miércoles, 26 de diciembre de 2007

Cuando Política y Bibliotecas se mezclan peligrosamente

La Biblioteca de Clinton obtuvo fondos del extranjero: los saudíes dicen haber dado diez millones de dólares

La Biblioteca presidencial de Bill Clinton recibió más del diez por ciento del coste de sus 165 millones de dólares de financiación de fuentes extranjeras, con la donación foránea más generosa procedente de Arabia Saudí.

La familia real saudí dio a Clinton en Little Rock (capital del Estado de Arkansas) alrededor de $10 millones, aproximadamente la misma cantidad que se entregó para la biblioteca presidencial de George W. Bush, según personas directamente relacionadas con las donaciones.

La campaña presidencial de la senadora Hillary Rodham Clinton lleva meses encarando preguntas sobre las fuentes del dinero de la biblioteca presidencial de su marido. Durante un debate en septiembre, el moderador Tim Russert preguntó a la senadora cuándo su marido haría pública la lista de donantes. Clinton afirmó que estaba segura de que su marido vería apropiado considerarlo; posteriormente, el antiguo presidente declinó proporcionar dicha lista.

El senador Barack Obama ha elaborado una extensa lista con personas aún no identificadas que han contribuido a las bibliotecas presidenciales, diciendo que desea evitar incluso la apariencia indecente de dichas donaciones. Para ello, Obama ha presentado una legislación que requeriría revelar todas las aportaciones a las bibliotecas presidenciales, incluida la de Clinton, y el Congreso ha debatido intensamente una propuesta similar. A diferencia de las aportaciones a las campañas electorales, normlamente el dinero dado a las bibliotecas presidenciales es un hecho limitado o no revelado.

La Biblioteca Clinton ha rechazado firmemente revelar sus donantes, alegando que prometieron confidencialidad. La Fundación William J. Clinton, que patrocina la biblioteca, considera un acto de caridad que sus “mecenas” permanezcan en el anonimato.

Como respuesta a las cuestiones de “The Washington Post”, la fundación reiteró que no hablarán de cuantías ni de las fuentes de las contribuciones para honrar el compromiso contraído con sus donantes. Pero reconoció que parte del dinero que Clinton recibió provenía de manos extranjeras.

Como presidente, él fue querido en todo el mundo, así que no debiera sorprender que haya habido un soporte financiero desde diversos lugares del planeta para sustentar su trabajo postpresidencial”, dijo un comunicado de la fundación.

Bill Clinton ha pedido personalmente donaciones para la biblioteca, pero también él ha delegado buena parte de la recogida de fondos a otras personas, especialmente a Terence R. McAuliffe, antiguo presidente del Comité Nacional del Partido Demócrata y actual presidente de la campaña presidencial de Hillary Clinton. La Fundación enfatizó que Bill Clinton ha volcado su atención en las donaciones, del mismo modo que otros antiguos presidentes.

Un buen número de nombres de los mayores donantes a la biblioteca de Clinton fue descubierto en 2004, cuando un periodista del New York Sun accedió a una terminal pública de ordenador de la biblioteca que proporcionaba una lista de donantes. Poco después de aparecer el artículo periodístico, dicha lista de donantes fue eliminada.

La cuantía de las contribuciones procedentes de Arabia Saudí y de otros países, asicomo el porcentaje total dado por extranjeros, no ha sido hecho público.

Se confirmó a través de entrevistas y registros fiscales de fundaciones la identidad de siete importantes donantes: varios gobiernos extranjeros dieron, al menos, un millón de dólares, entre ellos las naciones las naciones de Medio Oriente de Kuwait, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, de igual modo que Taiwan y Brunei.

Además, varios ejecutivos financieros y oficiales de Medio Oriente también aportaron, como mínimo, un millón de dólares cada uno, según las entrevistas. Entre ellos se encuentran los financieros saudíes Abdullah al-Dabbagh, Nasser al-Rashid y Walid Juffali, y también Issam Fares, ciudadanos estadounidense que previamente ejerció como Viceprimer Ministro de Líbano.

Portavoces de Kuwait y Taiwan confirmaron que sus respectivos gobiernos habían donado $1 millón. También ambos gobiernos habían donado a otras bibliotecas presidenciales. Kuwait contribuyó con, al menos, $1 millón a la biblioteca del anterior presidente George H.W. Bush, y Taiwan aportó $2 millones a la biblioteca de Ronald Reagan.
Las llamadas realizadas a otros gobiernos no fueron respondidas, y las personalidades individuales de Medio Oriente no pudieron ser localizadas para comentar el asunto.

Jack Kuei, el jefe de prensa de Taiwan en Washington, declaró que la donación de su gobierno “es un modo de promover el mutuo entendimiento y un tipo de diplomacia pública”. El consejero kuwaití, Jasem Albudaiwi, calificó la contribución de su nación como “una amistosa donación del pueblo y del gobierno de Kuwait para el objetivo (de promover) la Biblioteca (Nota1).

Una portavoz declaró que la biblioteca Reagan no revela sus donantes. En cambio, las bibliotecas de Bush (padre) y de Jimmy Carter han realizado muy amplias revelaciones públicas. A excepción de unos cuantos donantes que prefirieron permanecer en el anonimato, los contribuyentes de la biblioteca Bush han sido hechos públicos, y los nombres de los principales están inscritos en una pared o en los ladrillos de un paso de peatones en la biblioteca de Texas. La biblioteca de Carter también tiene tallados en una pared los nombres de sus principales fundadores.

La extensa lista de donantes extranjeros a la biblioteca Bush incluye a Kuwait, Japón, Omán y Emiratos Árabes Unidos. La familia de Bandar bin Sultan, antiguo embajador saudí en los Estados Unidos, aportó $1 millón o más incluso. Entre los donantes de Carter se encuentra el difunto rey Fahd de Arabia Saudí.

Clinton ha sido criticado por su petición de donaciones, incluyendo a Arabia Saudí, en momentos cuestionables. En el paso año, en una columna de opinión en el Wall Street Journal, el antiguo director del FBI Louis J. Freeh dijo que Clinton “pidió al príncipe Abdullah (jefe de Estado de Arabia Saudí) una contribución para su biblioteca” durante un encuentro en el que Freeh quiso que Clinton preguntase sobre el atentado a las Torres Khovar de 1996 (Comentario). Clinton ha cuestionado públicamente el relato de Freeh.

Clinton también ha sido puesto en tela de juicio por miembros del Congreso por aceptar una donación de 450000 dólares a su biblioteca proveniente de la antigua esposa del financiero fugitivo Marc Rich antes de que le concediese un indulto por evasión de impuestos en 2001. Ni Clinton ni familia Rich confirmaron dicha donación.

La Fundación Clinton se constituyó en 1997, poco después de que Clinton eligiese su emplazamiento de 30 acres cerca del centro de la ciudad de Little Rock. La fundación no sólo ayuda a dirigir la biblioteca, sino que también supervisa y financia muchas iniciativas políticas de Clinton.

La biblioteca es una imponente estructura de cristal y metal con vistas al río Arkansas. Así mismo, se divisa la Universidad de Arkansas-Escuela Clinton de Servicio Público.

La biblioteca Clinton también ha recibido importantes donaciones estadounidenses, tanto de personas individuales como de entidades. La Fundación caritativa de Roy y Christine Sturgis ha prometido $4 millones. Y la Fundación Wasserman de Los Ángeles ha aportado entre $6 y $7 millones. Casey Wasserman, el presidente de la fundación, han mantenido una estrecha relación desde hace tiempo.

Comentario a la noticia: para comprender algo mejor las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con el mundo árabe, especialmente los polémicos y controvertidos vínculos con Arabia Saudí (que comenzaron a salir a la luz tras el atentado terrorista del 11-S), puede ser de utilidad ver:

-El documental de Michael Moore “Fahrenheit 9/11”.

-Y la reciente película dirigida por Peter Berg “La sombra del Reino”, con un excelente papel de Jamie Foxx. El film precisamente tiene como asunto central de la trama el atentado terrorista a las Torres Khovar de Riad, 1996 (que aparece en la noticia). Tras el atentado, se trató de capturar a los culpables de la masacre y fue la primera vez en la historia que el FBI y la policía saudita trabajaron conjuntamente.

Espero que la información os sea de interés. Un saludo cordial.


Nota1: no tengo claro si se refiere a la biblioteca de Clinton en concreto, o a la promoción de las Bibliotecas (como algo genérico).

Nota2: para quien quiera consultarlo, el enlace a la noticia en inglés, perteneciente al periódico “The Washington Post” es el siguiente: “Clinton Library got Funds from abroad”. He logrado este link gracias a Lisnews.org, web muy interesante dedicada a informaciones relacionadas con las bibliotecas, las ciencias de la información y la educación.

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