domingo, 17 de febrero de 2008

Easy-to-Read materials: una reflexión sobre las necesidades lectoras de la sociedad (II)

Fácil de leer:

¿La publicación de materiales de sencilla lectura puede representar un medio útil, tanto para luchar contra el analfabetismo como para conseguir que aquellos que presentan dificultad al leer, accedan a la información y a la literatura? Sí, estoy convencido de ello. Pero, ¿cómo definimos "de fácil lectura"?

La publicación de literatura, noticias y otras informaciones sencillas de leer está basada en la creencia esencial de que todas las personas son iguales y que todas, por tanto, deben tener derecho a una experiencia cultural y a una información apropiada a sus propias capacidades.

Para mucha gente sin hábito lector, el material de fácil lectura puede abrirle puertas y despertar un interés por leer periódicos y libros, y una oportunidad para practicar su lectura. Más tarde, ellos podrán afrontar libros y periódicos publicados normalmente.

Para otros casos, como la discapacidad intelectual, los textos de lectura sencilla pueden cubrir una necesidad y significar su estilo de lectura.

Uno puede preguntarse si, de esta manera, realmente es posible satisfacer las necesidades de diferentes grupos. Sin embargo, la experiencia adquirida con el material de fácil lectura ya publicado demuestra que sus intereses pueden combinarse en muchos casos. De hecho, hay más grupos juntos que interactúan de los que están separados.


¿Qué aspecto deben tener los materiales de fácil lectura?

Los grupos que han podido acceder a fondos de asequible lectura, y las relaciones entre estos grupos, pueden mostrarse aproximadamente utilizando una tabla estadística.

En el cuadro, los diversos grupos de estudio están representados por círculos y los cuadros simbolizan la necesidad de materiales de fácil lectura. Como puede verse, las necesidades son diferentes en la mayoría de los grupos.

No todo las personas de cada grupo necesitan de dichos fondos. En bastantes casos, las necesidades pueden solaparse. Por ejemplo, una persona puede ser analfabeta, inmigrante y disléxico.


¿Cómo elaborar un texto de fácil lectura?

¿Qué significa para nosotros "fácil de leer"? Quizá, en realidad, deberíamos decir "fácil de entender", de tal modo que estos textos sean sencillos de leer y de entender, no sólo porque se evitan las palabras complicadas, sino también porque la presentación ha de ser específica y facilitar la lectura.

Aquí se enumeran algunos ejemplos de criterios que pueden ser usados para elaborar un texto fácil de leer y sencillo de entender:

1. Escribir con concreción. Evitar las abstracciones y los conceptos figurados.

2. Ser lógico. La acción debería seguir una secuencia normal, con una lógica continuidad.

3. La acción debería ser directa y simple, sin extensas introducciones y sin incorporar demasiadas palabras.

4. Evitar el lenguaje simbólico (metáforas), que pueden ser malinterpretadas por los lectores.

5. Ser conciso. Que una sola frase no contenga varias acciones. Situar las palabras de una misma frase en el mismo renglón.

6. Eludir las palabras difíciles, pero intentar utilizar un lenguaje que sea adulto y digno. Si tiene que hacerse uso de palabras poco habituales, el contexto debería aportar pistas de su significado.

7. Incluso las relaciones complicadas pueden ser descritas y explicadas, si se hace de un modo concreto y lógico, en el que los hechos se sitúan en orden cronológico natural.


Si se sigue este consejo general -construcción lógica y concreta de los argumentos, con un discurrir normal del relato-, entonces podemos reducir sustancialmente los problemas de las personas con discapacidades intelectuales.

En la mayoría de los casos, este tipo de accesibilidad hace más sencillos los textos a los otros grupos con dificultades lectoras -tales como disléxicos o gente que es, en mayor o menor medida, analfabeta. Es una simplificación que no tiene por qué distraer. Un texto bien hecho, con un lenguaje sencillo, puede ser una experiencia positiva para cualquier lector.


La importancia de las imágenes

Todos sabemos que una imagen puede decir más que mil palabras. Dentro del contenido de los materiales de fácil lectura, las imágenes tienen con frecuencia un papel más importante que en otros tipos tipos de libros, documentos o materiales de información.

Un dibujo que representa concretamente aquello que está descrito en el texto, mejora la comprensión y clarifica el mensaje del texto.

Pero una imagen puede también aportar otra dimensión al texto. Existe un importante debate sobre cómo han de usarse los dibujos abstractos o no realistas en el contexto de la "lectura sencilla". Nuestra experiencia es que los dibujos abstractos pueden desempeñar un buen papel para las personas de "fácil lectura" como para quienes tienen una discapacidad intelectual (quienes comprenden e interpretan el mundo de una manera concreta).

Una imagen abstracta puede, por ejemplo, transmitir una atmósfera descrita en un texto, reforzar sensaciones, etc.

Pero las imágenes deben concordar con el escrito. Una imagen que lleva a una dirección equivocada, o no comunica el mismo sentimiento, o incluso puede confundir repentinamente, provoca que la lectura sea incluso más difícil para las personas con serios problemas lectores.

Nota1: utilizo el género masculino de forma genérica para facilitar la lectura, por lo que los sustantivos en forma masculina hacen referencia a personas de ambos sexos.

Nota2: las expresiones "lectura adaptada", "fácil de leer", "de lectura sencilla" hacen referencia al mismo concepto.

Nota3: texto del documento original de Bror Ingemar Tronbacke.

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