No somos de donde nacimos o de donde vivimos,
somos del sitio que nos evoca recuerdos imborrables,
de los paisajes que nos siguen pareciendo nuevos por mucho que los hayamos visto,
de la tierra que pisamos y nos deja enmimismados escuchando el crujir de las piedras al andar,
de la hilera de vides que, a pesar de que nunca la trabajamos, nos agarra a un punto concreto de la tierra porque lleva en sus raíces el sudor de nuestros antepasados,
de la luz que conserva el tiempo e inspira lo eterno,
del lugar que siempre llevamos en nuestra mente aunque nos hayemos a cientos de kilómetros de distancia,
somos de donde nunca nos vamos porque nunca nos hemos ido.
somos del sitio que nos evoca recuerdos imborrables,
de los paisajes que nos siguen pareciendo nuevos por mucho que los hayamos visto,
de la tierra que pisamos y nos deja enmimismados escuchando el crujir de las piedras al andar,
de la hilera de vides que, a pesar de que nunca la trabajamos, nos agarra a un punto concreto de la tierra porque lleva en sus raíces el sudor de nuestros antepasados,
de la luz que conserva el tiempo e inspira lo eterno,
del lugar que siempre llevamos en nuestra mente aunque nos hayemos a cientos de kilómetros de distancia,
somos de donde nunca nos vamos porque nunca nos hemos ido.
A mi pueblo, Villarejo del Espartal.
Un humilde poema, sin rimas ni métrica pero con corazón y sentimiento, tributo al pueblo que más quiero.
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