A veces, por casualidad, pasan cosas estupendas, que se disfrutan si acaso más. Precisamente porque no las esperamos. Eso es lo que vino a ocurrirme con Manuel Vázquez Montalbán. Novelista muy célebre pero al que no tenía el gusto de conocer, hasta que hace algo más de una semana, me tópé con una de sus novelas, comencé a hojearla y ya me quedé "enganchado".
Sin sospecharlo, atraído por un título sugestivo, entré en una de las mayores y mejores sagas novelísticas de la literatura hispana. El inspector Carvalho es una persona contradictoria por esencia. Quizá por ello mismo da la sensación de ser un personaje completamente real. Un hombre que lleva en sus espaldas muchas y enjundiosas experiencias que le hacen ver la vida de un modo peculiar y extrañamente objetivo.
Cuando terminas de leer la novela, sorprende verdaderamente que un libro tan pequeño (no supera las 200 páginas) tenga tanto contenido. Tengo la impresión de que la trama detectivesca que tiene lugar es, más que otra cosa, una hábil y maravillosa excusa para llevarnos de viaje por la Barcelona de comienzos de los años 1980´, con la incipiente democracia de la Constitución de 1978. Vázquez Montalbán diseccíona con maestría todos los entresijos de la sociedad barcelonesa, con sus luces, sombras y conflictos, desde los bajos hasta los altos fondos. Las clases sociales barcelonesas se nos presentan con una lucidez y una crudeza verdaderamente asombrosas. Diálogos vivaces y agudos, combinados con otras conversaciones que muestran la mediocridad cotidiana de las clases medias (que me parece reflejada especialmente en un personaje de la novela, a ver quién pensáis que es).
Realmente, el protagonismo de la novela reside en la sociedad barcelonesa. Una sociedad tan contradictoria y compleja como la propia figura del inspector Carvalho.
La realidad social barcelonesa, como un espejo más de la sociedad española contemporánea, se manifiesta como algo sórdido y sobre todo turbio, muy turbio, reflejo de la historia reciente de este país; para algunos, quizá demasiado reciente para recordarla. Pero hay que atreverse a no olvidar, y este tipo de novelas nos muestran lo difícil del camino que ha recorrido este país en los últimos años. Muy saludable, muy interesante y, al mismo tiempo, muy entretenida la lectura de esta novela. Os invito a navegar por los mares del sur. No nafraugaréis.
Sin sospecharlo, atraído por un título sugestivo, entré en una de las mayores y mejores sagas novelísticas de la literatura hispana. El inspector Carvalho es una persona contradictoria por esencia. Quizá por ello mismo da la sensación de ser un personaje completamente real. Un hombre que lleva en sus espaldas muchas y enjundiosas experiencias que le hacen ver la vida de un modo peculiar y extrañamente objetivo.
Cuando terminas de leer la novela, sorprende verdaderamente que un libro tan pequeño (no supera las 200 páginas) tenga tanto contenido. Tengo la impresión de que la trama detectivesca que tiene lugar es, más que otra cosa, una hábil y maravillosa excusa para llevarnos de viaje por la Barcelona de comienzos de los años 1980´, con la incipiente democracia de la Constitución de 1978. Vázquez Montalbán diseccíona con maestría todos los entresijos de la sociedad barcelonesa, con sus luces, sombras y conflictos, desde los bajos hasta los altos fondos. Las clases sociales barcelonesas se nos presentan con una lucidez y una crudeza verdaderamente asombrosas. Diálogos vivaces y agudos, combinados con otras conversaciones que muestran la mediocridad cotidiana de las clases medias (que me parece reflejada especialmente en un personaje de la novela, a ver quién pensáis que es).
Realmente, el protagonismo de la novela reside en la sociedad barcelonesa. Una sociedad tan contradictoria y compleja como la propia figura del inspector Carvalho.
La realidad social barcelonesa, como un espejo más de la sociedad española contemporánea, se manifiesta como algo sórdido y sobre todo turbio, muy turbio, reflejo de la historia reciente de este país; para algunos, quizá demasiado reciente para recordarla. Pero hay que atreverse a no olvidar, y este tipo de novelas nos muestran lo difícil del camino que ha recorrido este país en los últimos años. Muy saludable, muy interesante y, al mismo tiempo, muy entretenida la lectura de esta novela. Os invito a navegar por los mares del sur. No nafraugaréis.
PD: este maravilloso descubrimiento tuvo lugar hace unos meses. Quizá mi memoria no esté muy fresca para preguntas concretas, pero será un placer releer el libro. En las últimas décadas, pocos escritores españoles han escrito con tanta valentía y maestría al mismo tiempo. Estoy seguro de que seguiré disfrutando de la lectura de su extensa obra.
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