En este artículo que aquí traduzco se comenta y analiza la situación de la industria editorial más innovadora y pujante, la digital, y su incierto futuro ante la amenaza de la piratería por Internet. El viejo y conocido enemigo de la industria musical y cinematográfica, también se presente en el mercado de los libros electrónicos y terminar con él parece misión casi imposible. Posiblemente, lo más sensato sea llegar a una solución intermedia que concilie los intereses de los usuarios de Internet y lectores con los de los editores y autores. Diferentes visiones existen a la hora de enfrentar el problema y sólo el tiempo nos dirá cuál prevalecerá. En todo caso, pienso que, a pesar de los nuevos dispositivos electrónicos lectores, nada podrá hacer sombra al placer de leer un libro en papel. Espero que el artículo sea de vuestro interés. Un saludo cordial.
"El pasado mes Ursula K. Le Guin, la escritora de ciencia ficción, estaba leyendo detenidamente el sitio web Scribd cuando se encontró copias digitales de algunos libros que le resultaron bastante familiares. No era algo milagroso. Ella los había escrito, incluida una copia libre de derechos de una de sus novelas de mayor éxito, “La mano izquierda de la oscuridad”.
Ni la señora Le Guin ni su editor habían autorizado las ediciones electrónicas. Para la señora Le Guin, aquello era una grosera iniciación en el discreto y proliferante problema de la piratería digital en el mundo de la literatura. “Yo pienso, ¿quiénes se creen que son?, afirmó Le Guin. “¿Por qué ellos pueden violar mis derechos de autor y llevárselos consigo?”
Esto sería algo familiar para los directores de películas y para los músicos, quienes han luchado batallas parecidas (con diferente grado de éxito) durante la última década. Pero para los escritores y sus editores, en la era Kindle, es un nuevo e inquietante territorio.
Durante un tiempo, lectores decididos han sido capaces de encontrar copias digitales de títulos tan variados como la saga de “Harry Potter” y los super-ventas de Stephen King y John Grisham. Pero algunos editores afirman que el problema ha aumentado en los últimos meses cuando el creciente interés por los libros electrónicos ha supuesto la aparición de un abundante número de ediciones pirateadas en sitios web como Scribd y Wattpad, y en servicios de descarga de archivos como Rapidshare y Mediafire.
“Está creciendo de modo exponencial”, dijo David Young, jefe ejecutivo de Hachette Book Group, del que Little, sección “marrón” que publica la serie “Crepúsculo” de Stepheni Meyer, está entre las favoritas de los piratas digitales. “Nuestro departamento jurídico está empleando cada vez más tiempo en vigilar sitios donde se esté exponiendo el material protegido”.
John Wiley and Sons, un editor de libros de texto que también distribuye la colección “Dummies”, tiene encargados a tiempo completo a tres empleados para rastrear copias no autorizadas. Gary M. Rinck, consejero general, dijo que, en el último mes, han enviado avisos para más de 5000 títulos (cinco veces más que hace un año) pidiendo a varias sitios web que retiren las versiones digitales de libros de Wiley.
“Es como un juego de locos”, dijo Russell Davis, autor y presidente de la Asociación americana de Escritores de literatura de ciencia ficción y fantasía, una asociación mercantil que ayuda a los autores a perseguir a los piratas digitales. “Derribas a uno y aparecen cinco más”.
Sitios web como Scribd o Wattpad, que invitan a los usuarios a subir documentos como tesis universitarias y novelas autoeditadas, han sido el objetivo de la industria editorial para quejarse durante las postreras semanas, cuando las reproducciones ilegales de obras populares han aparecido en ellos. Trip Adler, jefe ejecutivo de Scribd, afirmaba que su instinto le decía que las ediciones no autorizadas sólo representaban una pequeña parte de los contenidos del web.
Ambas páginas web (Scribd y Wattpad) dicen que ellos eliminan inmediatamente los libros colgados ilegalmente una vez que se les notifica. Las compañías también han instalado filtros para identificar las obras con derechos de autor en el momento que se suben a la página. “Estamos trabajando muy duro para mantener fuera del web todo contenido prohibido”, afirmó el señor Adler.
Varios editores han rechazado hacer declaraciones sobre el tema, temiendo la atención que podrían suscitar. Por el momento, la piratería electrónica de libros no parece que sea algo tan generalizado como el fenómeno que golpeó al mundo de la música, cuando los servicios de descarga de archivos como Napster amenazaron con acabar con la propia industria.
Los editores y los autores dicen que ellos pueden aprender de la industria de la música, cuyos seguidores incondicionales primero utilizaron agresivamente los juzgados para más tarde acudir a estudiantes universitarios y a Napster, antes de que se convirtiera en una tienda legal en línea.
“Si iTunes hubiese aparecido tres años antes, no estoy seguro de cómo habría sido el gran Napster y su consiguiente entorno pirata, porque la gente habría adquirido legítimamente el hábito de comprar a un precio fijado lo que no era considerado pernicioso.”
Hasta hace poco tiempo, los editores pensaban que los libros estaban relativamente a salvo de la piratería, ya que era una tarea laboriosa escanear cada página de un libro para convertirlo en un archivo digital. Y más aún, leer libros en un ordenador no era demasiado apetecible comparado con la versión impresa.
Ahora, con los editores produciendo más ediciones digitales, es potencialmente más sencillo para los “hackers” copiar los archivos. Y la creciente popularidad de dispositivos lectores electrónicos como Kindle de Amazon o Reader de Sony, hace más fácil leer en formato digital. Muchas de las ediciones no autorizadas son descargadas en Pdf, con lo que es mucho más fácil enviarlas por correo electrónico a Kindle o al dispositivo de Sony.
Un ejemplo de material protegido por derechos de autor recientemente incluido en Scribd es la versión digital de “Las aventuras de Beedle el Bardo”una colección de cuentos de hadas escrita por J.K. Rowling. Un comentarista, presentado como malicioso, escribió que se consideraba el “Robinhood” de los libros electrónicos.
Para algunos escritores, localizar libros electrónicos ilegales simplemente no tiene utilidad.
“La cuestión es cuánto tiempo y energía quiero gastar persiguiendo a estos tipos”, escribió Stephen King en un mensaje de correo electrónico. Mi sentido común me dice que la mayoría de ellos viven en sótanos con restos de alfombras ...”
Las ventas de libros están cayendo significativamente y los editores dicen que es difícil determinar si la piratería electrónica está afectando a las ventas. Algunos de los libros más frecuentemente descargados, como la serie “Crepúsculo”, son también grandes superventas.
Algunos autores dicen que ellos sólo quieren proteger el principio de compensación de los escritores. “Yo no pido hacerme rico por este asunto”, decía Harlan Ellison, autor y guionista. “Sólo pido ser compensado”.
Hace nueve años, el señor Ellison demandó a los proveedores de servicios de Internet por no impedir que un usuario pusiera cuatro de sus historias a través un grupo de noticias en línea. Desde que se resolvió este pleito, ha perseguido a más de 240 personas que han posteado su trabajo en Internet sin su permiso. “Si metes tu mano en mi bolsillo, saldrás mal parado”.
Otras personas ven la piratería digital como una manera de conseguir nuevos lectores y descubrir escritores. Cory Doctorow, novelista cuya novela para adolescentes “Little Brother” estuvo siete semanas en la lista de libros más vendidos para niños de “The New York Times”, ofrece las versiones electrónicas de sus libros el mismo día que aparecen publicadas en tapa dura. Él piensa que las versiones gratuitas, incluso si no tienen autorización, atraen a nuevos lectores.
“Siento realmente que mi problema no es la piratería”, afirmó el señor Doctorow. “Es la oscuridad".
Nota1: he tratado de realizar una traducción lo más fiel posible al texto original pero en algunas expresiones he tenido que traducir de un modo más libre, intentando en todo momento no desvirtuar el sentido original.
Nota2: enlace directo al artículo original publicado el 11 de mayo en la versión digital de The New York Times, escrito por Motoko Rich.
Nota2: enlace directo al artículo original publicado el 11 de mayo en la versión digital de The New York Times, escrito por Motoko Rich.
Nota3: he localizado el artículo en la página Lisnews.org.
La lucha entre editores y piratas, es una lucha que nunca va cesar, ya que son filosofias infinitas que nunca van a terminar, pero es bueno tener en cuenta como piensan los dos bandos, para justificar muchas de sus acciones
ResponderEliminarSon dos puntos de vista muy difenrentes los cuales chocan muy a menudo, mi pregunta seria, cual es el arbitro en esta gran pelea!
ResponderEliminarHola compañeros,
ResponderEliminarCreo que se trata de un problema tan insoluble como acabar con el spam.
La única manera de resolver el problema sería llegar a un acuerdo que beneficiara tanto a editores como a piratas. Pero no tengo ni idea de cómo se puede conseguir.
Un saludo cordial.