Este resumen corresponde al espacio “La Bolsa y la Vida” de 22 de noviembre. Ese fin de semana, el programa “No es un día cualquiera” se celebró en Jaén, con motivo del 2º Congreso Internacional sobre aceite de oliva y salud. Tuve el inmenso placer de disfrutar del programa en directo el 23 de noviembre y de conocer a Pepa Fernández (encantadora y cariñosa, como siempre, mejor persona incluso que profesional, y ya es decir porque tiene dos premios ondas, y los que llegarán, estoy seguro) y a sus colaboradores (entre ellos, Forges, José María Iñigo, Nieves Concostrina, etc.). Realmente fue una gozada, una experiencia maravillosa que espero repetir.
Entrando en materia, en este día Paco Álvarez analizó la cumbre del G-20 y su declaración final. Es interesante notar que, al parecer, la declaración ya había sido realizada antes de celebrarse la reunión. Y si se presuponía que no iba a traer ninguna novedad significativa, así sucedió.
Lo que sí choca es la posición de superioridad de los jefes de Estado (el documento comienza así: “Nosotros, los líderes mundiales...”), habiendo sido elegidos por los ciudadanos, y su actitud de no haber tenido responsabilidad alguna en la presente crisis económica. Cuando debían haber comenzado explicando qué errores habían cometido para llegar a la actual situación.
Prácticamente la declaración se reduce a una serie de buenas intenciones, en las que entra el fortalecimiento del papel del FMI y la coordinación de las políticas fiscales de los diferentes países. En fin, bastante ambigüedad, vocabulario grandilocuente (toma de medidas “potentes”) y ninguna resolución concreta. Se remite a los participantes a preparar medidas para una próxima cumbre.
Mientras se llegue a la coordinación de los diferentes equipos creados, se alcancen los posibles acuerdos y se tomen acciones concretas, el Gobierno español ha de tomar medidas lo más pronto posible para frenar el goteo incesante del paro. Se incide en la celeridad, ya que dichas medidas no van a poder hacerse efectivas hasta varios meses después.
Entrando en materia, en este día Paco Álvarez analizó la cumbre del G-20 y su declaración final. Es interesante notar que, al parecer, la declaración ya había sido realizada antes de celebrarse la reunión. Y si se presuponía que no iba a traer ninguna novedad significativa, así sucedió.
Lo que sí choca es la posición de superioridad de los jefes de Estado (el documento comienza así: “Nosotros, los líderes mundiales...”), habiendo sido elegidos por los ciudadanos, y su actitud de no haber tenido responsabilidad alguna en la presente crisis económica. Cuando debían haber comenzado explicando qué errores habían cometido para llegar a la actual situación.
Prácticamente la declaración se reduce a una serie de buenas intenciones, en las que entra el fortalecimiento del papel del FMI y la coordinación de las políticas fiscales de los diferentes países. En fin, bastante ambigüedad, vocabulario grandilocuente (toma de medidas “potentes”) y ninguna resolución concreta. Se remite a los participantes a preparar medidas para una próxima cumbre.
Mientras se llegue a la coordinación de los diferentes equipos creados, se alcancen los posibles acuerdos y se tomen acciones concretas, el Gobierno español ha de tomar medidas lo más pronto posible para frenar el goteo incesante del paro. Se incide en la celeridad, ya que dichas medidas no van a poder hacerse efectivas hasta varios meses después.
Además, se insta a las entidades financieras a que ayuden a reducir dicho plazo de tiempo. La explicación de esto es la siguiente: el Gobierno ha prometido ayudas (que el ICO va a liberar) a las empresas en apuros que cumplan una serie de requisitos. Las empresas pueden recibir parte de ese dinero con anterioridad para hacer frente a sus problemas de liquidez. Las entidades financieras han de verificar las características, que el Gobierno ha definido, en las diferentes empresas y si las cumplen tendrían que adelantarles parte del dinero de las ayudas. Si no se aplica ya, habrá que entender que los bancos están solucionando primero sus problemas de deudas. Con lo que las empresas y los ciudadanos tendrán que esperar a que los bancos arreglen sus propios problemas.
Por otro lado, aprovechando la crisis, el Gobierno debería analizar la economía española. Es necesario que se desarrollen sectores productivos, ya que tenemos muy pocos. Es muy bueno inventar nuevas tecnologías y productos. Pero más importante sería el desarrollo de negocio a partir de nuestros propios productos (jamón, vino, corcho, mueble, aceite de oliva, energía fotovoltaica, energía eólica, etc.). Conocer y dar a conocer todas las bondades de nuestros productos. Potenciar nuestras materias primas.
Son muy interesantes los datos que aporta Paco Álvarez, sobre las estadísticas realizadas por Xavier Sala-i-Martin, economista de la Universidad de Columbia y de la Universidad Pompeu Fabra:
-El 70% de las empresas deben su éxito a haber modificado algún producto existente.
-El 23% de las empresas exitosas se han creado por casualidad.
-Sólo un 7% de las empresas exitosas deben su existencia a la investigación y creación de un nuevo producto.
Un saludo cordial.
Nota1: podéis acceder a la grabación del espacio en el apartado “Emisiones anteriores” de la bitácora de Paco Álvarez y en la página de “No es un día cualquiera”.
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