sábado, 25 de julio de 2009

Una solución empresarial al expurgo

En este artículo se muestra la experiencia de una empresa que ha surgido y prosperado con los libros que ya “nadie quiere”, con los libros que ya han cumplido su ciclo vital para sus propietarios, quienes no saben qué hacer con ellos. La empresa de la que habla el texto siguiente ha demostrado cómo esos libros siguen teniendo valor para otras personas. Lo cierto es que no se está inventando nada, ya que los librerías de segunda mano ya existen, pero lo novedoso es que se hace de un modo más “profesional”, a una escala que realmente permite lograr importantes beneficios.

Tampoco las bibliotecas públicas saben qué hacer con sus libros y materiales de expurgo. En España, ¿se consideraría una salida digna para dichos fondos entregarlos a una empresa privada? Quizá en nuestro país, con las trabas burocráticas no sería tan rentable como en el caso que se presenta a continuación. Pero también me pregunto, ¿por qué esta misma labor no podrían realizarla las bibliotecas públicas de manera colectiva y centralizada, al igual que se trabaja en el préstamo interbibliotecario, por ejemplo? Os dejo con el artículo. Espero que sea de vuestro interés. Un saludo cordial.


¿Qué debería hacer con mis libros de texto usados?


Ésta es una cuestión que muchos estudiantes universitarios se han planteado. Pero Xavier Helgesen y sus socios, Kreece Fuchs y Jeff Kurtzman, han pensado dejarlo en manos de la fundación de su empresa, Better World Books.


“Nosotros simplemente pensamos cómo hay todos esos libros a los que las librerías dicen “No, no los quiero”, pero esos libros tienen valor en sí”, dijo Helgesen.

“Sólo tienes que conseguirlos de modo eficiente por Internet y luego alguien te los comprará”.

Desde el momento en que las librerías universitarias no comprarían sus libros de texto usados, los fundadores de la iniciativa intentaron vender los libros a través de la empresa half.com, de eBay. Los libros se vendieron estupendamente, como afirma Helgesen, alrededor de 50 dólares cada uno.

A partir de aquí, los socios comenzaron campañas de libros. En una campaña en 2002, reunieron 2000 libros que luego vendieron por 20000 dólares en el siguiente otoño. Ese éxito les permitió realizar otras campañas, pero únicamente los libros de texto no podrían sostener el negocio. Así que Better World Books comenzó a contactar con las bibliotecas.

“Fuimos a la reunión de la American Library Association (ALA) con un amable panfleto de una página que decía “Nosotros venderemos tus libros” y escuchamos todas esas historias horribles”, afirmó Helgesen.

“Escuchamos que las bibliotecas tenían que desechar muchos libros porque no tenían permitido reciclarlos, pero tampoco poseían sitio en sus estanterías y necesitaban un lugar para estos viejos libros”.

“Una vez que nosotros comenzamos a hacer esto... en dos ocasiones logramos tanto libros de las bibliotecas que ahora vamos a los campus universitarios”.

Cada día, Better World trae de 40000 a 50000 libros, y la empresa dice que vende tanto libros como trae. En la actualidad, con más de 2 millones de libros en el almacén de Mishawaka (Indiana), los propietarios de Better World Books dicen que ellos piensan que tienen un libro para cualquier persona y que este plan de pequeño negocio puede ser seguido por otros.

Mantener un pequeño negocio con éxito, que continúa creciendo en la recesión general, es una proeza.
Después de financiar ellos mismos el negocio durante los primeros cinco años, los propietarios consiguieron un crédito de la agencia estatal Small Business Administration en 2004, seguido de una inversión de capital de 2,4 millones de dólares en 2008.

Utilizaron la financiación para construir su sitio web y la marca Better World Books. De la misma manera que otros pequeños negocios han luchado, Helgesen y sus socios han visto que sus ingresos aumentaban, de los 4 millones de dólares de 2005 a los 31 millones proyectados para 2009. Y siempre son ayudados por otras personas que compran libros que ellos no serían capaces de proporcionar.

Los libros más baratos se venden en torno a los 3,50 dólares cada uno, y todos los libros son enviados sin coste alguno para los clientes, tanto si compran 5 ó 500 libros de una vez. La media de cada pedido es de tres o cuatro libros. Pero las compras de libros de texto siguen siendo el alma del negocio de Better World Books.
“Hemos recorrido grandes distancias para construir un negocio en el que llevamos toneladas y toneladas de libros de texto universitarios”, afirma Helgesen.

“Lo novedoso de nosotros es que nos fijamos en los precios del mercado, de modo que los libros estarán a un 20 ó 30% por debajo de su valor, por lo que costarán de 80 a 90 dólares. Algunos otros están a un 90% por debajo de su valor, de manera que podrás conseguir un libro de 100 dólares a 10 dólares, y es algo que ocurre diariamente aquí”.

Para Helgesen, Fuchs y Kurtzman, la compensación es una parte vital del funcionamiento del negocio. Better World Books dona de un 5 a un 10% de sus ganancias a las bibliotecas y a programas de alfabetización en todo el mundo.

¿Y qué ocurre con los libros que tampoco logra vender Better World Books? Si un libro no se vende y no es adecuado para donarlo, la empresa lo envía a reciclaje.

“Actualmente, nosotros comprobamos nuestro reciclaje”, afirma Helgesen. “Venimos aquí y vemos qué hacen, asegurándonos de que se actúa éticamente, y no sólo de que se desechan los libros.
Nota1: enlace a la noticia original aparecida el 2 de julio en CNN.com, escrita por Stephanie Elam.
Nota2: noticia encontrada gracias a LISNews.

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