miércoles, 2 de septiembre de 2009

Tributo a mi pueblo, Villarejo del Espartal (Cuenca)

No somos de donde nacimos o de donde vivimos,
somos del sitio que nos evoca recuerdos imborrables,
de los paisajes que nos siguen pareciendo nuevos por mucho que los hayamos visto,
de la tierra que pisamos y nos deja enmimismados escuchando el crujir de las piedras al andar,
de la hilera de vides que, a pesar de que nunca la trabajamos, nos agarra a un punto concreto de la tierra porque lleva en sus raíces el sudor de nuestros antepasados,
de la luz que conserva el tiempo e inspira lo eterno,
del lugar que siempre llevamos en nuestra mente aunque nos hayemos a cientos de kilómetros de distancia,
somos de donde nunca nos vamos porque nunca nos hemos ido.


A mi pueblo, Villarejo del Espartal.
Un humilde poema, sin rimas ni métrica pero con corazón y sentimiento, tributo al pueblo que más quiero.

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