Lo primero que se nos dice cuando entramos en la Facultad de Económicas o Empresariales es: "Nada es gratis".
En un primer momento, esta máxima puede dejar atónitas nuestras bisoñas mentes. Luego, descubrimos que la Sanidad, la Educación, las infraestructuras, etc., no surgen por generación espontánea, sino porque lo pagamos entre tod@s, a través de los impuestos. Aunque parece que de esto no se han enterado muchos políticos, como Manuel Varcárcel (Presidente de la C.A. de Murcia y candidato a la reelección) o Tomás Gómez (candidato a la Presidencia de la C.A. de Madrid). A ver si alguien, algún asesor se digna a explicarles qué son los impuestos y para que sirven, porque no parece que lo hayan comprendido todavía.
Esa extraña fascinación que causa lo gratuito ha venido a ocurrir con el Open Access (OA, en adelante). Tanto la comunidad bibliotecaria como la mayoría de la científica, así como la sociedad en general, ha quedado encantada (casi literalmente) y muy ilusionada con todas las posibilidades que ofrece el OA.
Sin embargo, da la sensación de que pocas personas se han parado a pensar que las aplicaciones informáticas, las bases de datos, llos metadatos, etc. (aparte de la infraestructura tecnológica), requieren de un esfuerzo muy importante, y que no todo se puede hacer a base de voluntarismo. Porque éste es algo muy bonito y encomiable, pero requiere de un grado de compromismo muy intenso que dificílmente es sostenible a largo plazo.
El artículo que hoy traigo aquí (de Barrueco Cruz, J.M. y Krichel, T.) demuestra que, incluso cuando hay un alto grado de compromiso y una gran comunidad de instituciones y personas implicadas, con lo que el trabajo está mucho más repartido y diluido, la gratuidad del OA para el usuario final se complica.
RePEc (Research Papers on Economics) es un repositorio temático de Economía que tiene ya una andadura de 13 años, una historia de éxitos pero también un futuro lleno de desafíos que afrontar. 1200 instituciones colaboran para que RePEc sea el repositorio más importante en materia económica. Pero, aun cuando el trabajo esté muy repartido y no se cobre al usuario final, el trabajo que se está realizando supone un enorme esfuerzo y tiene un valor económico.
Según indica el propio artículo, el coste anual de mantener un repositorio oscila entre los 42 euros por documento calculados por la NIH (National Institutes of Health) y los 5 euros por documento que estima la Cornell University Library para su repositorio arXiv. A pesar de la enorme diferencia, la propia Universida de Cornell considera que se trata de un coste que ha devenido en inasumible y, recientemente, ha cambiado su modelo de negocio, de manera que busca financiación en aquellas instituciones que más utilizan arXiv: en función del número de descargas, se cobra una cantidad u otra a la institución que consulta sus artículos. Aunque se trata de cantidades reducidas, este modelo repercute parte de los costes en los usuarios finales. Esto es similar, en menor medida, al modelo de las suscripciones comerciales.
Estos estudios no demuestran que el OA no sea válido, ni mucho menos. Sigue siendo muy válido, ya que su coste es muy inferior a la contratación de publicaciones científicas comerciales. Pero se puede observar que hay más obstáculos de los que se creía en un principio. Entre otros aspectos, es necesario que:
- Las instituciones (Universidades, Centros de investigación, etc.) contemplen en sus presupuestos una partida para asumir los costes derivados del OA (infraestructura tecnológica, personal encargado de los repositorios, etc.). Está comprobado que no todo puede ser voluntarismo.
- Tan o más importante que lo anterior: los investigadores de instituciones públicas han de estar obligados a publicar sus trabajos en OA (sobre este segundo aspecto hablaré en un próximo artículo que publicaré).
Sobre las problemáticas que conlleva la extensión del OA podríamos hablar y hablar..., y no terminaríamos. Cuando en el artículo sobre RePEc se habla de coste 0 euros, se especifica que "para el usuario final". Pero no podemos ser tan ingenuos como para pensar que los Repositorios no cuestan dinero. Concretamente, el coste anual de RePEc podría alcanzar los 20 millones de euros anuales. En este caso, lo que hace que los gastos no se repercutan sobre el usuario final es la distribución de costes entre 1200 instituciones, lo que permite a las mismas asumir las tareas que realizan en RePEc.
Pero en el caso de los Repositorios institucionales, los gastos de dichos repositorios ha de asumirlos cada institución individualmente (al margen de las ayudas o subvenciones que pueda recibir de las Administraciones). De manera que las Universidades y Centros de Investigación que implementen sus propios repositorios, han de incluir una partida presupuestaria que asuma los costes de los mismos. Y entre esos costes no sólo se debe considerar el personal, la infraestuctura técnológica, etc., sino también la financiación de la revisión por pares (sin agentes que tengan conflicto de intereses) de modo que se garantice la calidad de la investigación.
Como conclusión, el análisis de este artículo no pretende desincentivar las iniciativas Open Access, ni ponerlas en cuestión. Todo lo contrario, estoy completamente a favor del OA. Estoy seguros de que si se publicara en OA, las instituciones públicas ahorrarían mucho dinero y, además, se haría efectivo el derecho de la accesibilidad universal a la investigación científica (especialmente la realizada con los impuestos del contribuyente).
Únicamente he querido hacer hincapié en que las Universidades y Centros de Investigación públicos, si realmente quieren implementar la política de OA y dentro de 10-15 años (por poner un plazo razonable) reducir sustancialmente el dinero que destinan a publicaciones científicas comerciales (tanto en modalidad de adquisición física como de acceso electrónico), han de contemplar e incorporar a sus presupuestos todos los costes que conlleva el OA. De no ser así, se arriesgan a gastar mucho dinero y esfuerzo en Repositorios "florero", que poco o nada aporten al fin último de la accesibilidad universal a la investigación científica, con todos los beneficios que conlleva, tanto para la ciudadanía como, sobre todo y concretamente, a la comunidad cientifica.
Fuente utilizada: Barrueco Cruz, José Manuel ; Krichel, Thomas. "RePEc como modelo de sostenibilidad de una biblioteca abierta de contenidos científicos". En: XII Jornadas de Gestión de la Información. Valor económico de la información: mercados, servicios y rentabilidad,Madrid,18-19 de noviembre de 2010.SEDIC.
Esto debe de estar mal:
ResponderEliminarSegún indica el propio artículo, el coste anual de mantener un repositorio oscila entre los 42 euros calculados por la NIH (National Institutes of Health) y los 5 euros que estima la Cornell University Library para su repositorio arXiv. A pesar de la enorme diferencia, la propia Universida de Cornell considera que se trata de un coste que ha devenido en inasumible y, recientemente, ha cambiado su modelo de negocio
Hola Marcos,
ResponderEliminarMe alegra mucho volver a hablar contigo. Muchas gracias por tu aviso. Tienes razón, cuando hablo del coste de los repositorios, me refiero al coste por documento, como aparece en el artículo que cito. Ya he subsanado el error.
Muchas gracias. Siempre es un placer charlar contigo. Saludos.