lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Vooks? ... esto es otra cosa

Esta vez os voy a dejar con un artículo que nos habla de una nueva opción de entretenimiento que dentro de poco tendremos en nuestros comercios, y que yo me resisto a llamar libros. Porque creo que no lo son. Al menos lo que, desde siempre, hemos conocido como libros. Son otra cosa. Por eso los llaman “vooks”. Espero que os guste el texto. Saludos.

Desde hace más de 500 años, el libro ha sido un formato estable: una coherente cadena de palabras conectadas, impresa en papel y protegida por una cubierta.
Pero en la era de iPhone, Kindle y Youtube, la noción del libro es cada vez más flexible ya que los editores mezclan los textos con vídeos y sitios web, en una lucha por mantener a los lectores interesados en un formato arcaico de entretenimiento.

Por ejemplo, el jueves Simon & Schuster, el editor de Ernest Hemingway y Stephen King, está trabajando con un socio multimedia para sacar a la venta cuatro “vooks”, que intercalan vídeos a lo largo de todo el texto electrónico, que puede ser leído –y visionado- en línea o por iPhone o por iPod Touch.
Y, a principios de septiembre, Anthony E. Zuiker, creador de la serie televisiva “CSI”, publicó “Level 26: Dark origins”, una novela editada en papel, así como en libro electrónico y en versión de audio, a la que los lectores están invitados a inscribirse en un sitio web para ver breves vídeos que tratan el corazón de la trama.

Algunos editores comentan que este tipo de híbridos multimedia es necesario para atraer a los nuevos lectores, que piden algo diferente. Pero la cuestión que los lectores expertos se plantean es si los nuevos parámetros del libro degradan el acto de leer.
“La cuestión no es que estos nuevos medios tiendan a ser más atractivos para enganchar e interesar al lector” afirmó Maryanne Wolf, profesora del desarrollo infantil de la universidad de Tuft y autora de “Proust and the Squid: el relato y la ciencia de la mente lectora”. Pero añadió, “¿puede cualquiera leer a Henry James o George Eliot? ¿Tiene usted suficiente paciencia?

Es obvio que la tecnología ha cambiado el mundo literario con los libros electrónicos. El pasado año, dispositivos como Kindle de Amazon y Reader de Sony ganaron mucha popularidad. Pero las ediciones digitales aparecidas en estos aparatos mantienen su confianza en la idea tradicional de libro, utilizando palabras –y, a veces, imágenes- para contar una historia o explicar una materia.
Los nuevos híbridos van mucho más allá. En unos de los “vooks” de Simon & Schuster, una obra sobre fitness y dieta, los lectores pueden pinchar en los vídeos que les muestran cómo realizar los ejercicios. Otro hermoso libro contiene vídeos que demuestran cómo hacer en casa lociones para el cuidado de la piel.

No sólo se está llevando el movimiento a los libros. Simon & Schuster también está lanzando a la venta dos novelas digitales que combinan el texto con vídeos de un minuto a 90 segundos de duración que complementan –y en algunos casos adelantan- la secuencia del relato.
En “Embassy”, un breve relato de intriga que trata de un secuestro, escrito por Richard Doetsch, un vídeo parecido a un noticiario revela que la víctima es la hija del alcalde, sustituyendo algunas partes del texto original.
“Todo el mundo está intentando hallar el modo de que los libros y la información estén lo mejor posicionados posible en el siglo XXI”, afirmó Judith Curr, editora de Atria Books, la firma de Simon & Schuster que está publicando las ediciones electrónicas en colaboración con Vook, una compañía multimedia. Ella añadió, “ya no puedes limitarte a ser lineal con tu texto”.
En algunos casos, las tecnologías de redes sociales están posibilitando conversaciones entre los lectores que influirán en cómo se escribirán los libros.
La división infantil de HarperCollins ha publicado recientemente su primera serie de misterio para el público joven-adulto llamada “The Amanda Proyect”, y ha invitado a los lectores a discutir las pistas y los personajes. Cuando continúe la serie, los comentarios de algún lector pueden ser incorporados como personaje menor o como una trama secundaria.
Susan Katz, editora de la sección infantil de HarperCollins, predijo que “esto va a ser un tipo popular de literatura donde el autor es visto como el líder de un amplio grupo, que elegirá y seleccionará entre las sugerencias” de los lectores.

Bradley J. Inman, jefe ejecutivo de Vook, dijo que los lectores que vieron los prototipos de “The 90-Second Fitness Solution” de Pete Cerqua o “Return to beauty” de Narine Nikogosian “instintivamente vieron los beneficios de la incorporación de fragmentos de vídeo a los libros.

Jude Deveraux, una popular autora de novela romántica que ha escrito 36 obras, dijo que estuvo encantada de probar “Promises”, un exclusivo vook que sitúa la trama en una plantación de Carolina del Sur, en el siglo XIX, e integra vídeos que añaden fragmentos conversaciones y aportan atmósfera.
La señora Deveraux dijo que había visionado nuevas versiones de libros mejoradas con música e incluso con perfume. “Me gustaría utilizar todos los sentidos”, afirmó.

Brian Tart, editor de Dutton, una marca de Penguin Group USA, que puso a la venta “Level 26”, dijo que quería que el texto del libro se defendiese por sí mismo, pero la cultura actual pedía reformular el formato. “Como todo el mundo, observas que la gente ve estos vídeos de tres minutos de You Tube y utiliza las redes sociales”, dijo el señor Tart. “Y aquí tenemos una oportunidad para captar a más gente que podían haber pensado que ellos ya pertenecían al nuevo mundo mediático”.
Los lectores de “Level 26”, que han escrito el señor Zuiker y Duane Swierczynski, han dispuesto de una proposición variada que el editor está vendiendo como “novela digital”.
“Realmente hace que la historia sea más real al conocer cómo son los personajes” comentó Fred L. Gronwall en una entrevista en Amazon.com. “En gran medida, los vídeos aportan experiencias al libro”.
Pero otro crítico, que firmó como Rj Granados, escribió “¿De veras piensas que unas viñetas de vídeo sin valor mejorarán el libro?

Algunos autores creen que las nuevas tecnologías pueden enriquecer los libros. Para su historia de las canciones callejeras del siglo XVIII francés, Robert Darnton, director de la biblioteca de la universidad de Harvard, incluirá enlaces a grabaciones de canciones actuales.
Pero el señor Darnton, autor de “The Case for Books: Past, Present and Future”, llamó la atención sobre el cambio que está viviendo la lectura, y no necesariamente para mejor. “Creo que podemos ver ya con preocupación la pérdida de un cierto tipo de lectura prolongada”.
El señor Doetsch, autor de “Embassy”, afirmó que las nuevas ediciones no deberían reemplazar al libro tradicional. Ha escrito una novela que se publicará próximamente, “The 13th hour” que piensa que es demasiado extensa para añadirle extras de vídeo. Las nuevas ediciones son “como meter una novela en una piscina cinemática, luego sacarlas de ella y extraer las mejores partes”.

Algunos autores bromean con la idea de mezclar los medios. Walter Mosley, autor de “Devil in a blue dress”, es uno de ellos. “Leer es una de las pocas experiencias que hacemos fuera de las relaciones sociales y que hace que nuestras capacidades cognoscitivas mejoren. Y, actualmente, nuestras capacidades cognoscitivas decaen cuando vemos la televisión o pasamos el tiempo delante del ordenador.

Nota1: el artículo original, escrito por Motoko Rich, fue publicado en la versión en línea de The New York Times el 30 de septiembre.
Nota2: este artículo lo he encontrado gracias a LISNews.

2 comentarios:

  1. En mi caso particular, lo del libro electrónico me parece muy útil, pues no tengo espacio para meter más libros y llevar unos cuantos cientos en el bolsillo es una idea muy atractiva. Nada puede superar el tacto y el placer que da la lectura de un libro de papel, pero supongo que será cuestión de acostumbrarse.

    Un cordial saludo.

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  2. Hola Miguel,

    Lo primero quería agradecerte que hayas pasado por mi blog y tu comentario.
    Desde luego el espacio es un problema. Yo sigo comprando libros, pero ya no me queda apenas espacio donde ponerlos. Y no me canso de comprar libros, siempre veo clásicos o novedades interesantes para leer.
    Los libros electrónicos son una alternativa atractiva, especialmente por lo poco que ocupan y lo cómodo que es llevarlos (pesan muy poco). Aunque les falta la personalidad de los libros. Quizá las próximas generaciones no lo entiendan así y vea más atrayente, incluso más racional, leer en una pantalla.

    Pero lo que plantean los vooks es un salto cualitativo, es una fusión entre lo escrito y lo audiovisual. Y los libros no son sólo lo que está escrito, sino lo que el lector imagina, lo que el texto le evoca. Si al lector se le da todo hecho..., para eso está la televisión o el cine. Creo que es un empobrecimiento del acto de leer. No creo que sea el modo más correcto de atraer a los nuevos lectores a los libros. Porque como digo en el titular, los vooks no son libros, son otra cosa.

    Un saludo cordial.

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