarios con los de <b>otro artículo que centra su análisis en Facebook</b>. En él se llega a varias conclusiones.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Por un lado, se constata que, a pesar de que las nuevas tecnologías hayan entrado con fuerza en la enseñanza universitaria, <u><b>la mayoría del profesorado muestra falta de interés en la adopción de las nuevas tecnologías</b></u>. Esta situación es muy diferente para los estudiantes, y también para los aspirantes a docentes, que utilizan las nuevas tecnologías con toda naturalidad.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Por otro lado, Facebook es, con diferencia, la red social más utilizada por los estudiantes universitarios para todas las acciones que se proponen en la encuesta, desde compartir información académica con compañeros, a crear y organizar un trabajo de investigación.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Sin embargo, se percibe una migración de una minoría importante de sus miembros hacia otras herramientas sociales, como Twitter.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Por último, se afirma que <u><b>la Universidad, como institución, sí utiliza las herramientas sociales como medio de comunicación e información con los estudiantes</b></u>. Este hecho quizá podría persuadir a los docentes de la utilidad de estos medios de comunicación.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A través de estos estudios, se puede afirmar que existe una brecha muy importante entre estudiantes y profesores. Mientras que los Campus Virtuales se han convertido en la plataforma académica oficial, medio de comunicación insoslayable entre universitarios y docentes, las redes sociales son otra historia. Los alumnos llegan a mostrar buena disposición a utilizarlas para investigar y realizar trabajos. En cambio, los profesores apenas muestran interés por las herramientas sociales.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Así mismo, también hay una separación muy importante entre Universidades y profesorado universitario, ya que las primeras usan profusamente las redes sociales.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Sin embargo, el alumnado universitario todavía no las utiliza significativamente para relacionarse con los diferentes servicios universitarios.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En todo caso, el mundo de Internet y de las nuevas tecnologías continúan en constante evolución. Y ello mismo ocurre con las redes sociales. Por ello, éstas deben ser objeto de escrutinio regularmente, porque la situación puede cambiar en cuestión de poco tiempo. Y las bibliotecas universitarias han de estar atentas para saber actuar en consecuencia.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Para más información:</span><br />
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<li><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Ebrary, <span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 13px; line-height: 20px; text-align: -webkit-auto;"><a href="http://site.ebrary.com/lib/surveys/docDetail.action?docID=80079260">2011 Global Student E-book Survey – Social Media Addendum</a>.</span></span></li>
<li><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: x-small; line-height: 20px; text-align: -webkit-auto;">Roblyer, M.D., et al. <a href="http://www.blogger.com/goog_32576750">"Findings on Facebook in higher education: A comparison of college faculty and </a></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: x-small; line-height: 20px; text-align: -webkit-auto;"><a href="http://www-rohan.sdsu.edu/~vcumming/portfolio/PDFs/Facebook%20Findings.pdf">student uses and perceptions of social networking sites"</a>. Internet and Higher Education, 2010, nº13, pp. 134-140</span></span></li>
</ul>
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</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-68258753557975357172012-02-28T15:03:00.000+00:002012-03-05T00:05:47.425+00:00Alan Lomax, memoria del pueblo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Hay vidas que merecen ser contadas, personas que calladamente realizan una labor inconmensurable, que legan un tesoro al conjunto de la humanidad. Ese es el caso de Alan Lomax (1915-2002, Austin, Estados Unidos), músico, escritor y hombre de espíritu renacentista que recorrió el mundo entero grabando las canciones y el folclore del pueblo y, de paso, devolvió la dignidad al mundo rural. </span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Su vida debió ser apasionante. Muestra de ello es la curiosa peripecia de haber sido investigado por la CIA. La causa: confraternizar y ser amistoso con la población negra durante sus viajes por el sur de Estados Unidos recogiendo testimonios del folclore local. Y eso que se trataba de un trabajo que hacía para la Biblioteca del Congreso. También fue espiado por el MI6 británico durante sus viajes de trabajo por Europa.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Todo su trabajo se ha visto recompensado gracias a la asociación inspirada en él, la Association for Cultural Equity, que ha recopilado todo su archivo de Grabaciones de audio,Vídeos, Fotografías, y otros interesantes materiales en la página web www.culturalequity.org. </span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Especialmente interesantes para nosotros son los registros sonoros y las fotos realizadas en sus viajes por España durante 1952-1953, por casi toda la geografía de nuestro país.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Recordad esta dirección: www.culturalequity.org. En ella, encontraréis un material de extraordinario valor para la antropología y el folclore, imprescindible en el catálogo de cualquier biblioteca. En definitiva, de enorme interés humano, también para el público general.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Además, en el programa del Ojo Crítico de RNE tenéis un audio con una extensa reseña del tema que aquí os comento, concretamente en los últimos 15 minutos : <a href="http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-ojo-critico/ojo-critico---22-02-12/1330103/">http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-ojo-critico/ojo-critico---22-02-12/1330103/</a> </span> </div>
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<br /></div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-89899806509372908892012-02-27T00:37:00.000+00:002012-02-27T00:37:25.982+00:00De vuelta al blog<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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Siempre me había preguntado que hacía que un blog quedara inerte de un día para otro. La respuesta no era tan complicada y la he comprobado en mis propias carnes. </div>
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La respuesta es muy sencilla: hay momentos en los que la vida no nos deja tiempo, hay asuntos más prioritarios, se pierde el interés o, simplemente, no fluyen las ideas.</div>
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En mi caso, quizá ha sido un poco de cada cosa. No dejé ninguna nota sobre mi inactividad en el blog porque pensé que a la semana siguiente volvería a publicar una entrada,..., así una semana tras otra hasta hoy, casi ocho meses después de mi última publicación. Os pido disculpas a tod@s aquell@s que, de una manera u otra, os habéis seguido interesando por mi blog.</div>
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Muy pronto llegará mi próxima entrada. Muchas gracias a tod@s. Saludos.</div>
</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com3Málaga, España36.7196484 -4.420016336.516003899999994 -4.7358733000000006 36.9232929 -4.1041593tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-20469703713662009132011-05-19T23:22:00.000+01:002011-05-19T23:22:08.460+01:00Trabas legales a la extensión del Open Access<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: justify;">Hasta el presente, no tengo conocimiento de que haya habido regulación alguna sobre la difusión abierta de la investigación científica, sobre todo la financiada con fondos públicos. </div><div style="text-align: justify;">El marco legislativo que debería sostener en el futuro la expansión del OA, en mi opinión no va a ayudar todo lo se requeriría. La Ley de Ciencia, la Tecnología y la Innovación, que fue llevada al Congreso el pasado 19 de mayo de 2010, ha sido recientemente aprobada, el 12 de mayo de 2011. Todavía no tengo conocimiento de cuál será el texto definitivo (hasta que sea publicada en el BOE). Pero lo que aparece en el <a href="http://www.micinn.es/portal/site/MICINN/menuitem.29451c2ac1391f1febebed1001432ea0/?vgnextoid=6ba4259e8e5f6210VgnVCM1000001d04140aRCRD">texto provisional</a> referente al acceso abierto, como decía antes, no creo que sea suficiente.</div><div style="text-align: justify;">Para no aburrir y no extenderme demasiado, aparte de la mención (en varias ocasiones) del OA en la Exposición de motivos, el <b>artículo 36 "Difusión en acceso abierto"</b> establece:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1. "Los agentes del Sistema Español de Ciencia y Tecnología impulsarán el <b>desarrollo de repositorios, propios o compartidos, de acceso abierto</b> a las publicaciones de su personal de investigación.</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2. El personal de investigación cuya actividad investigadora esté financiada íntegramente con fondos de los Presupuestos Generales del Estado hará pública una versión digital de la versión final de los contenidos que le hayan sido aceptados para publicación en publicaciones de investigación seriadas o periódicas, tan pronto como resulte posible, pero <b>no más tarde de doce meses después de la fecha oficial de publicación</b>.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3. <b>La versión electrónica se hará pública en repositorios de acceso abierto reconocidos en el campo de conocimiento en el que se ha desarrollado la investigación, o en repositorios institucionales de acceso abierto</b>.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">4. La versión electrónica pública podrá ser empleada por las Administraciones Públicas en sus procesos de evaluación.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">5. El Ministerio de Ciencia e Innovación facilitará el acceso centralizado a los repositorios, y su conexión con iniciativas similares nacionales e internacionales.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">6. Lo anterior se entiende sin perjuicio de los acuerdos en virtud de los cuales se hayan podido atribuir o transferir a terceros los derechos sobre las publicaciones, y no será de aplicación cuando los derechos sobre los resultados de la actividad de investigación, desarrollo e innovación sean susceptibles de protección."<br />
</div><div style="text-align: justify;">A pesar de ser un paso adelante, un embargo de 12 meses resulta excesivo, especialmente cuando se trata de estudios sobre materias tan dinámicas y sujetas a la obsolescencia científica como pueden ser las Ciencias de la Salud, Ciencias (Biología, Química, Física, etc.) o las Ingenierías.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Si las cosas quedan así, concretamente en España, el OA seguirá expandiéndose, pero a un ritmo mucho más lento del deseable. Y <b>los costes para las instituciones</b>, incluso, <b>pueden incrementarse</b>, ya que no sólo tendrán que implementar sus repositorios (algo que ya se ha hecho en muchas universidades y centros de investigación) y desarrollarlos, sino que también tendrán que seguir adquiriendo las publicaciones científicas comerciales (que seguirán incluyendo artículos de investigadores propios de las instituciones que hacen los repositorios). La factura a pagar podría llegar a duplicarse (o, al menos, incrementarse con toda seguridad), más aún en un entorno de austeridad y restricciones presupuestarias. Menudo panorama.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Fuente utilizada</b>: <a href="http://www.micinn.es/portal/site/MICINN/menuitem.29451c2ac1391f1febebed1001432ea0/?vgnextoid=6ba4259e8e5f6210VgnVCM1000001d04140aRCRD">Proyecto de Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación</a>, de 19 de mayo de 2010. </div></div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-12649801766134232502011-05-10T09:47:00.005+01:002011-05-20T14:53:03.357+01:00El mito de la gratuidad o el precio de lo gratuito: Open Access<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: justify;">Lo primero que se nos dice cuando entramos en la Facultad de Económicas o Empresariales es: <b>"Nada es gratis". </b></div><div style="text-align: justify;">En un primer momento, esta máxima puede dejar atónitas nuestras bisoñas mentes. Luego, descubrimos que la Sanidad, la Educación, las infraestructuras, etc., no surgen por generación espontánea, sino porque lo pagamos entre tod@s, a través de los impuestos. Aunque parece que de esto no se han enterado muchos políticos, como Manuel Varcárcel (Presidente de la C.A. de Murcia y candidato a la reelección) o Tomás Gómez (candidato a la Presidencia de la C.A. de Madrid). A ver si alguien, algún asesor se digna a explicarles qué son los impuestos y para que sirven, porque no parece que lo hayan comprendido todavía.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Esa extraña fascinación que causa lo gratuito ha venido a ocurrir con el Open Access (OA, en adelante). Tanto la comunidad bibliotecaria como la mayoría de la científica, así como la sociedad en general, ha quedado encantada (casi literalmente) y muy ilusionada con todas las posibilidades que ofrece el OA.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sin embargo, da la sensación de que pocas personas se han parado a pensar que las aplicaciones informáticas, las bases de datos, llos metadatos, etc. (aparte de la infraestructura tecnológica), requieren de un esfuerzo muy importante, y que no todo se puede hacer a base de voluntarismo. Porque éste es algo muy bonito y encomiable, pero requiere de un grado de compromismo muy intenso que dificílmente es sostenible a largo plazo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El artículo que hoy traigo aquí (de <a href="http://eprints.rclis.org/bitstream/10760/13727/1/Barrueco_krichel.pdf">Barrueco Cruz, J.M. y Krichel, T.</a>) demuestra que, incluso cuando hay un alto grado de compromiso y una gran comunidad de instituciones y personas implicadas, con lo que el trabajo está mucho más repartido y diluido, la gratuidad del OA para el usuario final se complica.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><a href="http://repec.org/">RePEc</a> (Research Papers on Economics) es un repositorio temático de Economía que tiene ya una andadura de 13 años, una historia de éxitos pero también un futuro lleno de desafíos que afrontar. 1200 instituciones colaboran para que RePEc sea el repositorio más importante en materia económica. Pero, aun cuando el trabajo esté muy repartido y no se cobre al usuario final, el trabajo que se está realizando supone un enorme esfuerzo y tiene un valor económico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Según indica el propio artículo, el coste anual de mantener un repositorio oscila entre los 42 euros por documento calculados por la NIH (National Institutes of Health) y los 5 euros por documento que estima la Cornell University Library para su repositorio arXiv. A pesar de la enorme diferencia, la propia Universida de Cornell considera que se trata de un coste que ha devenido en inasumible y, recientemente, ha cambiado su modelo de negocio, de manera que busca financiación en aquellas instituciones que más utilizan arXiv: en función del número de descargas, se cobra una cantidad u otra a la institución que consulta sus artículos. Aunque se trata de cantidades reducidas, este modelo repercute parte de los costes en los usuarios finales. Esto es similar, en menor medida, al modelo de las suscripciones comerciales.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Estos estudios no demuestran que el OA no sea válido, ni mucho menos. Sigue siendo muy válido, ya que su coste es muy inferior a la contratación de publicaciones científicas comerciales. Pero se puede observar que hay más obstáculos de los que se creía en un principio. Entre otros aspectos, es necesario que:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><ul style="text-align: justify;"><li><b>Las instituciones (Universidades, Centros de investigación, etc.) contemplen en sus presupuestos una partida para asumir los costes derivados del OA</b> (infraestructura tecnológica, personal encargado de los repositorios, etc.). Está comprobado que no todo puede ser voluntarismo.</li>
<li>Tan o más importante que lo anterior: <b>los investigadores de instituciones públicas han de estar obligados a publicar sus trabajos en OA</b> (sobre este segundo aspecto hablaré en un <a href="http://elciudadano-bibliotecario.blogspot.com/2011/05/trabas-legales-la-extension-del-open.html">próximo artículo que publicaré</a>).</li>
</ul><div style="text-align: justify;">Sobre las problemáticas que conlleva la extensión del OA podríamos hablar y hablar..., y no terminaríamos. Cuando en el artículo sobre RePEc se habla de coste 0 euros, se especifica que "para el usuario final". Pero no podemos ser tan ingenuos como para pensar que los Repositorios no cuestan dinero. Concretamente, <b>el coste anual de RePEc podría alcanzar los 20 millones de euros anuales</b>. En este caso, lo que hace que los gastos no se repercutan sobre el usuario final es la distribución de costes entre 1200 instituciones, lo que permite a las mismas asumir las tareas que realizan en RePEc.</div><br />
<div style="text-align: justify;">Pero en el caso de los Repositorios institucionales, los gastos de dichos repositorios ha de asumirlos cada institución individualmente (al margen de las ayudas o subvenciones que pueda recibir de las Administraciones). De manera que <b>las Universidades y Centros de Investigación que implementen sus propios repositorios, han de incluir una partida presupuestaria que asuma los costes de los mismos</b>. Y entre esos costes no sólo se debe considerar el personal, la infraestuctura técnológica, etc., sino <b>también la financiación de la revisión por pares</b> (sin agentes que tengan conflicto de intereses) de modo que se garantice la calidad de la investigación.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como conclusión, el análisis de este artículo no pretende desincentivar las iniciativas Open Access, ni ponerlas en cuestión. Todo lo contrario, estoy completamente a favor del OA. Estoy seguros de que si se publicara en OA, las instituciones públicas ahorrarían mucho dinero y, además, se haría efectivo el derecho de la accesibilidad universal a la investigación científica (especialmente la realizada con los impuestos del contribuyente). </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Únicamente he querido hacer hincapié en que las Universidades y Centros de Investigación públicos, si realmente quieren implementar la política de OA y dentro de 10-15 años (por poner un plazo razonable) reducir sustancialmente el dinero que destinan a publicaciones científicas comerciales (tanto en modalidad de adquisición física como de acceso electrónico), han de contemplar e incorporar a sus presupuestos todos los costes que conlleva el OA. De no ser así, se arriesgan a gastar mucho dinero y esfuerzo en Repositorios "florero", que poco o nada aporten al fin último de la accesibilidad universal a la investigación científica, con todos los beneficios que conlleva, tanto para la ciudadanía como, sobre todo y concretamente, a la comunidad cientifica.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Fuente utilizada: Barrueco Cruz, José Manuel ; Krichel, Thomas. <a href="http://eprints.rclis.org/bitstream/10760/13727/1/Barrueco_krichel.pdf">"RePEc como modelo de sostenibilidad de una biblioteca abierta de contenidos científicos"</a>. En: XII Jornadas de Gestión de la Información. Valor económico de la información: mercados, servicios y rentabilidad,Madrid,18-19 de noviembre de 2010.SEDIC.</div></div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-19744427442599588742011-03-22T23:23:00.148+00:002011-04-03T21:50:57.741+01:00Competencia informacional y estudiantes universitarios<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: justify;">El tema de la alfabetización informacional se ha convertido en un tema clave en el ámbito bibliotecario, cuestión a la que se han dedicado numerosos artículos, ponencias y presentaciones en congresos y jornadas, tanto desde el punto de vista práctico y teórico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Concretamente, las bibliotecas universitarias llevan ya muchos años trabajando esta cuestión y tratando de mejorar las competencias informacionales del alumnado universitario.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Para saber en qué medida esta labor está incidiendo en las capacidades del alumnado universitario, resulta casi indispensable conocer cómo valoran los usuarios sus propios conocimientos y habilidades sobre búsqueda, recopilación, análisis y sistematización de la información. A esto se dedica un interesante estudio realizado por varios investigadores de Psicología de la Educación y del Servicio de Bibliotecas de la Universidad de las Islas Baleares, aparecido en la Revista Española de Documentación Científica.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En primer término, se habla de los cinco tipos de alfabetizaciones para trabajar eficientemente en el mundo de las TIC :</div><ol><li><u>Alfabetización tecnológica</u> (meramente instrumental)</li>
<li><u>Alfabetización informacional</u> (referida anteriormente)</li>
<li><u>Creatividad mediática</u>: capacidad para elaborar y distribuir contenidos.</li>
<li><u>Alfabetización global</u>: capacidad de comprensión de la interdependencia entre actores, tecnología y contenidos.</li>
<li><u>Alfabetización responsable</u>: aptitud para considerar adecuadamente las consecuencias de los medios.</li>
</ol><div style="text-align: justify;">Hago referencia a estos términos porque considero que nos puede útil esta clasificación. Este estudio está referido al segundo tipo comentado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">A continuación se realiza un breve repaso a la literatura científica anterior sobre el tema y, luego, se explican las cuestiones técnicas del estudio estadístico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ahora entraríamos en la parte de los resultados, en la que son destacables los siguientes datos, muchos de ellos bastante sorprendentes a primera vista, aunque después en las conclusiones se muestra que dichas sorpresas tienen su justificación:</div><div style="text-align: justify;"><ul><li>Los alumnos encuestados realizan una autovaloración de sus conocimientos para buscar información general e información académica en Internet mucho más positiva que cuando se refieren al uso de las bibliotecas con el mismo fin.</li>
<li>Los alumnos universitarios muestran una peor autopercepción de sus habilidades para buscar información académica en las bibliotecas que las alumnas universitarias.</li>
<li>La autopercepción positiva respecto a las habilidades para recabar información en las bibliotecas mejora curso a curso.</li>
<li>El alumnado de Humanidades es, con diferencia, el que valora más positivamente sus conocimientos en el uso de las bibliotecas para documentarse. En el polo opuesto se encuentran los alumnos de Ciencias Sociales y Jurídicas.</li>
<li>El alumnado de la UIB utiliza Internet para documentarse con fines académicos mucho más que las bibliotecas y el servicio bibliotecario en general.</li>
<li>La frecuencia de uso de la biblioteca como fuente de documentación académica es más elevada en los cursos superiores.</li>
<li>El 70% de los alumnos de Humanidades son usuarios habituales. En cambio, casi el 80% de los alumnos de Ciencias Sociales y Jurídicas afirman no utilizar normalmente los servicios bibliotecarios.</li>
</ul></div><div style="text-align: justify;">Tras capturar todos estos datos y otros más, el estudio llega a las siguientes conclusiones:</div><ul><li><div style="text-align: justify;">El alumnado universitario tiene un mejor autoconcepto de su nivel competencial respecto al uso de Internet. Esto concuerda con otras investigaciones como el macroestudio desarrollado por EDUCAUSE en Estados Unidos.</div></li>
<li><div style="text-align: justify;">El alumnado universitario con un buen autoconcepto a la hora de utilizar los servicios bibliotecarios con fines académicos es el de un/a estudiante de los últimos cursos matriculado en una carrera del ámbito de las Humanidades.</div></li>
<li><div style="text-align: justify;">Mientras que el alumnado universitario con un autoconcepto positivo respecto al uso de Internet es el de un/a estudiante de tercer curso de una carrera del ámbito de las Ciencias Sociales y Jurídicas.</div></li>
<li><div style="text-align: justify;">Diversos estudios de muy diferentes latitudes reflejan que Internet es el recurso preferido por los estudiantes universitarios para buscar información académica.</div></li>
<li><div style="text-align: justify;">El perfil de usuario frecuente de las bibliotecas y del catálogo bibliotecario es el de un/a estudiante de los últimos cursos de una carrera de Humanidades.</div></li>
<li><div style="text-align: justify;">El alumnado universitario tiene dificultades para distinguir entre los recursos electrónicos que proporciona la biblioteca y que son accesibles por Internet, de los recursos de libre acceso en la Red.</div></li>
<li><div style="text-align: justify;"><b>En general, se hace un uso extensivo de las TIC como fuente documental, mientras que se utilizan de manera casi marginal los servicios bibliotecarios</b>.</div></li>
</ul><div style="text-align: justify;">Todo ello lleva a pensar que los denominados "nativos digitales", por el simple hecho de serlo, tienen una buena capacitación informacional. Y hace que los autores concluyan que <b>es necesaria la creación y consolidación de los CRAI</b> (Centros de Aprendizaje e Investigación) <b>para atraer a los usuarios a las bibliotecas y mejorar sus capacidades informacionales</b>, de manera que puedan extraer el máximo provecho a su formación universitaria.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Nota1</b>: enlace al texto original: Comas, Rubén ... (et al.). La búsqueda de información con fines académicos entre el alumnado universitario. Revista española de documentación científica, vol.34, nº1, 44-64.<br />
<b>Nota2</b>: el servidor del CSIC lleva unos días con problemas, en cuanto deje de tenerlos pondré el acceso directo al artículo.</div></div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-38401944898270878772011-03-16T16:32:00.000+00:002011-03-16T16:32:17.816+00:00Rentrée cercana<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: justify;">Hola a <a href="mailto:tod@s">tod@s</a>, este post sólo es para comunicaros que dentro de poco publicaré un nuevo artículo. Siento haber estado ausente más de un mes. El trabajo me está impidiendo publicar y responder a vuestros comentarios con la rapidez que quisiera. Lamento que esté siendo asi. Espero poder estar más pendiente del blog en los próximos meses. Muchas gracias. Saludos.</div></div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-14953041482278547532011-02-04T10:40:00.000+00:002011-02-04T10:40:13.380+00:00Cómo defender los derechos de autor en Internet: alternativas<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Desde hace unos quince años, conforme ha ido aumentando el ancho de banda, la aparición de Internet ha cambiado paulatinamente el panorama de la industria artística, afectando en un principio a la música, más tarde al cine y a los videojuegos, y más recientemente al mundo del libro. Internet se ha mostrado como una vía paralela a las tradicionales, con un enorme potencial, hasta el punto de distorsionar el mercado, debido a su ilimitada capacidad de difusión.</span></span></div><div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Internet está obligando a la industria artística a cambiar, está removiendo todos sus cimientos. Por ejemplo, no parece de recibo pedir por la compra de una película on line lo mismo que por la compra del material físico, ya que muchos gastos de intermediación y de producción desaparecen. Por otro lado, la mayoría de los precios de discos musicales o películas, así como de otros materiales, resulta excesivo.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Al mismo tiempo, tampoco parece aceptable un mundo en el que los autores y los intermediarios, que hacen posible que lleguen a nuestro conocimiento las obras de los primeros, no cobren un euro. Los escritores, los cámaras, los actores, los técnicos de sonido, los traductores, etc., etc., no viven del aire. Han de tener su justa remuneración, y así hemos de entenderlo, porque no puede ser de otra manera. No es viable un mundo del arte en el que todo el mundo descargue las obras gratuitamente. Al menos no con escritores, músicos o directores de cine profesionales.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">El <a href="http://eprints.rclis.org/bitstream/10760/15296/1/061-070.pdf">texto</a> que quiero comentar nos ofrece una visión sobre los polémicos derechos de autor y derechos de copia. Que no son lo mismo. Los primeros se refieren a los aspectos morales del autor (reconocimiento de la autoría, que no se pueda modificar su obra salvo permiso expreso del autor, etc.). Los segundos (también llamados derechos de explotación) se refieren a los aspectos patrimoniales, vinculados directamente con la obra (derechos de reproducción, de comunicación pública, de distribución, de transformación). A éstos hay que añadir los derechos conexos, que remuneran la intervención creativa de actores, organismos de radiodifusión, etc.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Con esta esencial distinción comienza el artículo. A continuación, se habla de las opciones que tienen los autores para defender sus derechos: por un lado la <b>gestión colectiva</b> (a través de la afiliación a una entidad gestora de los derechos de autor); por otro lado la <b>auto-gestión</b>. En ambos casos, se requiere la <b>prueba de autoría</b>, que demuestra que realmente eres el autor de la obra que reclamas como tuya.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Desde su génesis, cualquier obra está sujeta a los derechos de autor. Pero para que esté mejor protegida de un uso ilícito, la mejor prueba de autoría es la inscripción en un <b>registro de propiedad intelectual</b>, que suelen ser dependientes de los gobiernos de cada pais o de sus legislaciones.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Como aparece en el artículo, muchos registros de propiedad intelectual (caso de España) permiten la inscripción en línea, pero tienen limitaciones, por ejemplo la imposibilidad del registro automático de fotos colgadas en portales como Flickr, o de los casos en que no se quieren reservar todos los derechos.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Otra manera de aportar nuestra prueba de autoría es consiguiendo una <b>licencia Creative Commons</b>. Son ampliamente conocidas (aunque sea de vista), por la mayoría de gente que nos movemos por Internet. Se caracterizan por determinar que no todos los derechos están reservados, sino sólo algunos. Hay diferentes licencias que nos permiten acotar que ha de reconocerse la autoría, o que no debe hacerse uso comercial de la obra.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">En principio, las licencias CC son ideales para facilitar la difusión libre de la información y de la cultura, especialmente de artículos de blogs, fotografías, etc.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Pero como explican los autores, las licencias CC tienen algunos importantes inconvenientes. Aunque están diseñadas para ser compatibles con los derechos de autor y el copyright, la cesión gratuita de algunos derechos que implican las licencias CC, no tiene cabida en la gestión colectiva.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Por otro lado, los titulares de derechos tienen muy difícil establecer cómo quieren recibir una remuneración económica en función del uso que se haga de sus obras.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Además, las licencias CC confieren derechos perpetuos, mientras no se modifiquen los derechos de autor de una obra determinada. Con lo que si se produce una modificación posterior, será complicado demostrar que una persona ha hecho un uso ilícito de la obra. Como también tendrá difícil esa misma persona demostrar que distribuyó (por poner un ejemplo de uso) la obra antes de la modificación de los derechos de autor.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Como podéis observar, las licencias CC tienen muchos inconvenientes en el ámbito de la inseguridad jurídica del titular de derechos.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Otro medio para registrar los derechos de autor es a través de <b>Safe Creative</b><span style="font-weight: normal;">, que utiliza técnicas de firma digital y está avalado por el Ministerio de Industria (Mityc). Parece ser una buena opción, aunque no exenta de problemas. Ofrece diferentes plantillas para determinar el tipo de licencia que queremos para nuestra obra (incluyendo CC y GNU), incluso permite poner nuestro propio texto o cláusulas adicionales (para lo que realmente tendremos que saber muy bien lo que ponemos).</span></span></span></div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Ofrece una API para que terceros accedan a los servicios de Safe Creative desde su propia aplicación.</span></span></div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Por último, es incompatible con la gestión colectiva si se elige una licencia CC o GNU. En caso de reservarse todos los derechos, no hay ningún problema con la gestión colectiva.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Además, existen portales especializados como YouLicense (para música) y Getty Images (para imágenes), donde licenciar nuestras obras, establecer una remuneración por su uso e, incluso, recibir ofertas por personas o empresas interesadas. Las licencias obtenidas en estos portales no son incompatibles con la gestión colectiva.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Posteriormente, los autores proponen cuáles deberían ser las líneas maestras de una plataforma de licenciamiento. Resumidamente serían las siguientes: </span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">-Existencia del lenguaje xml firmado digitalmente (que viene a ser la firma digital).</span></span></div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">-Que el portal sea también un punto de comercialización. Para asegurar la cobertura de los distintos modelos de negocio, se propone utilizar los derechos definidos en el estándar MPEG-21 Media value chain ontology (MVCO).</span></span></div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">-Conveniencia de que los usuarios y compradores potenciales estén registrados en el sistema.</span></span></div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">-El sistema debería permitir que el titular de derechos pueda realizar ofertas a conjuntos limitados de usuarios (por ejemplo, ofertas especiales a clientes habituales).</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">En esta onda, han sido realizados dos prototipos de sistemas de registro y comercialización de contenido realizados por el grupo de investigación DMAG (Distribuited Multimedia Applications Group), del Departamento de Arquitectura Informática de la Universidad Politécnica de Cataluña.</span></span></div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Se trata de Musiteca (para contenidos musicales) y IPOD-DS (que no aparece limitada a un tipo de contenido concreto). Ambas plataformas no son incompatibles con la gestión colectiva, incluso permiten una comunicación con las mismas cuando se comercie con alguna obra que gestionen.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Como veis, los derechos de autor es una materia bien complicada y el texto que hoy he traído aquí nos ilustra sobre su dificultad aún mayor en Internet. Desde luego, esto es sólo un resumen y os invito a consultar el articulo original, que es de gran interés.</span></span></div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><br />
</div><div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;"><strong><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;">Nota1:</span></span></strong><span style="color: black;"><span style="font-family: Times New Roman, serif;"> <a href="http://eprints.rclis.org/bitstream/10760/15296/1/061-070.pdf">texto original</a> encontrado en E-LIS: Torres-Padrosa, Víctor ; Delgado-Mercé, Jaime. “Alternativas para la autogestión de los derechos de autor en el mundo digital”. El profesional de la información, Vol. 69, pp. 61-69. </span></span></div></div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-16597665668719145232010-12-27T11:14:00.000+00:002010-12-27T11:14:36.735+00:00La Agencia Española del ISBN: tratando de descifrar su privatización<div style="text-align: justify;">El Gobierno de España, al igual que el de otros muchos países, ha iniciado una serie de privatizaciones de entidades del sector público con el objetivo de reducir el volumen del déficit público que está lastrando a nuestro país (y con ello a las empresas españolas) a la hora de conseguir financiación en los mercados internacionales. La privatizaciones parciales de AENA y de Loterias del Estado han sido las grandes protagonistras del nuevo paquete de medidas del Ejecutivo del Presidente Rodríguez Zapatero, por su peso en la economía del país, por su rentabilidad y porque su venta al sector privado puede reportar unos 14000 millones de euros al erario público.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sin embargo, ha habido un privatización que ha pasado casi desapercibida en los medios de comunicación y, por ende, para la opinión pública, pero que es de crucial importancia en el mundo del libro: la privatización de la Agencia Española del ISBN. Voy a tratar de descifrar qué consecuencias acarrea esta medida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Tal y como aparece en los medios, la Agencia Española del ISBN se remonta a 1972, cuando su gestión fue concedida por la agencia internacional del ISBN, con sede en Londres. Por aquel entonces, el ISBN (International Standard Book Number) ya era una norma ISO, la ISO 2108 desde 1970. La Agencia Española del ISBN era de carácter público, y el gobierno franquista lo hizo así para poder controlar las publicaciones y ejercer un papel censor.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Una vez pasada la dictadura, y habiendo llegado la democracia a España con la Constitución de 1978, la Agencia Española del ISBN siguió siendo pública, hasta la actualidad, desde luego ya sin ejercer ninguna función censora, sino simplemente la de proporcionar un "DNI" a los libros.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Por qué entonces privatizarla? Según la FGEE (Federación de Gremios de Editores Españoles) se trata de normalizar su situación, ya que en los demás países las agencias son gestionadas por las asociaciones de editores y sus catálogos del ISBN tienen un carácter comercial. Este aspecto es cierto. No hay más que ver el Portal de la Agencia internacional de la Agencia del ISSN, que no es de consulta pública. Su base de datos, en principio, sólo puede ser consultada por los profesionales del sector así como por sus clientes (caso de las bibliotecas públicas), y el acceso a la misma es de pago. Por ejemplo, para la consulta desde un único ordenador, con autenticación IP, hay que pagar 830 euros. Y para el acceso Z.39.50 desde un único ordenador, con autenticación IP, hay que ingresar 1040 euros. (La lista de precios la tenéis en <a href="http://www.issn.org/files/issn/bdc/BDC_en_2010.pdf">este enlace</a>). Lo mismo sucede con el catálogo de publicaciones periódicas Ulrichweb, realizado por Serials Solutions.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por tanto, las editoriales están reclamando algo que consideran que es suyo, como sucede en el resto de países. Sin embargo, lo que hemos comentado en el anterior párrafo sólo se refiere al acceso a la base de datos (que hasta ahora en nuestro país es gratuito). También hay que tener en cuenta el coste de la obtención de un número ISBN. Hasta el 1 de julio de 2011 seguirá siendo gratuito. A partir de entonces, habrá que pagar por ello. La FGEE afirma que conseguir el ISBN no tendrá un coste significativo, sólo unos tres euros por número. En cualquier caso muy lejos de los 160 euros que pueden llegar a cobrarse por un sólo número de ISBN, o de los 54 euros que se cobran al editor que solicita por primera vez un ISBN.</div><div style="text-align: justify;">Ya se sabe que, al igual que en otros servicios como la luz, el transporte público, etc., se comienza con muy buenas intenciones y luego nadie se acuerda de ellas y los precios crecen como levadura. Pero si sólo se tratase de 3 euros, al multiplicarlos por 75000 publicaciones anuales (en otros medios se habla de 95000), tendríamos unos ingresos anuales de 2,25 millones de euros. No sé cuáles serán los costes de seguir realizando el catálogo del ISBN español, pero parece que se trata de una interesante cantidad.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hay detractores entre los propios editores a esta privatización. Es el caso de Jorge Ruiz, responsable de la editorial Sirius, que considera que cualquier privatización innecesaria le parece una mala noticia. Además de que deja abierto el camino a posteriores cobros, como por consulta o a excesivos costes para la obtención de un ISBN como hemos comentado anteriormente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Además, el responsable de Sirius señala el posible interés de los gremios editoriales de tratar poner obstáculos a la autoedición con la privatización de la agencia española del ISBN. O quizá de, al menos, lograr unos ingresos por las autoediciones de autores noveles que se realizan a través de Bubok o Lulu. De hecho, los costes de conseguir un número de ISBN para las personas que se autopublican serán algo superiores a los 3 euros ya que según afirma Miguel Jiménez (actual director de la Agencia Española del ISBN) los auto-editores requieren de una mayor atención ya que desconocen inicialmente el funcionamiento del sistema, algo que no ocurre con las editoriales.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No se trata de una arista menor de este problema, ya que <b>el ISBN es elemento indispensable para que una obra pueda ser comercializada en grandes superficies, o disponible en las bibliotecas públicas</b> y, claro está, para que esté presente en la mayor base de datos de libros del mundo, la del ISBN.</div><div style="text-align: justify;">Así mismo, ha de tenerse en cuenta una cuestión en absoluto baladí: las distintas versiones de una misma obra requieren de diferentes ISBNs, con lo que se requieren diferentes ISBNs para los formatos de tapa dura, bolsillo, <a href="http://elciudadano-bibliotecario.blogspot.com/2010/12/librino-el-libro-tradicional-se-renueva.html">librino</a> (aparecido recientemente), a lo que hay que añadir los diversos formatos electrónicos.</div><div style="text-align: justify;">Con todos estos datos, y a falta de seguro otros muchos que desconozco, la privatización de la Agencia Española del ISBN parece una concesión a las editoriales españolas en estos tiempos de crisis. Más aún sabiendo que el Estado ha conseguido con su privatización menos de un millón de euros.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El debate sobre si el peso del sector público ha de ser mayor o menor va a ser eterno, y se agudiza en tiempos de crisis. Mas no deja de ser curioso (quizá sea sólo una casualidad) que el <a href="http://www.kpmg.com/ES/es/ActualidadyNovedades/ArticulosyPublicaciones/Documents/Situacion-de-pais-espana.pdf">último informe</a> de la prestigiosa Consultora internacional KPMG tenga como portada un lobo. Un lobo que parece seguir el rastro de un alce cansado y herido (el sector público) tras un largo invierno frío, y que sólo espera a que su presa se desgaste un poco más para asestarle un ataque mortal. Porque tratándose de una empresa privada, no resulta extraño que KPMG aconseje que el sector público externalice parte de sus servicios públicos a empresas privadas como la mejor medida para no sólo reducir los gastos, sino también para mejorar la eficiencia.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como vemos, la privatización de la Agencia Española del ISBN trasciende su propio ámbito y tiene un mayor calado y trascendencia. Sin embargo, sólo sus consecuencias en el sector editorial y del libro ya merecen toda nuestra atención y será muy interesante ver cómo evoluciona el funcionamiento de la Agencia.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Espero vuestras opiniones. Un saludo cordial. ¡Feliz Navidad! </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Nota:</b> he utilizado como fuentes de este artículo las noticias aparecidas en <a href="http://www.cincodias.com/articulo/empresas/discreta-privatizacion-ISBN/20101220cdscdiemp_9/">Cinco Días</a> (escrita por Julián Díez), en <a href="http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/22/cultura/1293009540.html">El Mundo</a> (escrita por L.G.), el <a href="http://www.kpmg.com/ES/es/ActualidadyNovedades/ArticulosyPublicaciones/Documents/Situacion-de-pais-espana.pdf">último informe de KPMG</a> "Situación de país-España "(realizado por Cándido S. Pérez Serrano) y la <a href="http://www.issn.org/files/issn/bdc/BDC_en_2010.pdf">lista de precios de las suscripciones anuales</a> del ISSN International Centre.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-2906839073409198662010-12-25T00:33:00.000+00:002010-12-25T00:33:26.106+00:00¡Feliz Navidad compañer@s!Hola a tod@s, a tod@s l@s amig@s que habéis tenido a bien agregaros como seguidores a este humilde blog, a tod@s lo que de vez en cuando lo visitáis y también a tod@s l@s que llegáis aquí accidentalmente. Quería daros las gracias porque vuestro seguimiento a mis posts es una de las razones más importantes para que este espacio siga vivo un año más.<br />
<br />
Porque alrededor de este blog se está configurando una estupenda comunidad de amig@s, quería daros las gracias. Y deciros... ¡¡Feliz Navidad!! Os deseo que paséis unos días de Navidad familiares y muy felices. ¡Pasadlo muy bien! ¡Besos y abrazos!Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-6093544882069266172010-12-22T12:07:00.000+00:002010-12-22T12:07:18.423+00:00Las bibliotecas universitarias del Reino Unido ante un futuro complicado<div style="text-align: justify;">En estos últimos convulsos años, hemos podido observar cómo la crisis económica y sus consecuencias no entienden de países, ni de instituciones, ni empresas, ni de ningún otro tipo de distingo.</div><div style="text-align: justify;">Sin embargo, la situación se tensa aún más (si cabe) cuando la capacidad investigadora y de desarrollo de un país se ve en peligro. Esto es lo que está ocurriendo con las bibliotecas universitarias del Reino Unido, como aparece en una <a href="http://online.wsj.com/article/SB10001424052748703678404575636820757036514.html">noticia de The Wall Street Journal</a>.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El gobierno británico del primer ministro David Cameron ha acometido una serie de reformas muy exigentes para lograr una drástica reducción del déficit público. Entre estas medidas se encuentra una reducción del 40% de los fondos públicos aportados a la enseñanza universitaria. Para compensar esta medida, a partir del próximo año el importe de las matrículas universitarias se triplicará, lo que ha provocado un intenso malestar entre los jóvenes británicos, que hemos podido ver en las multitudinarias manifestaciones recientes que han tenido lugar en el centro de Londres.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En medio de este nada halagüeño panorama, se encuentran las bibliotecas universitarias británicas, con crecientes limitaciones presupuestarias y un futuro muy incierto. Y, para colmo de males, las editoriales científicas les exigen un aumento del 3 al 6% del precio de las suscripciones a las revistas científicas. Este hecho ya ha comenzado a ser denunciado por las bibliotecas universitarias y de investigación, que han realizado un comunicado pidiendo a las editoriales que reconozcan la realidad de los presupuestos actuales y que, por tanto, moderen sus precios. En caso contrario, el Consorcio de bibliotecas de investigación británicas ha afirmado que se verá obligado a cancelar un importante número de suscripciones, lo que comprometerá gravemente la capacidad investigadora del Reino Unido.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El portavoz de la editorial John Wiley & Sons ha reconocido el futuro incierto que se ciñe sobre la financiación de las bibliotecas, a causa de la recesión económica. Al mismo tiempo, cree que esas declaraciones públicas de las bibliotecas son un instrumento eficaz de negociación (como un modo para restar importancia a la realidad de los últimos años, con constantes subidas de precios). A continuación, se comprometió a que Wiley trabajará con los clientes para salvar las reducciones presupuestarias y afirmó que tienen un historial de compromisos similares.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El portavoz de Reed Elsevier también se comprometió a trabajar con las bibliotecas del Reino Unido y afirmó que tratan de reducir los costos de las mismas mediante el trasvase de las suscripciones impresas a las electrónicas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
El mundo de las suscripciones a revistas científicas es proceloso y muy complicado, como muchos de vosotr@s sabréis, ya que la reducción de costes con el paso a la versión electrónica de las revistas es muy discutible, acompañado del problema de que la versión electrónica sólo implica el acceso a la misma, no su propiedad. Por tanto, cuando una biblioteca decide que no renueva la suscripción a un determinado título, deja de tener acceso tanto a los números nuevos como a los antiguos (que sí suscribió).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por otro lado, se encuentra la compra de paquetes de revistas electrónicas, que reduce el precio por revista, pero que tiene el inconveniente de integrar revistas relevantes así con revistas poco importantes. Quizá en otro post retome este tema de las suscripciones electrónicas, que es muy extenso y complicado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La clave principal de los problemas de las bibliotecas universitarias y de investigación se halla en la afirmación del analista de medios Claudio Aspesi: <strong>no se puede asumir como algo eterno un aumento de los precios más rápido que el del presupuesto de los clientes</strong>. El señor Aspesi estima que los precios de la suscripción a los paquetes electrónicos han tenido un crecimiento superior a la inflación anual, en torno al 4,5 y 5,5%. Esta situación sólo podía mantenerse, con muchas dificultades, en años de bonanza económica. De hecho, el Consorcio SCONUL (Society of College, National and University Libraries) aumentó su gasto a un ritmo del 4% anual entre 2004 y 2008. Sin embargo, en cuanto el panorama económico ha empeorado, el problema ha salido a la luz con toda su crudeza.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En todo caso, no se trata de un problema que sólo afecta al Reino Unido, es una problemática mundial que preocupa a todos los países europeos (desde luego, también a España), a Estados Unidos, incluso también a China, donde un grupo de más de 30 bibliotecarios de las mejores universidades del país han denunciado que algunos editores les proponen incrementos de los precios superiores al 14%, tras aumentos del 10% en los últimos tres años. Y ya sabemos que la economía china no está precisamente en crisis. Pero tales incrementos son inasumibles, incluso para la mayor economía emergente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Las bibliotecas siempre están en una situación de crisis. Sin embargo, concretamente las bibliotecas universitarias y de investigación hacía mucho tiempo que no se encontraban en una situación tan complicada que, como hemos dicho antes, no sólo compromete el futuro de sus colecciones, si no también el de la investigación y el desarrollo de los países. Habrá que seguir la evolución de esta problemática, ya que su resolución no parece estar cercana ni ser sencilla, dados los intereses contrapuestos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>Nota:</strong> enlace al <a href="http://online.wsj.com/article/SB10001424052748703678404575636820757036514.html">artículo original</a> publicado en The Wall Street Journal el 25 de noviembre de 2010, escrito por Paul Sonne.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-24859687994052553372010-12-12T14:05:00.000+00:002010-12-12T14:05:00.291+00:00Librino: el libro tradicional se renueva<div style="text-align: justify;">Que yo sepa, lleva hablándose del tema, al menos, dos semanas. Y yo con tan poco tiempo, siempre el dichoso tiempo. Pero no quería dejar la oportunidad de hablar sobre ello, porque me ha parecido una novedad muy interesante, que muestra que queda mucho por inventar en el libro, en el de papel.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No pretendo contar nada que ya no se sepa, porque ya se ha hablado mucho en estos días anteriores. Simplemente mostrar los aspectos que me parecen más atrayentes.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por un lado, resulta curioso que la innovación principal de este libro tenga que ver con algo que hemos tenido delante de nuestras narices durante tanto tiempo. Tuvo que ser una imprenta holandesa dedicada a textos religiosos, Jongbloed, la que se diera cuenta de las enormes posibilidades en ahorro de espacio que suponía el papel biblia, y se decidiese a extenderla de las biblias y los libros de salmos al resto de temáticas literarias.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La combinación del bajo gramaje del papel biblia junto con la disposición apaisada de las páginas y su reducido tamaño (cabe en el bolsillo trasero de un pantalón vaquero), convierten al librino en un formato realmente innovador. Y, además, el precio del librino es muy competitivo, diez euros (9,95 para ser más exactos), con lo que puede competir con el formato grande, incluso con el formato de bolsillo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ediciones B ha sido la editorial que ha adquirido el derecho exclusivo del formato librino para España a Jongbloed. Y viendo el éxito que ha tenido en Holanda, donde ha vendido 400000 ejemplares en un año, las perspectivas parecen ser bastante buenas para el mercado español.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sin duda, va a resultar muy interesante cuál va ser la evolución del librino, cómo va a lograr hacerse un hueco y cómo va a conseguirlo. En todo caso, no parece que venga a quitarle el sitio a nadie, simplemente viene a sumar. Probablemente, quien pueda sufrir más si este formato se extiende sea el libro de bolsillo, ya que parece su competidor natural y el librino es un formato más pequeño y más cómodo para leer en el metro o en el autobús. El librino parece más un libro de “batalla”, al contrario del libro grande, de tapa dura, que adquirimos cuando queremos leer y conservar un título.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Quizá sea interesante saber si puede hacer frente a los e-books, que se pueden llevar a todos lados, pero que ocupan más espacio y que necesitan de un lugar cómodo (al menos estar sentados) para ser leídos. ¿Quién dijo que el libro tradicional estaba acabado? El libro y el librino están aquí para quedarse, por mucho tiempo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Si os apetece escuchar <a href="http://www.rtve.es/mediateca/audios/20101203/esto-suena-rne---preparandonos-para-navidad-caganer---03-12-10/950674.shtml">la entrevista</a> que le hizo el Ciudadano García a Ricardo Artola (director editorial de Ediciones B) en el programa “Esto me suena en RNE”, podéis hacerlo en el podcast al que se llega con este enlace (es el programa entero del 3 de diciembre, la entrevista comienza a la media hora de programa).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Espero que os guste. Saludos.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-76134972440980114652010-11-29T10:18:00.000+00:002010-11-29T10:18:05.395+00:00E-libros y bibliotecas públicas: los problemas crecen<div style="text-align: justify;">Las bibliotecas, especialmente las bibliotecas públicas, tratan de seguir el ritmo de los tiempos para no quedarse atrás y seguir ofreciendo el útil servicio que durante generaciones han prestado a la comunidad. Sin embargo, los momentos actuales no parecen los más propicios, todo son obstáculos: a la tradicional desidia de la mayoría de las autoridades y al desconocimiento de parte de la población del servicio de las bibliotecas públicas (debido, en buena parte, a lo anterior), se han unido las drásticas reducciones presupuestarias consecuencia de la crisis económica. El <a href="http://www.guardian.co.uk/books/2010/oct/26/libraries-ebook-restrictions">artículo</a> que hoy traigo va sobre las nuevas contrariedades que van apareciendo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En el Reino Unido tratan de superar todas estas dificultades y una tercera parte de las bibliotecas públicas ya ofrecen un servicio de libros electrónicos. Su llegada supone una buena oportunidad de atraer a nuevos lectores, así como de retener a antiguos clientes que están demasiado ocupados o enfermos para visitar la biblioteca durante el horario de apertura. El sistema de libros electrónicos implantado parece muy ventajoso: el usuario descarga el libro que quiere de manera remota, utilizando su tarjeta de la biblioteca y un PIN. Además, el cliente ni siquiera tiene que acordarse de cuando pidió el libro, el libro digital se elimina automáticamente de su lector electrónico una vez ha concluido el período de préstamo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero esta nueva vía está trayendo nuevos problemas. Al parecer se han registrado descargas no autorizadas desde latitudes lejanas como China. Esto ha llevado a la Asociación de Editores (P.A., Publishers Association) a informar a las bibliotecas de que es posible que tengan que prohibir a los usuarios la descarga de libros de forma remota, y que tendrían que acudir a las instalaciones de la biblioteca a descargar el libro electrónico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Esta situación, a la vez que es regresiva en un momento en que las bibliotecas públicas tratan de innovar en su lucha por la supervivencia, deja sin sentido el propio concepto de libro electrónico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Lo más interesante de todo es que la propia empresa (Overdrive, con sede en Cleveland) que suministra los libros electrónico considera que la Asociación de Editores está haciendo un desierto de un grano de arena, ya que afirman que los casos de descargas ilegales han sido incidentes aislados contra los que se ha actuado en el plazo de 24 horas tras haberse descubierto. Su sistema tiene controles para asegurar que las bibliotecas que prestan libros electrónicos sólo los ofrecen a los usuarios de su restringida área geográfica.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">También, como no podía ser de otra manera, las bibliotecas están trabajando por la defensa de la legalidad y, aunque han recibido peticiones para hacerse socios de personas de China y de Nueva Zelanda, siempre han rechazado dichas peticiones.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En cambio, la Asociación de Editores sigue defendiendo que se tienen que asegurar de que no se trata de una grave amenaza para las editoriales comerciales. Y que, sólo en el caso de las personas discapacitadas, bibliotecas y editoriales arbitrarían la manera para que dichos clientes pudieran acceder al préstamo de libros electrónico de forma remota.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como opina el novelista Nick Harkaway, las restricciones de los editoriales son algo completamente inútil. Si el préstamo de libros electrónicos conlleva ciertos riesgos, también el préstamo de los libros impresos los tiene, ya que un libro puede ser escaneado en pocos minutos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">También existe otra cuestión problemática: los autores reciben seis peniques por cada préstamo de uno de sus libros impresos, mientras que no reciben ninguna remuneración por el préstamo de sus libros en versión electrónico. Esto significa una traba más a que las colecciones electrónicas dispongan de las obras más leídas y actuales, unida a los temores de las editoriales.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Esperemos que acabe imperando el sentido común (algo que no suele ocurrir, dicho sea de paso) y que las bibliotecas públicas puedan seguir el ritmo de los cambios tecnológicos y de las costumbres de la sociedad. Lo contrario sería arrinconar absurdamente a las bibliotecas públicas e impedir el acceso a una parte cada vez más importante de la cultura a l@s <a href="mailto:ciudadan@s">ciudadan@s</a>.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>Nota:</strong> enlace al <a href="http://www.guardian.co.uk/books/2010/oct/26/libraries-ebook-restrictions">artículo original</a> publicado en The Guardian el 26 de octubre del presente año, escrito por Benedicte Page y Helen Pidd.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-6744548006244796802010-11-15T11:50:00.000+00:002010-11-15T11:50:11.039+00:00Los libros en las bibliotecas universitarias : electrónico o papel<div style="text-align: justify;">Ese es el debate que quiero traer hoy al blog a través de este artículo. Y lo voy a hacer a través de un artículo de la Revista electrónica “Evidence based Library and Information Practice”, realizado por Pamela S. Morgan, bibliotecaria dedicada a los recursos de información en la Biblioteca de Ciencias de la Salud en la Memorial University of Newfoundland (Canadá). Creo que es un tema muy interesante, que traspasa el ámbito estrictamente universitario y cuyas conclusiones se pueden trasladas a otras bibliotecas universitarias.</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La irrupción de la edición electrónica en las bibliotecas universitarias en los últimos años ha sido generalizada. El traslado al formato electrónico es casi plenamente aceptado en las publicaciones periódicas. En cambio, no está tan claro lo que sucede con los libros.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los diferentes estudios hasta ahora realizados resultan contradictorios y se pueden resumir en los siguientes puntos:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Si los títulos de los libros impresos son poco solicitados por los usuarios, sus homólogos electrónicos también tendrán muy poco uso.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-La elección de las materias resulta clave a la hora que los libros electrónicos adquiridos tengan una circulación relevante.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Los libros electrónicos tienen mayor circulación que los impresos, lo que no quiere decir que sean más leídos. Es decir, más consulta no implica mayor lectura. De hecho, normalmente los usuarios suelen leer íntegramente o, al menos, más páginas de los libros impresos que de los libros electrónicos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-La comparación de los libros electrónicos y los libros impresos con respecto a su uso es una cuestión complicada. Una de las razones es que no está bien definido qué es un uso electrónico ni la manera de compararlo con la circulación de los libros impresos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Este estudio está referido concretamente al ámbito de las Ciencias de la Salud, sobre el que apenas se han realizado estudios específicos. Y se ha hecho sobre la Biblioteca de Ciencias de la Salud de la Memorial University of Newfoundland (Canadá), que asiste a las Facultades de Medicina, Enfermería y Farmacia, que tienen 1500 estudiantes y 130 profesores, lo que nos aporta unas variables que quizá diferencien los resultados y conclusiones a los que se han llegado en este estudio respecto a la realidad española (aunque las diferencias vayan siendo cada vez más reducidas con el Espacio Europeo de Educación Superior).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">A la hora de realizar el estudio, la falta de un formato único a la hora de recibir las estadísticas ha supuesto un obstáculo a la investigación. Un ejemplo de ello es que las estadísticas enviadas por Ovid sólo ofrecían los datos de las visitas y no de los visitantes únicos, a diferencia de los datos ofrecidos por MD Consult y Stat Ref!, los otros dos servicios de libros electrónicos a los que está suscrita la Biblioteca de la Universidad de Alberta.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los datos de los títulos impresos se consiguieron mediante las estadísticas de préstamo del SIGB (Sistema Integrado de Gestión Bibliotecaria) Sirsi Unicorn.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se ha comprobado que, paulatinamente, el uso de los títulos impresos se ha reducido, llegándose a la situación de que un 27% de los textos del estudio no han tenido uso. Los textos más utilizados son los de Farmacia.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Respecto a los textos en formato electrónico, su uso se ha incrementado año a año. Los más utilizados con diferencia han sido los de Farmacia, debido en parte a que son usados regularmente en una asignatura de laboratorio.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Mayoritariamente, la incorporación de la versión electrónica no ha afectado al patrón de los mismos títulos en versión impresa. Tanto es así que el 72% de la versión impresa de los textos no ha manifestado cambios en su uso. Sólo ha bajado en el 6% de los títulos. E, incluso, ha aumentado el uso de un 5% de los textos impresos. La situación de un 17% de los títulos impresos es cuestionable, ya que en los últimos años su uso ha variado mucho de un año para otro como para atribuirlo a la adquisición de la versión electrónica.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Es interesante una cuestión que señala este artículo: cómo los editores retiran algunos títulos para su adquisición individual, y los incorporan a una base de datos. Con lo cual, si una biblioteca quiere adquirir dichos títulos, tendrá que comprar el acceso a la base de datos, con el mayor coste que supone.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El uso de las versiones electrónicas de los textos parece que seguirá creciendo en los próximos años. Para que esto sea así, influirá positivamente la paulatina mayor familiariedad de los estudiantes con las versiones digitales, la promoción de los bibliotecarios a través de cursos de instrucción en alfabetización informacional, así como la consideración favorable de los profesores, cuya opinión tiene mucho mayor impacto que la de los bibliotecarios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por otro lado, la adquisición de las versiones electrónicas parece haber tenido poco impacto en el uso de la versión impresa. De los 82 títulos examinados, sólo 5 parece que hayan tenido una utilización menor en el período analizado, y no ha sido un descenso acusado. Por tanto, el estudio afirma que las versiones impresas siguen teniendo un lugar dentro del campo de las Ciencias de la Salud.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Otro aspecto a tener en cuenta, vinculado con lo anterior, es el relevante descenso de los títulos de colección en reserva. Se trata de textos cuya demanda es alta, por lo que se dispone de varios ejemplares. El estudio muestra que los préstamos de estos títulos ha bajado considerablemente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Estos datos indican que se requieren estudios posteriores para determinar si el uso de monografías está en declive. Para esto se necesita disponer de una estadísticas prolongadas durante un largo período de tiempo. Algo que no proporcionan muchos editores.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Las estadísticas dadas por COUNTER podrían ayudar a solucionar este problema, ya que proporcionan unas estadísticas estandarizadas y garantizan la contabilización constante de los recursos electrónicos de diferentes editores. Sin embargo, los informes COUNTER para las monografías electrónicas se tienen más tarde y no ofrecen los datos históricos. De modo que mientras no se disponga de un mismo método para las estadísticas de los diferentes proveedores, será imposible hacer comparaciones directas entre paquetes de libros electrónicos. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Además, nos encontramos con el problema de la definición de “uso”. En los libros electrónicos, cada acceso se considera préstamo, sin hacer referencia separada a la singularidad del usuario (visita única), las renovaciones, capítulos utilizados, etc. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La contabilización, no por accesos al título, sino por accesos a un capítulo de un libro tampoco parece una buena manera de medir el uso, ya que exageraría la utilización de los libros electrónicos respecto a la circulación de los textos impresos. Un sistema de medición más adecuado podría ser a través de las direcciones IP, contabilizando un uso por cada acceso ininterrumpido a un recurso. Sin embargo, este sistema se encuentra con el problema de las desconexiones automática que realizan los servidores de libros electrónicos cuando se lleva un tiempo prolongado conectado. Señala que sería interesante realizar un estudio cualitativo sobre este aspecto y cómo aclarar cuáles son los indicios más ciertos de utilización de un recurso electrónico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Las conclusiones a las que llega el estudio son: </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-<strong>La Biblioteca de Ciencias de la Salud debe seguir adquiriendo libros electrónicos sobre las temáticas concernientes a su ámbito</strong>. Los libros electrónicos son muy utilizados y su uso sigue creciendo, a diferencia de los libros impresos, cuya evolución de la circulación es estática. Además, la edición digital tiene ventajas evidentes en referencia a su uso remoto y a que permite su consulta por múltiples usuarios. También hay que tener en cuenta que suele actualizarse con más regularidad que la edición impresa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-<strong>La selección de los textos electrónicos</strong> (al igual que ocurre con los impresos) <strong>se manifiesta como una labor esencial</strong>. Simplemente el hecho de que un texto esté en versión digital no implica que vaya a ser consultado. Si un libro impreso no es consultado, su versión digital tampoco será consultada. Esto concierne directamente a la elección de los paquetes de libros electrónicos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-También es fundamental <strong>la promoción de los textos electrónicos por parte de los profesores</strong>. Este importante factor puede ser complementado por la labor de instrucción y referencia de los bibliotecarios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Dado el bajo uso de las colecciones de reserva una vez se tiene la versión electrónica, <strong>se sugiere destinar recursos económicos a la adquisición de textos electrónicos, en vez de textos impresos</strong>. Esto va especialmente dirigido a textos de consulta generalizada (especialmente cuando se trata de textos cuya consulta es selectiva, es decir, al usuario le interesa leer un capítulo concreto, no todo el libro) para las asignaturas por parte de los estudiantes. Éstos esperan, cada vez más, que los títulos de la colección de reserva estén disponibles en versión electrónica.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-De todos modos, <strong>la importancia de los libros impresos no puede ser ignorada</strong>. A pesar de la adquisición de la versión electrónica, la utilización de la edición impresa sigue manteniéndose estable, como hemos dicho antes.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-En todo caso, el aparente poco uso general de la colección impresa y la accesibilidad de los textos electrónicos indican que <strong>los textos electrónicos han de sustituir a gran parte de los libros impresos</strong>. Se considera que es preciso realizar un examen global de la colección impresa para confirmar que el escaso uso es generalizado a toda la colección y, por tanto, dar los pasos necesarios para desarrollar plenamente la colección monográfica electrónica. </div><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><strong>Nota: </strong>enlace al artículo original: Morgan, Pamela S. (2010). <a href="http://www.blogger.com/goog_1761459407">"</a><span style="font-size: small;"><a href="http://ejournals.library.ualberta.ca/index.php/EBLIP/article/view/8040/7341">The Impact of the Acquisition of Electronic Medical Texts on the Usage of Equivalent Print Books in an Academic Medical Library"</a>. Evidence based Library and Information Practice, Vol. 5, Nº 3, 5-19. </span></div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-89850411858974267362010-10-28T08:05:00.002+00:002010-10-28T08:08:22.090+00:00Express Library: las nuevas tecnologías ofrecen un nuevo servicio a las bibliotecas públicas<div style="text-align: justify;">La crisis económica (sí, otra vez, está en todas partes) está afectando con fuerza a las bibliotecas públicas estadounidenses. Las acusadas disminuciones de las partidas presupuestarias están obligando a realizar al cierre de sucursales bibliotecarias, reducción de horas de apertura y despido de personal bibliotecario.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Sin embargo, el espíritu de las bibliotecas públicas por ofrecer el mejor servicio posible a los clientes sigue completamente vigente. Lo demuestra la adquisición de un nuevo ingenio adquirido por un creciente número de bibliotecas públicas estadounidenses.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Su nombre es Express Library y se trata de una especie de armario metálico con diferentes departamentos, ubicado en el exterior de la biblioteca, que permite a los usuarios tomar libros en préstamo cuando las bibliotecas están cerradas. El sistema es muy sencillo: el usuario hace su reserva por Internet y, unos días más tarde, recoge su libro, dvd, etc. de uno de los departamentos, habiendo previamente introducido un código digital.</div><div style="text-align: justify;"><br />
De manera que las Express Library ofrecen un nuevo servicio a los usuarios, permitiéndoles tomar prestados libros en horarios cuando las bibliotecas públicas están cerradas. Esto es muy importante para muchas personas que no pueden acudir a la biblioteca de su barrio debido a su jornada laboral.</div><div style="text-align: justify;"><br />
De manera que ofrece un nuevo servicio que antes no tenían las bibliotecas públicas, porque ninguna biblioteca puede ofrecer un servicio de préstamo 24 horas al día, incluidos festivos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
En todo caso, las nuevas tecnologías no van a sustituir al personal bibliotecario porque, como afirma James Lund (director de la biblioteca pública de Red Wing) la verdadera misión de las bibliotecas es la educación pública, y una máquina expendedora no puede ofrecer educación. Como él dice, la ciudadanía necesita educadores.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Por ello, me parece peligroso el titular del artículo de Wall Street Journal que aquí comento: “Las nuevas tecnologías prescinden de los bibliotecarios”. No se puede pensar que las máquinas pueden sustituir a l@s bibliotecari@s. Creer que las bibliotecas son simplemente expendedores de libros es una imagen obtusa de lo que realmente son y representan. Quizá con titulares tan “sencillos” se quiere hacer pensar al contribuyente estadounidense que las bibliotecas públicas pueden ser reemplazadas por máquinas y que, por tanto, las bibliotecas públicas son un gasto del que las administraciones pueden prescindir. Quiero pensar que no es así, aunque tratándose de un periódico financiero y conservador, quién sabe.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><b>Nota:</b> <a href="http://online.wsj.com/article/SB10001424052702304354104575568592236241242.html?mod=WSJ_Tech_LEFTTopNews">artículo original</a> aparecido en Wall Street Journal, con fecha de 25 de octubre, realizado por Conor Dougherty.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-65728943198095217262010-10-15T22:35:00.000+00:002010-10-15T22:35:10.374+00:00Y si lo nuevo ya estuviera inventado: Dewey<div style="text-align: justify;">Tod@s los que tenemos algún tipo de vinculación con las bibliotecas, sea como profesionales o como usuarios, conocemos esos numeritos que aparecen en el lomo de los libros, en los tejuelos. Forman parte de la Clasificación Decimal Universal o CDU. Desde hace mucho tiempo despreciada, principalmente porque es considerada por muchos una estructura rígida, con una sintaxis poco flexible, o porque es un sistema poco amigable para los clientes de las biblitotecas. Poco a poco, le toman territorio los grupos de interés u otra clase de sistemas de organización más inteligibles por los usuarios. Sin embargo, la CDU sigue ahí, presente mayoritariamente en las bibliotecas públicas. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La clasificación Dewey, análoga de la CDU, fue inventada incluso antes. Lleva con nosotros nada más y nada menos que desde 1876. A pesar de todas las críticas que ha recibido y de todas sus limitaciones, siempre me ha parecido un ingenio maravilloso, unos pocos números que son capaces de compendiar todo el conocimiento humano.</div><div style="text-align: justify;">Lo más sorprendente es que a esta conclusión ha llegado Phil Shapiro (articulista de PC World, educador y activista del acceso a la tecnología). En un <a href="http://www.pcworld.com/article/194960/its_time_for_public_libraries_to_get_creative.html">reciente artículo</a>, comenta los problemas que ha tenido para localizar unidades USB económicas y de 256 mb (suficiente capacidad para el almacenamiento de textos) para jóvenes y adultos con bajos ingresos.</div><div style="text-align: justify;">Tardó varios meses en encontrar un proveedor que proporcionaba justo el producto que buscaba. Afirma que si hubiese habido un número de la Clasificación Decimal Dewey relacionado con dicho producto, hubiera encontrado rápidamente el producto que buscaba.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Cree que tendría que crearse una codificación DDC para los contenidos de Internet. Y considera que las entidades adecuadas para crear dicha codificación, de manera participativa, sería la Fundación Wikimedia, junto con American Library Association y la Internet Archive. Y la Fundación Gates podría aportar la financiación de dicho proyecto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Curiosamente, esta idea le surgió a Phil Shapiro cuando observó a un bibliotecario que había memorizado la Clasificación Decimal Dewey e indicaba con exactitud a los usuarios dónde se localizaban los materiales que querían.<br />
<br />
¿Se imaginan algo similar en Internet? Desde luego, está claro que, a pesar de todos los avances en las relaciones semánticas de términos, la capacidad de brevedad y de organización que ofrecen los sistemas numéricos parece todavía inigualable. La verdad es que extrapolar un sistema análogo al Dewey a Internet, es una idea muy atractiva. Yo no acabo de verlo, me parece demasiado complicado, y no sé si práctico. Pero, ¿y si lo nuevo, si el futuro estuviera ya inventado?<br />
<br />
<b>Nota</b>: <a href="http://www.pcworld.com/businesscenter/article/206230/the_internet_needs_a_dewey_decimal_system.html">artículo original</a> aparecido en Pcworld, escrito por Phil Shapiro, con fecha de 29 de septiembre.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-88505417748284780212010-10-01T13:19:00.001+00:002010-10-04T17:52:51.180+00:00El bibliotecario personal: más que bibliotecario, educadorHoy os traigo una interesante e innovadora propuesta de la Drexel University (Pennsylvania, Estados Unidos) que va en la tendencia, cada vez más necesaria, de estar cerca de las necesidades de los usuarios, a la vez que hace más visible la labor de las bibliotecas (algo no menos importante).<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El <a href="http://www.drexel.edu/news/headlines/a-personal-librarian-for-every-drexel-freshman.aspx">“Personal Librarian Program”</a> de la Universidad de Drexel asigna un bibliotecario a cada uno de los 2750 estudiantes de primer año. Antes de que comience el curso, los bibliotecarios se ponen en contacto con los estudiantes a través de correo electrónico. Luego, se reúnen en persona con ellos y les ofrecen un curso intensivo sobre la oferta de la biblioteca. Y su ayuda se prolongará durante todo un semestre, en la que les animarán a utilizar los recursos bibliotecarios y les ayudarán a utilizarlos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los bibliotecarios cumplen un papel similar al de los Entrenadores personales. Y esta ayuda se muestra indispensable ya que, como afirma Danuta A. Nitecki (decana de las bibliotecas de la Drexel University), el mayor problema que tienen los estudiantes no es cómo utilizar los motores de búsqueda, sino qué es lo quieren encontrar. “A menudo, no sabe lo que están buscando”, sentencia la Sra. Nitecki.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Este programa de la Drexel University trata de redefinir el papel de la biblioteca. Y, además, al lograr que los estudiantes interactúen con los bibliotecarios, destacan y refuerzan el rol de éstos como educadores.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Como señala la Sra. Nitecki, con esta iniciativa se consigue que las bibliotecas sean más acogedoras y atractivas.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">De hecho, el Personal Librarian Program ya ha despertado el interés de muchos estudiantes universitarios y de otras bibliotecas universitarios.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sin duda, puede parecer un esfuerzo casi faraónico para muchas universidades, pero se trata de una posibilidad de cambiar la visión sobre las bibliotecas de nuestros usuarios. Cambiarla para bien. El esfuerzo puede requerir muchas horas de planificación y de elaboración de materiales, aparte de horas de atención al usuario. Pero seguro que el esfuerzo merece la pena. Ojalá que cunda el ejemplo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b>Nota1:</b> la fuente original es <a href="http://chronicle.com/blogPost/Drexel-Freshmen-Get-Help-From/26906/">la noticia aparecida en "The Chronical of Higher Education"</a>, escrita por Travis Kaya, con fecha de 14 de septiembre.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b>Nota2:</b> <a href="http://www.drexel.edu/news/headlines/a-personal-librarian-for-every-drexel-freshman.aspx">nota de prensa de la Drexel University sobre el Personal Librarian Program</a>.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-77686107816175203352010-09-24T12:02:00.000+00:002010-09-24T12:02:30.154+00:00Minería de datos: las consecuencias de cambiar comodidad por seguridad<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Creemos que somos dueños de nuestra intimidad, que sólo saben de <a href="mailto:nosotr@s">nosotr@s</a> lo que queremos que sepan, quienes queremos que lo sepan. Parece un trabalenguas, pero eso es lo que pensamos.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia;">Sin embargo, todos tenemos una cuenta de correo electrónico, la tarjeta de puntos del Ikea o del Carrefour, una cuenta de Facebook y una cuenta bancaria on line. Algunas de estas cosas son accesorias, podríamos renunciar a ellas sin demasiado reparo. En cambio, otras nos facilitan mucho la vida. Por ejemplo, estar al día de la evolución de nuestra cuenta corriente es algo muy útil y nos permite evitar ir al banco a hacer algo antes muy habitual, actualizar la cartilla.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia;">Otros elementos ya se han vuelto casi indispensables, como tener una cuenta de correo electrónico.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia;">Y otros nos permiten ahorrarnos unos eurillos, véase tener la tarjeta del Mercadona.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia;">En todos los casos, dar nuestros datos personales parece una cuestión menor, no nos cuesta nada hacerlo. Sin embargo, para las empresas nuestros datos y la actividad que realizamos, reflejada en nuestro historial de llamadas telefónicas, compras realizadas en el supermercado, transacciones económicas efectuadas, etc., supone una información de incalculable valor. Ésta les permite afinar mejor sus campañas de captación de clientes, de publicidad, etc.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Georgia;">Como dice Jorge Franganillo en el <a href="http://eprints.rclis.org/19018/">artículo que aquí comento y resumo</a>, a las empresas no les interesa saber qué yogur me gusta o qué cantidad de gasolina echo a la semana. No le interesan los datos individuales, sino el conjunto de datos de cientos de miles de consumidores y el análisis de los mismos a través de la llamada "minería de datos", para determinar los hábitos de consumo.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Georgia;">Si queremos usar muchos servicios, no nos queda más remedio que aceptar las cláusulas de uso que imponen las empresas, pero ¿es ético y justo que nuestra intimidad, reflejada en nuestros hábitos de consumo, sea conocida por terceras personas, en este caso empresas? ¿A quién le importa cuál es nuestro champú preferido?</span><br />
<br />
<span style="font-family: Georgia;">Además, el conocimiento de los mencionados datos puede llevar a realizar actos claramente discriminatorios. Por ejemplo, al saber nuestro código postal, las empresas saben en qué barrio vivimos, con lo que podemos tener más dificultades para conseguir un préstamo.</span><br />
<span style="font-family: Georgia;">Un caso menos obvio, y que clarifica cuan sofisticados pueden ser los análisis de las empresas, es el siguiente: en Francia se ha demostrado estadísticamente que los compradores de coches rojos tienen un mayor porcentaje de impago de los préstamos. Por tanto, las personas que quieran comprar un coche rojo, están expuestos, indistintamente, a tener que pagar un tipo de interés mayor que quien adquiere un coche de color negro. No cabe duda de que esto no es justo, se trata de un acto claramente discriminatorio.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Georgia;">Quizá la velocidad a la que va la vida actual no nos deja pararnos a reflexionar. Por ello, artículos como el de Jorge Franganillo son muy saludables, si no para evitar lo inevitable (vivimo en un mundo informatizado, en el que todo queda registrado), al menos sí para entender el mundo que nos rodea.</span><br />
<br />
Saludos.<br />
<br />
<b>Nota:</b> <a href="http://eprints.rclis.org/19018/">el artículo original</a>: <span class="person_name">Franganillo, Jorge</span> Implicaciones éticas de la minería de datos. <i>Anuario ThinkEPI</i>, 2010, vol. 4, pp. 320-324.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-49295285317247413752010-09-16T09:45:00.000+00:002010-09-16T09:45:06.129+00:00¿Gratis es más público? (II)<div style="text-align: justify;">Continuando con el post del último día, estoy seguro de que la mayoría pensará: "¿de repente hacer de pago los servicios bibliotecario, cuando siempre han sido gratuitos? ¡Será la ruina de las bibliotecas! Además, ahora que estamos en crisis. Por no hablar de que quienes más visitan las bibliotecas no son precisamente las personas con más recursos."</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y desde luego que no les falta razón a tod@s los que piensen así.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero lo que yo quiero plantear aquí no se queda en establecer unas tarifas para, quizá, conseguir algunos euros más para mantener las bibliotecas públicas. Se trata de una reflexión general, que también incluye a las bibliotecas, pero que va mucho más allá, que se refiere a todos los servicios públicos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Seguro que os acordáis de la "urbanidad", aquello que estudiaron en el colegio nuestros abuelos y nuestros padres, y que ahora se llama civismo. Pero que en un tiempo u otro, ahora o ayer, significa lo mismo: respetar las normas de convivencia pública. Dentro de lo que también se encuentra hacer un uso adecuado y respetuoso de los bienes y servicios públicos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Cuántas veces hemos visto romper o quemar una papelera o un contenedor por un chaval? Ni se sabe cuántas veces. ¿Y por qué no le importa hacerlo? Porque sabe que no va a pagar el desperfecto, que dentro de unos días habrá una nueva papelera por arte del birlibirloque.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero no, no nos equivoquemos, todos sabemos que el desprecio de la cosa pública no es patrimonio de los adolescentes. Por el contrario es algo que heredan de los mayores, como no podía ser de otra manera. O acaso más de una vez, estando en la playa, no hemos ido a recriminar a alguien que tires las colillas en la arena o que deje su basura en la arena, y nos ha respondido de malas maneras algo así como: ¿Qué pasa? ¡La playa es de todos! O como mucho nos diga con fingido arrepentimiento: Lo siento, iba a recogerlo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sinceramente, estoy harto, cansado de estos comportamientos. He llegado a la conclusión de que <strong>todo aquello que no cuesta dinero, no se valora</strong>. Es decir, todo lo que es público, pagado con nuestros impuestos.</div><div style="text-align: justify;">Y esto mismo es lo que ocurre con las bibliotecas públicas. Se cree que las bibliotecas , como bien y servicio público, son como setas, surgidas del suelo de modo natural. Y no se aprecia todo lo que ofrecen a la sociedad. Muchos pensarán que no cobrar por los servicios no es precisamente la manera más adecuada de que los ciudadanos valoren más a la profesión bibliotecaria.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero yo no hablo de cargar sobre los usuarios unas altas tasas, principalmente sobre el préstamos de materiales. Simplemente plantearía el cobro de un precio simbólico por préstamo, por ejemplo 25 céntimos de euro (tasa de la que podrían estar exentos algunos grupos poblacionales personas en paro, jóvenes y personas con bajos ingresos).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Es posible que durante algún tiempo los usuarios se sorprendieran y también se quejaran. Pero con el tiempo verían que no es nada gravoso y valorarían más las bibliotecas y a los bibliotecarios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Realmente las bibliotecas públicas apenas conseguirían dinero para financiarse con esta tasa, pero lograrían algo mucho más importante, hacer ver a la población que <strong>nada es gratuito</strong>, que <strong>tenemos que cuidar los bienes públicos, que son de todos porque los pagamos todos.</strong></div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-91018211046592941512010-09-14T09:57:00.000+00:002010-09-14T09:57:48.580+00:00¿Gratis es más público? (I)<div style="text-align: justify;">Hace unos días leí un artículo de opinión de Tomás Baiget referido a los servicios de información de las bibliotecas y la opinión muy mayoritaria de los bibliotecarios de que los servicios bibliotecarios en general han de ser gratuitos. Y Tomás Baiget argumentaba que este posicionamiento hacía que las bibliotecas públicas (en todas sus tipologías) actuasen a modo de monopolio que asfixiaba cualquier iniciativa empresarial privada que tratase de realizar servicios de documentación a otras empresas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sin duda me pareció una reflexión interesante sobre la gratuidad o no gratuidad de los servicios ofrecidos por las bibliotecas públicas. En España, se ha elegido claramente la gratuidad. Pero sabemos que otros países, especialmente los anglosajones, han preferido repercutir sobre los usuarios parte de los gastos de los servicios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Todo esto me lleva a preguntarme: <b>¿el carácter gratuito es inherente a lo público?</b></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Con poco que lo pienso, llego a la conclusión de que <b>no</b>. Por ejemplo, todos estaremos de acuerdo en que los servicios de transporte municipales son un servicio público. Pero a nadie se nos ocurre entrar en un autobús municipal sin pagar previamente el billete. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Si esto es así con el transporte municipal, por qué no puede ser parecido con las bibliotecas?</div><div style="text-align: justify;">Sí, ya lo sé, los usuarios ya pagan con sus impuestos las bibliotecas, y la cultura y la información son un derecho social. ¿Pero acaso es menos derecho y menos social la recogida y tratamiento de basuras, o el servicio de aguas municipal? Los ciudadanos los pagan con sus impuestos y, aparte ,también con tasas periódicas adicionales.<br />
<br />
Todavía no quiero decir si estoy o no a favor de que se cobren tasas por los servicios bibliotecarios, no quiero dar pistas. Pero sólo quería hacer una última cuestión, ¿creéis que valoramos suficientemente lo público (en general) o que, por el contrario, lo tenemos en muy poca estima?<br />
<br />
Espero que os interese el tema y que participéis con vuestros comentarios. Hasta el siguiente post. Saludos.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-85100923486442565942010-09-05T00:11:00.000+00:002010-09-05T00:11:42.198+00:00El impacto de la Web 2.0 en las revistas científicas<div style="text-align: justify;">Las editoriales científicas están cada vez más interesadas en saber más sobre su influencia en el mundo académico. De ahí que estén apareciendo nuevas herramientas a través de proyectos como MESUR, COUNTER o Usage bibliometrics. Para conocer con más profundidad esta cuestión, he acudido a un reciente <a href="http://eprints.rclis.org/18879/">artículo de El Profesional de la Información</a>, realizado por Álvaro Cabezas-Clavijo y Daniel Torres-Salinas (1).</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La editorial PLoS ha implementado una serie de indicadores únicos para medir el uso de sus publicaciones. Concretamente se trata de 23 indicadores que se pueden situar en los siguientes cuatro grupos: </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Interacción y participación del usuario (comentarios; puntuación de los artículos)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Uso de los artículos (descargas del archivo; visitas o accesos al texto completo sin descarga)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Difusión en la Web 2.0 (enlaces y menciones de los artículos en los portales especializados de blogs científicos; bookmarks o etiquetado social)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Reconocimiento tradicional (citas)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El análisis de los resultados de los diferentes indicadores ha indicado las siguientes cuestiones:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-La escasa implantación que tiene la Web 2.0 en la comunidad científica. Los enlaces en blogs científicos y el etiquetado están muy poco incorporados a las rutinas de los científicos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Siguiendo la misma senda, los comentarios y las puntuaciones de artículos son escasamente empleadas. Esto y la poca implantación de la Web 2.0 se explicarían por el carácter especialmente competitivo y hermético del ámbito científico. Nadie quiere dar la más mínima ayuda a otros investigadores ni enemistarse con una editorial.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-De manera que los indicadores que siguen imponiéndose para saber el impacto de una publicación o de un artículo son los tradicionales: número de visitas y de descargas, y número de citas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Por otro lado, los autores parecen dejar entrever que el número de citas realizadas a los artículos de las revistas de PLoS (ejemplo que quizá podría extrapolarse con muchas reservas al resto de publicaciones Open Access) es reducido. De manera que la relevancia de los artículos o su impacto en la comunidad científica no es óptimo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La gratuidad parece que todavía es un valor escasamente tenido en cuenta en el mundo científico, que prefiere gastar importantes sumas de dinero con tal de acceder a las publicaciones y autores más relevantes. No cabe duda que el ámbito científico no tiene nada que ver con las necesidades y gustos del público general (algo que quizá tampoco debiera sorprendernos).</div><strong><br />
</strong><div style="text-align: justify;"><strong>Nota1:</strong> Cabezas-Clavijo, Álvaro and Torres-Salinas, Daniel Indicadores de uso y participación en las revistas científicas 2.0: el caso de PLoS One. El Profesional de la Información, 2010, vol. 19, n.4</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-80694839357815483702010-08-26T11:24:00.000+00:002010-08-26T11:24:15.349+00:00Saturad@s de información<div style="text-align: justify;">Vivimos rodeados de información y con la certeza de que hay multitud de informaciones útiles, tanto para el ámbito profesional como para el personal, que se nos escapan. Y esta situación nos abruma, al menos yo lo siento así con frecuencia. Tenemos la sensación de ser incapaces de asimilar datos que nos servirían para tomar decisiones mejores.<br />
<br />
Pero el problema real es que no queremos rendirnos a la evidencia: por mucho que leamos y busquemos, nunca podremos abarcar toda la información existente sobre un tema concreto.<br />
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Sobre esto van los dos enlaces que quiero recomendaros hoy aquí.<br />
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El 1º es un artículo de Jorge Franganillo que está directamente relacionado con lo anterior y que ha sido el que me ha hecho escribir este post. Se titula <a href="http://eprints.rclis.org/18744/">"La ansiedad informativa"</a> y nos va ayudar a profundizar sobre la necesidad de gestionar la información, tarea sin la cual nuestro trabajo no va a llegar a buen término.<br />
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El 2º es un documental de Redes, el programa de la 2 de Eduard Punset. Se titula "<a href="http://www.rtve.es/mediateca/videos/20100113/redes-13-01-10-porque-mas-menos/667972.shtml">Porque más es menos"</a> y de la mano del psicólogo Barry Schwartz vamos a profundizar sobre la perpetua insatisfacción a la que nos lleva este mundo de sobreabundancia de estímulos, también de información. Y la manera de no sucumbir a ella es aceptar que, casi con toda seguridad, no tomaremos la mejor de las decisiones, porque es imposible tener en cuenta todos los factores que condicionan nuestra decisión. Pero debemos tener la tranquilidad de que, si somos cautos y tenemos en cuenta las cuestiones más importantes, tomaremos una buena decisión. Y no arrepentirnos posteriormente de haberla tomado.<br />
<br />
Esto se traduciría para el trabajo de un profesional de la información, formado para elegir las fuentes adecuadas de información, en que si realiza un trabajo concienzudo, hará una buena labor, aunque siempre se le escape algún dato o información. No podemos abarcarlo todo. Y esto es extensible a todos los aspectos de la vida.<br />
<br />
Espero que os gusten los dos enlaces, creo que realmente son muy interesantes.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-89015295534269373272010-08-17T19:55:00.007+00:002010-08-17T20:11:25.644+00:00Community manager, un nuevo nicho laboral<div align="justify">Desde hace unos años, la Red ofrece nuevas oportunidades a las empresas, no sólo para dar a conocer sus productos, sino también para escuchar e interactuar con los clientes o con potenciales clientes, lo que les puede ayudar a conocer nuevas oportunidades de negocio, mejoras necesarias de algunos de sus productos, defenderse de campañas de desprestigio, etc.<br /><br />Todas estas posibilidades estén requiriendo de un nuevo profesional, el community manager. Este “palabro” que ya casi todos hemos escuchado en los medios de comunicación y en publicidad denomina a una nueva profesión cuyas competencias y funciones voy a tratar de resumir aquí a partir de un <a href="http://eprints.rclis.org/18143/">artículo de Javier Leiva-Aguilera</a>, aparecido en El Profesional de la Información.<br /><br />Community manager puede traducirse como gestor de comunidades on line, y su papel es el de intermediario entre la empresa (para la que trabaja) y los consumidores. No sólo hace saber a los clientes qué productos ofrece la empresa, sino que también trata de defender a los consumidores ante la empresa. De este modo, la relación cliente-empresa se transforma.<br /><br />Jeremiah Owyang resume muy bien cuáles son las funciones del community manager: escuchar, responder, informar y conectar a las personas adecuadas. Además, no sólo debe estar atento a lo que dice su empresa o los consumidores, sino que también tienen que estar al tanto del mercado, de lo que hacen el resto de empresas del sector. Estas competencias propias de la vigilancia tecnológica y de la inteligencia competitiva están muy ligadas al perfil del profesional de la información.<br /><br />Por tanto, se trata de un nuevo nicho laboral, de nuevas oportunidades de trabajo para los titulados en biblioteconomía y documentación. Sin embargo, curiosamente, las empresas no tienen en cuenta al documentalista a la hora de ofertar estos puestos de trabajo.<br /><br />Como competencias generales para ser community manager, se requieren capacidades que se solicitan (casi como una retahíla) para la mayoría de puestos de trabajo, casi da igual que vayas a ocupar un puesto de informático, repartidor, ingeniero, o teleoperador: aprendizaje autónomo, adaptabilidad a nuevas situaciones, motivación por la calidad, creatividad, espíritu emprendedor, liderazgo, creatividad.<br />Cuestiones algo más concretas serían: conocimientos informáticos, habilidad en las relaciones interpersonales, comunicación oral y escrita, conocimiento de, al menos, una lengua extranjera.<br /><br />Las materias más específicas del puesto de trabajo son: analítica web, industria publicitaria, marketing viral, posicionamiento en buscadores, sistemas de gestión de contenidos, técnicas comerciales, plataformas de la web social.<br /><br />Javier Leiva-Aguilera ha realizado una búsqueda de estas materias en la formación que proporcionan las titulaciones de documentación de las diferentes universidades españolas. Y ha observado que realmente sólo tienen cobertura en sus asignaturas las redes sociales y las gestión avanzada de contenidos.<br /><br />Esto significa que los documentalistas necesitarán recibir una formación complementaria para acceder a los puestos de trabajo de community manager. Pero, como afirma Javier Leiva-Aguilera, no es ningún hecho dramático ya que, en este actual mundo tan cambiante, no nos queda más remedio que estar constantemente formándonos y estar atentos a lo que sucede a nuestro alrededor.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"><strong>Nota</strong>: enlace al <a href="http://eprints.rclis.org/18143/">artículo original</a>: Leiva-Aguilera, Javier. "Comunicacion en la empresa y apertura del perfil profesional de los documentalistas". El profesional de la información, 2010, Vol.19, Nº2.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-61489347090551536942010-08-11T10:45:00.004+00:002010-08-12T13:35:25.562+00:00Sugerencias para mejorar el servicio de chat de las bibliotecas<meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 12"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 12"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CUsers%5C%23GiZeH%23%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><link rel="themeData" href="file:///C:%5CUsers%5C%23GiZeH%23%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_themedata.thmx"><link rel="colorSchemeMapping" href="file:///C:%5CUsers%5C%23GiZeH%23%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_colorschememapping.xml"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> 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<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >El servicio de chat es una vía de comunicación explorada e implementada en muchas bibliotecas (especialmente universitarias) desde hace varios años. Pero sigue siendo un servicio nuevo y que plantea dudas a los bibliotecarios.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >El <a href="http://ejournals.library.ualberta.ca/index.php/EBLIP/article/view/6927">artículo</a> que resumo hoy aquí trata de aportar respuestas, sugerencias para hacer que el servicio bibliotecario sea más cercano y, sobre todo, más efectivo y útil para los usuarios.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Pascal Lupien, junto a Lorna Rourke, es el autor del trabajo aquí referido y bibliotecario e investigador de la Universidad de Guelph (Canadá), que puso en marcha ya en 2001 un servicio de referencia en línea. Por lo tanto, los autores de este estudio saben ampliamente de lo que hablan.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Con anterioridad a este artículo, ha habido muchos otros que han investigado el servicio de referencia en línea. En base al estudio de las transcripciones de los diálogos bibliotecario-usuario, se han observado muchas cuestiones como el alto porcentaje de preguntas que requerían una detallada información sobre un tema o búsqueda de materiales sobre un tema concreto; el bajo nivel de éxito de los estudiantes al buscar artículos en revistas electrónicas o bases de datos de artículos a partir de la página web de la biblioteca; la necesidad de utilizar un lenguaje “menos bibliotecario” en el sitio web de la biblioteca; también la necesidad de usar un lenguaje más informal (incluyendo los emoticones) a la hora de interaccionar con los estudiantes, con el objetivo de empatizar más y transmitir más cercanía.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Es muy indicativo que las consultas más académicas no experimentan ningún crecimiento, mientras que las consultas sobre cuestiones menos serias si crecen con el tiempo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Este estudio tiene como finalidad ayudar a las bibliotecas universitarias a decidir si han de tener el servicio de Referencia Virtual, el de Consulta Rápida (para cuestiones generales) o ambos. Concretamente, la Universidad de Guelph tiene los dos servicios.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >La metodología utilizada ha consistido en recoger todas las transcripciones realizadas en ambos servicios durante un año. Y se clasificaron en cinco categorías generales: <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >-<b style="">Preguntas direccionales</b> (se dirige al usuario a una localización física o a un lugar de la página web)<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >-<b style="">Preguntas sobre política y procedimiento</b> (por ejemplo, cuestiones sobre períodos de préstamo o multas)<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >-<b style="">Preguntas de “respuesta rápida”</b> (requieren información factual, se responderían utilizando fuentes de referencia)<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >-<b style="">Preguntas de búsquedas específicas</b> (por ejemplo, cómo buscar artículos de revistas sobre un tema concreto)<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >-<b style="">Preguntas de investigación</b> (que normalmente realizarían profesores o estudiantes de postgrado)<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" ><o:p> </o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >A su vez, las cinco categorías fueron subdivididas en 39 subcategorías en función de las preguntas más recurrentes.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Por otro lado, se analizó el lenguaje utilizado, clasificándolo de formal o informal en base a aspectos como la ortografía, los emoticonos, los saludos, las despedidas, la puntuación, etc.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >La recogida de datos fue realizada por una única persona para lograr la mayor coherencia posible.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Por último, se puso una encuesta de satisfacción tanto en el servicio de Referencia Virtual como en el Consulta Rápida. Los resultados se trasladaban a un simple hoja Excel, de modo que la recogida de datos era muy sencilla.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" ><o:p> </o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >El lenguaje utilizado por los usuarios en “Consulta rápida” normalmente es informal, como el utilizado al hablar con amigos por el Messenger, caracterizado por abreviaturas, faltas de ortografía y palabras coloquiales. Estas características se dan menos en la “Referencia virtual”.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >El personal bibliotecario tiene un comportamiento parecido al de los usuarios. En ocasiones, los bibliotecarios invitaron a los clientes a ir físicamente a la biblioteca para poder explicarles el uso de algunas bases de datos o fuentes de referencia, ante la imposibilidad de hacerlo virtualmente debido a las limitaciones del software.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Respecto a las preferencias de los usuarios, hay que destacar que la mayoría prefirieron un servicio de consulta que utilice un software como Messenger a la consulta personal física.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Resulta interesante apuntar que el servicio de Referencia Virtual de la Universidad de Guelph no usa un interfaz similar al de Twitter, MSN, Google, etc., sino un entorno propio de la biblioteca. A esto hay que añadir que se utilizan frases hechas para saludar, despedir o solicitar un momento para responder a la consulta. Además, se solicita (aunque de manera opcional) el nombre y los apellidos, el correo electrónico y el curso al que se pertenece, con la consiguiente pérdida del anonimato. Todo ello le confiere a la Referencia Virtual un carácter formal que no agrada a la mayoría de usuarios.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Sin embargo, parece ser que esa misma formalidad es la que permite que las consultas sean más complejas y puedan responderse adecuadamente.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" ><o:p> </o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Un aspecto clave es la utilización del lenguaje informal por los bibliotecarios. El estudio señala que éstos deben aprender y utilizar dicho lenguaje informal de los usuarios. Ello hace que los clientes sientan el servicio como suyo, como un lugar cómodo y agradable. Tampoco tenemos que hacer de “guays”, no creo que se trate de eso. Simplemente se trata de comprender mejor a través del lenguaje y mostrar que somos accesibles. Sé que a muchas personas (es mi caso) no nos expresarnos incorrectamente, pero hemos de entender el chat como un ámbito informal, un verdadero lugar de encuentro. Y si queremos que la gente tenga a las bibliotecas como un lugar interesante a visitar (física o virtualmente), debemos dejar a un lado nuestros prejuicios sobre cómo hay que comunicarse, prejuicios que los actuales jóvenes no tienen.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Continuando con la cuestión de un mayor acercamiento al cliente, un software tipo Messenger nos proporciona aspectos como la familiaridad al tipo de programas que utilizan los usuarios, poner fotos en nuestro perfil, poder ser agregados como amigos por nuestros usuarios y (algo muy importante que con frecuencia olvidamos en los chats institucionales) que aparezca el nombre del bibliotecario. Quizá parezca una cuestión baladí, pero a nosotros mismos, más aún a los jóvenes, nos gusta tener alguien a quien dirigirnos, no a una institución o a algo impersonal, sino a una persona. Posiblemente el icono de sonrisa nos sea muy útil.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >La conclusión a la que llega el artículo es que la Universidad de Guelph debería mantener los dos servicios, tanto el de “Consulta rápida” como el “Referencia virtual”, ya que atienden a necesidades diferentes de los usuarios.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify; font-family: georgia;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;font-family:georgia;"><span style=";font-size:100%;color:black;" >Pero señala que la biblioteca de cada universidad o institución puede tener unas necesidades diferentes, por lo que deberán decidir que les conviene más. En todo caso, parece que es inexcusable tener un servicio de chat que permita a los usuarios estar conectados virtualmente con la biblioteca. Desde luego que un servicio de consulta virtual o chat no va a solucionar los problemas de las bibliotecas, ni su incorporación va a ser algo revolucionario. Se trata de algo mucho más sencillo: hay que estar allí donde están los usuarios y cada vez son más los clientes que están en Internet. Por tanto, tener un servicio de chat bien orientado (no sólo por ser “modernos”) es obligatorio. El chat es sólo una vía más de comunicación con los usuarios, pero el mundo es cada vez menos presencial y es fundamental que la biblioteca esté a disposición de la comunidad a través de Internet.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 5.65pt; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;font-family:georgia;font-size:100%;" >Nota:</span><span style=";font-family:georgia;font-size:100%;" > Rourke, Lorna ; Loupien, Pascal <a href="http://ejournals.library.ualberta.ca/index.php/EBLIP/article/view/6927">"Learning from chatting: how our virtual reference questions are giving us answers"</a>, realizado por Lorna Rourke y Pascal Loupien, aparecido en la Revista canadiense. Evidence based Library and information practice, 2010, Vol.5, No.2.</span>
<br /><span style=";font-family:";font-size:12;color:black;" ><o:p></o:p></span></p> Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-121651938403952868.post-34072898899827588232010-08-06T23:40:00.003+01:002010-08-06T23:42:50.032+01:00¿Google Analytics es realmente fiable?<div style="text-align: justify;">En primer lugar, quería daros las gracias por haber participado en la encuesta que puse hace unos días. La mayoría de vosotr@s respondisteis que preferíais que alternase los artículos extensos con los más breves. Tendré en cuenta vuestras contestaciones y trataré de hacer este blog un lugar más ameno y agradable. Muchas gracias a todos por vuestra colaboración.<br /><br />Bueno, a lo que voy, que me enrollo más que una persiana.<br /><br />Desde sus comienzos, incorporé a este blog un contador de visitas. Sabía que no iba a hacerme famoso (ni lo pretendía), pero a tod@s nos gusta saber si lo que escribimos le interesa a alguien o le puede ser útil.<br /><br />No se trataba de nada especial, simplemente puse el que me pareció mejor y con más opciones. Tampoco es que buscara mucho.<br /><br />Hace poco tiempo descubrí Google Analytics y leí todas las potencialidades que aporta, como conocer mejor cómo se visita nuestro sitio web (rutas de entrada, navegador utilizado por el visitante, palabras clave de acceso, etc.). Las estadísticas que proporciona son completísimas, con un nivel de detalle impresionante.<br /><br />Mi blog está en Blogger, así que presumí que las estadísticas de visitas de Google Analytics serían mucho más fiables que las de mi contador de toda la vida. Sin embargo, al comparar ambas estadísticas me llevé un gran chasco: según Google Analytics tenía muchas menos visitas.<br /><br />Creí que, simplemente, mi blog no recibía tantas visitas como pensaba. Pero resultó que hubo días que recibí comentarios, de manera que esos días tendría que haber recibido visitas. Y en Google Analytics no quedó rastros de ellas.<br /><br />Todo ello me lleva a pensar que Google Analytics no es tan fiable como parece. No sé si lo que me ha pasado también le ha ocurrido a otros. Me gustaría conocer vuestra opinión y si alguien sabe algo sobre esta cuestión e, incluso, que cuente su propia experiencia con Google Analytics.</div>Suricatohttp://www.blogger.com/profile/06639035064485003082noreply@blogger.com35